La ecocardiografía, también conocida como ultrasonido cardíaco o ecocardiograma, es una tecnología sanitaria que usa técnicas estándares de ultrasonido (ecografía) para producir imágenes en rebanadas de dos dimensiones del corazón. Además, los últimos sistemas de ultrasonido ahora emplean imágenes en tiempo real en 3D.
Desde sus inicios, se han ido mejorando las técnicas de imagen; los modos A y B (unidimensionales) se perfeccionaron al modo M. Este, aún usado con frecuencia, representa en la pantalla un único haz del modo 2D y se usa de manera complementaria a este, permitiendo explorar estructuras concretas con mayor precisión.
Actualmente, el modo más utilizado es el 2D que nos permite obtener imágenes en tiempo real y en dos dimensiones (cortes planos del corazón, en distintos ejes). Además, se puede complementar con otras técnicas como el Doppler tisular o contrastes. Recientemente, se está extendiendo el uso de la ecocardiografía en 3D.
El ecocardiograma estándar, se denomina ecocardiograma transtorácico y se realiza colocando el transductor sobre la pared torácica obteniendo las imágenes a través de ella. Variando la posición y orientación del transductor podemos obtener imágenes de distintos planos del corazón. A saber:
Consiste en realizar un ecocardiograma a la vez que se somete al paciente a un estrés, bien por esfuerzo físico o mediante el uso de fármacos.
Evaluando el movimiento de las paredes cardiacas en reposo y comparándolo después con el rendimiento miocárdico durante el esfuerzo, se obtiene una serie de indicadores de isquemia inductible que pueden asignarse a los diferentes territorios coronarios.
Normalmente se utiliza el esfuerzo físico para provocar el estrés cardiaco y preferentemente la bicicleta estática, que permite obtener imágenes simultáneamente al ejercicio. Si no es posible la realización de la prueba de esfuerzo física se utilizan fármacos que aumentan la frecuencia cardiaca (prueba de esfuerzo farmacológica); generalmente se usa una infusión de dobutamina.
Este tipo de ecocardiograma se usa fundamentalmente para el diagnóstico de isquemias miocárdicas y para establecer el pronóstico de pacientes de población general y tras un infarto de miocardio, así como para realizar seguimiento de las intervenciones percutáneas.
En esta modalidad de ecocardiografía transesofagica (ETE), se introduce el transductor por una sonda esofágica, lo que permite obtener señales con mayor intensidad al reducir el grosor de la pared que han de atravesar los ultrasonidos. Generalmente, se realiza bajo sedación consciente intravenosa.
La ETE es una técnica de ecocardiografía antigua que se desarrolló para reemplazar los cateterismos que son de mayor riesgo. La ETE se usaba antiguamente ya que los Rayos X no estaban tan avanzados para poder realizar la ecocardiografia transtoracica que es la que actualmente se utiliza.
La ETE tiene unas indicaciones y contraindicaciones muy concretas, así como unos riesgos inherentes muy conocidos. Está indicada en aquellos pacientes en los que la ETE no ha aportado o probablemente no aportará información diagnóstica. Algunos casos concretos en los que ETE tiene una eficacia probada, son la detección de la disección aórtica, la evaluación del mecanismo de la insuficiencia mitral y la búsqueda de posibles émbolos cardiacos. La ETE está contraindicada en los pacientes con trastornos esofágicos significativos.
Entre las posibles complicaciones cabe destacar las relacionadas con los fármacos para la sedación y las derivadas de la introducción de la sonda (traumatismos en dientes, encías, orofaringe o esófago).
La ecocardiografía es una técnica de diagnóstico por imagen no invasiva que aporta información sobre gran número de parámetros: tamaño y forma del corazón, capacidad de bombeo, localización y evaluación de válvulas, flujo, estado y función de las paredes cardiacas. Por todo ello, tiene las siguientes aplicaciones clínicas:
El comentario precedente representa solo un esbozo de las posibilidades diagnósticas de la ecocardiografía. Existen algunas circunstancias clínicas en las que se puede utilizar esta técnica que el médico debe conocer bien. Estos usos clínicos específicos de ecocardiografía:
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