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Editorial Columba



Editorial Columba fue una editorial argentina de historietas. Tuvo gran popularidad en su país desde su fundación en 1928 y hasta poco antes de la crisis de 2001, cuando cerró por completo.[1]

Columba fue una industria polifacética, no solo era editorial, sino que tenía una estructura que contemplaba todos los procesos de producción: edición, provisión de papel, impresión y distribución. De acuerdo a Pablo Muñoz, CEO de Deux Graphica: «tenía una estructura que solo Editorial Atlántida y los diarios más importantes tenían durante la década de los noventa, y toda esa estructura y costos, se apoyaban en un solo producto: la historieta Marca Columba».[2]

Su nombre se debía a su fundador, Ramón Columba, aunque también a las tres generaciones que se encargaron de la editorial; existió un primer Ramón, taquígrafo del Congreso de la Nación y eximio dibujante, que junto a su hermano Claudio fundó Editorial Columba. Sin embargo, suele considerarse que sus hijos son los verdaderos artífices del éxito de la empresa, y que cuando éstos asumieron el mando Columba se convirtió en la verdaderamente renombrada y completa editorial de historietas. Estos hombres se llamaban también Ramón y Claudio, respectivamente, pero eran primos. Y luego llegó una nueva generación de primos segundos llamados también Ramón y Claudio.

A mediados de los años cuarenta, Columba aumentó su oferta con Intervalo (1945).[3]​ En los años cincuenta lanzó Fantasía (1950) y, ya con episodios autonconclusivos, D'artagnan (1957).[3]Robin Wood se convierte en su guionista más recurrente.[3]​ Durante la década del '70 y la del '80, para competir con las nuevas publicaciones de Ediciones Récord, lanzó Nippur Magnum (1979) y Nippur Magnum Todo Color (1981).[3]

A mediados del año 2000 Columba enfrentó su peor crisis económica, paralela a la del país, y canceló todos los títulos que publicaba desde hacía décadas. Intentando adaptarse a las nuevas tendencias, lanzó una serie de comic-books con algunos de sus personajes más conocidos, presentando sus primeras historias y agregando portadas nuevas de autores reconocidos. Sin embargo, las escasas ventas obligan a la editorial a levantar las publicaciones y en mayo de ese año salen los últimos números.[3]​ En 2001, poco antes del estallido popular ante la crisis argentina, cerró definitivamente Columba, la editorial que por más tiempo publicó historietas en la Argentina.[3]

Columba es muy recordada a nivel popular por sus personajes (Nippur de Lagash, Dago o Gilgamesh el inmortal, entre muchos otros) y la calidad de sus historias, tanto por una parte de la población como por artistas reconocidos como Andrés Calamaro, quien realizó una canción-homenaje llamada Revistas.[4]

En la miniserie argentina Germán, últimas viñetas se retrata el paso del famoso escritor y guionista de historietas Héctor Germán Oesterheld por una editorial sin nombre, pero que es una clara referencia a Columba: el argumento narra la etapa final que Oesterheld dedicó a su labor como escritor/guionista y militante político, específicamente los años que transcurren entre 1971 hasta su desaparición forzada en 1976.[5]​ Por entonces Oesterheld se ganaba la vida trabajando para editoriales como Columba y Récord (básicamente fusionadas en una sola editorial muy popular dentro del universo de la serie), las cuales tenían una línea editorial opuesta a su manera de pensar el mundo y la Argentina, pero que le permitieron sobrevivir económicamente.[5]



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