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Elecciones presidenciales de Argentina de 1922



La elección presidencial de Argentina de 1922 se celebró el 2 de abril. Contó con una participación del 55,3%. El vencedor resultó siendo Marcelo Torcuato de Alvear, el cual obtuvo el 49.06% de los votos, superando por más de 36 puntos porcentuales al candidato conservador Norberto Piñero. Dicha diferencia que no sería superada hasta la victoria de Juan Domingo Perón por 37.43 puntos, sobre Ricardo Balbín en 1973, y posteriormente por Cristina Fernández de Kirchner, que obtendría 37.30 sobre Hermes Binner en 2011.

Fue una de las elecciones con menor participación de la historia de Argentina bajo la Ley Sáenz Peña.[2]

La presidencia de Hipólito Yrigoyen, primer presidente democráticamente electo de la historia de Argentina, se vio marcada por contradicciones masivas. Siendo uno de los fundadores, en 1891, del primer movimiento partidario al pluralismo político exitoso, la Unión Cívica Radical (UCR), Yrigoyen llenó cinco de los ocho lugares en su Gabinete con miembros del antiguo Partido Autonomista Nacional, monopolizador del poder político durante la generación del 80. A pesar de sus declaraciones a favor del sufragio secreto, intervino provincias para deponer a dieciocho gobernadores electos, incluyendo cuatro de su propio partido.[3]​ Medió numerosos conflictos laborales, pero se vio incapacitado para frenar la brutalidad policíaca y militar contra los trabajadores en huelga. La onda de violencia resultante se agravó con la creación del grupo paramilitar Liga Patriótica Argentina por una facción reaccionaria de la clase alta del país, mientras Yrigoyen (y los tribunales) permanecieron en gran medida en silencio sobre estos problemas. Más de dos mil huelguistas murieron, incluyendo varios que fueron quemados vivos.[4]

A pesar de estos acontecimientos, se implementaron una serie de reformas positivas, incluyendo la primera pensión significativa del país, las leyes de negociación colectiva y reforma agraria, así como la ampliación del acceso a la educación superior, y la creación de la primera empresa estatal importante (la petrolera YPF). La economía argentina se recuperó con fuerza tras el final de la Primera Guerra Mundial en lo relacionado con la escasez de bienes y de crédito, y la política de mano de obra vigorosa de Yrigoyen ayudó a traducir esto en un aumento del nivel de vida de la población.[5]​ La oposición conservadora del Congreso, que había interrumpido las políticas de Yrigoyen a inicios de su mandato, se vio rápidamente depurada del legislativo por una serie de amplias victorias electorales de la UCR en la Cámara de Diputados, aunque el Senado, que seguía siendo elegido indirectamente, todavía tenía una ligera mayoría conservadora, que sería derrotada en las elecciones legislativas de ese mismo año.[6]

Yrigoyen estaba preparado para dejar el cargo, no así el control político sobre el país, viéndose acosado dentro de la propia UCR. Se decidió escoger como candidato a Presidente a un cofundador del partido, el entonces embajador de Argentina ante Francia, Marcelo Torcuato de Alvear. Proveniente de una familia de terratenientes tradicionales del país, Alvear aplacó los temores de Yrigoyen de perder el control sobre la UCR, riesgo que el propio Yrigoyen previno asegurando la candidatura de su amigo personal y exjefe de la policía de Buenos Aires Elpidio González como compañero de fórmula de Alvear.[7]​ La mayoría de los demás partidos opositores siguieron el ejemplo de la UCR y, en lugar de proponer a sus figuras primordiales y líderes como candidatos, escogieron a candidatos más austeros con inclinaciones reformistas. Los conservadores formaron la alianza Concentración Nacional, pero no nominaron al líder Marcelino Ugarte, ex Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, como su candidato a Presidente, sino que se decantaron por Norberto Piñero, abogado de derecho penal. En 1890, Piñero había logrado una revisión necesaria del Código Penal de la Nación Argentina, un logro previo que sus seguