El oro del Rin (título original en alemán: Das Rheingold) es una ópera en un acto (un preludio y cuatro cuadros) con música y libreto en alemán de Richard Wagner, la primera de las cuatro óperas que componen el ciclo de El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen). Se estrenó en el Hoftheater de Múnich el 22 de septiembre de 1869, con August Kindermann en el papel de Wotan, Heinrich Vogl como Loge, y Wilhelm Fischer como Alberich. Forma parte del Canon de Bayreuth.
Aunque El oro del Rin es la primera ópera del ciclo El anillo del nibelungo, fue la última en ser concebida. Los planes de Wagner para la tetralogía fueron hacia atrás a partir de la muerte del héroe Sigfrido, para incluir su juventud y luego la historia de los acontecimientos en torno a su concepción y de cómo la valkiria Brunilda fue castigada por haber intentado salvar a sus padres contra las Mitteilung fue debidamente alterado para reflejar el cambio. A la frase arriba citada él añadió las palabras, «que serán precedidas por un gran preludio».
Empezó a trabajar en el preludio produciendo tres esbozos en prosa aquel mes, aunque él siguió estando inseguro sobre el nombre, considerando por turnos Der Raub: Vorspiel (El robo: Preludio), Der Raub des Rheingoldes (El robo del oro del Rin) y Das Rheingold (Vorspiel) (El oro del Rin (Preludio)). Una carta que Wagner escribió a Theodor Uhlig confirma que en esta época la ópera iba a tener tres actos. Wagner siguió desarrollando el texto y el guion del preludio en paralelo con los de La valkiria. El esquema en prosa de El oro del Rin fue terminado entre el 21 y el 23 de marzo de 1852 y su borrador en verso entre el 15 de septiembre y el 3 de noviembre. Una copia fiel del texto fue acabado para el 15 de diciembre.
Durante los primeros años de la década de 1850, Wagner produjo algunos esbozos musicales para partes del Anillo y apuntó varios motivos que se usarían en la obra. De particular interés es el 5 de septiembre de 1853; Wagner pretendió en su autobiografía Mein Leben que en esta fecha la idea musical le vino mientras estaba medio dormido en un hotel en La Spezia en Italia, pero esto ha sido puesto en duda por Deathridge y otros.
También existen tres grupos de aislados esbozos musicales para El oro del Rin que fueron compuestos entre el 15 de septiembre de 1852 y noviembre de 1853. El primero de ellos fue incluido en el borrador en verso del texto, el segundo en la copia de Wagner de la impresión de 1853 del texto; la tercera se escribió en una hoja no datada de papel musical. Las tres fueron usadas posteriormente por Wagner.
El adecuado desarrollo de la partitura empezó el 1 de noviembre de 1853. Para el 14 de enero, Wagner completó el primer esbozo de la ópera entre dos y tres pentagramas. La siguiente etapa implicó el desarrollo de un borrador más detallado que indicaba la mayor parte de los detalles vocales e instrumentales. Esto se terminó para el 28 de mayo. En paralelo, Wagner empezó a trabajar en una buena copia de la partitura el 15 de febrero, una tarea que había terminado el 26 de septiembre de 1854, momento en el que ya había empezado a trabajar en los esbozos de La valkiria.
Wagner quería que esta ópera se estrenara como parte de todo el ciclo, pero se vio obligado a representarla antes por insistencia de su patrón, el rey Luis II de Baviera. Se estrenó en el Hoftheater de Múnich el 22 de septiembre de 1869. La ópera se estrenó como parte del ciclo el 13 de agosto de 1876, en el Festspielhaus de Bayreuth. El oro del Rin sigue siendo una de las óperas más populares; en las estadísticas de Operabase aparece la n.º 33 de las cien óperas más representadas en el período 2005-2010, siendo la 4.ª en alemán y la segunda de Wagner, después de El holandés errante. Sigue, pues, representándose con regularidad, tanto en Bayreuth como en otros lugares como parte del ciclo del Anillo o separadamente.
Las ondinas Woglinda, Wellgunda y Flosshilda custodian el oro situado en el fondo del río Rin. El enano Alberich (un nibelungo) lo roba y fabrica con él un anillo mágico.
El dios Wotan (Odín), ha ordenado a dos gigantes que construyan un castillo y a cambio les dará como premio a Freia, la diosa de la juventud, pero esta se niega. Entonces Wotan, de acuerdo con Loge (el semidiós del Fuego), decide apoderarse del oro acumulado por Alberich para ofrecérselo a los gigantes en lugar de Freia.
Mientras tanto Alberich ha adquirido un yelmo mágico que le permite hacerse invisible o transformarse en diversos animales. Mediante una artimaña Wotan lo apresa y se hace con el anillo. Alberich pone una maldición sobre todo aquel que desee el anillo.
Los gigantes, Fassolt y Fafner, reclaman el anillo para liberar a Freia. Wotan se ve forzado a entregárselo tras la intercesión de Erda, la Diosa de la Tierra. Uno de los gigantes mata al otro y huye con el oro y el anillo. Finalmente Wotan y otros dioses entran triunfalmente en la fortaleza mágica (Walhalla). En la última escena las ondinas lamentan la pérdida del oro. Loge, quien no puede entrar a Walhalla por ser sólo un semidiós, se burla tanto de ellas como de los dioses y anuncia su caída futura.
Las ondinas, hijas del Rin, están a orillas del río y cantan el tema musical que las caracteriza. El enano Alberich llega e intenta seducir a una ondina pero esta lo rechaza y las demás se burlan de él por su apariencia y poca astucia. El enano les pregunta qué es lo que custodian y ellas le responden que un oro muy preciado, el enano les pregunta para qué sirve y ellas le responden que el oro puede convertirse en un anillo que da poder infinito a quien lo porte, mas solo lo puede llevar quien renuncie al amor para siempre. El enano está dispuesto a renunciar al amor ya que no lo conoce por lo que jura mantenerse en castidad hasta el fin de sus días. El enano roba el oro y lo convierte en un anillo. Antes de que se vaya, las ondinas le advierten, cantando el mismo tema musical de su aparición, que el anillo sólo le atraerá la muerte ya que provoca la angustia de conservarlo a quien lo posee y la codicia de obtenerlo a quien lo rodea. El enano hace caso omiso a las advertencias de las ondinas y se lleva el anillo.
Wotan, rey de los dioses, duerme en la cima de una montaña junto a Fricka, su esposa. Fricka se despierta y alcanza a ver un magnífico castillo a sus espaldas, por lo que despierta a Wotan, quien le hace saber que su nuevo hogar ha sido construido. Los gigantes completaron la obra y a cambio Wotan les ofreció a Freia, la diosa de la juventud. Fricka se encuentra consternada por su hermana, pero Wotan confía en que no tendrá que cumplir su palabra.
Freia aparece y se muestra horrorizada mientras la siguen los gigantes Fassolt y Fafner. Fassolt demanda que se le pague por el trabajo que realizó y declara que el poder de Wotan se deriva de los tratados que ha inscrito sobre su lanza, y entre estos se encuentra el pacto que hizo con los gigantes. Donner, dios del trueno, y Froh, dios de la primavera, aparecen para poder defender a su hermana pero Wotan los detiene, ya que no puede detener a los gigantes a través de la fuerza, puesto que esto le impediría cumplir su palabra.
Loge, semidiós del fuego, aparece justo a tiempo, y Wotan confía en que la astucia del dios le ayudará a encontrar una manera de no cumplir el acuerdo con los gigantes. Sin embargo, Loge reconoce que no hay nada en el mundo que quiera apartarse del amor y de la mujer. Salvo un único ser: el enano Alberich, que renunciando al amor ha robado el oro del Rin y con él ha forjado un poderoso anillo. Wotan, Fricka y los gigantes inmediatamente comienzan a idear una manera de apoderarse del anillo; Loge sugiere una manera de robarle el artefacto al enano. Fafner demanda que el anillo sea la forma de pago por el castillo de Wotan, en lugar de Freia. Los gigantes se marchan pero se llevan a Freia como rehén.
Las manzanas doradas de Freia habían permitido que los dioses se mantuviesen jóvenes permanentemente, pero con su ausencia comienzan a envejecer y a deteriorarse. La única forma de revertir esto es conseguir el anillo para poder rescatar a Freia, razón por la cual Wotan y Loge descienden al mundo terrestre en busca del anillo.
En este espacio hay un intermedio orquestal que narra el descenso de Loge y Wotan hacia el Nibelheim. Uno de los detalles más importantes de este intermedio es cuando la orquesta empieza a disminuir el volumen de la música para que se puedan escuchar 18 yunques (recreados por la orquesta con distintas alturas), lo cual representa la labor de los enanos que se encuentran esclavizados por el cruel Alberich.
Alberich se encuentra en el mundo terrenal y dirige a los enanos en su labor de extracción del oro de las cuevas. También está su hermano Mime con quien trabaja en esta empresa y se encuentran discutiendo. Llegan Wotan y Loge y le piden mucho oro y el anillo a cambio de beneficios divinos. Alberich no les cree y usando un yelmo mágico se convierte en bestias gigantes, incluido un dragón. Wotan y Loge aparentan estar impresionados pero le aseguran que es incapaz de convertirse en un animal pequeño a lo que Alberich se convierte en una pequeña rana. Los dioses no dudan en atraparlo en seguida y le quitan el yelmo mágico y, luego, el anillo.
Los gigantes reclaman el anillo para liberar a Freia. Wotan se ve forzado a entregárselo tras la intercesión de Erda, la Diosa de la Tierra. El gigante Fafner mata a su hermano Fassolt y huye con el oro y el anillo. Lohe se da cuenta de que no puede entrar al flamante castillo porque no es un dios completo por lo que vaticina el fin de la era de los dioses. La música final es uno de los momentos más importantes de la obra ya que muestra el objetivo cumplido de los dioses. Se escucha a las ondinas que lamentan que el tesoro del Rin les haya sido robado. Finalmente, Wotan, Fricka, Froh y Freia hacen su entrada triunfal al Valhalla con la música del castillo, ya desarrollada, engalonada por los bronces de la orquesta.
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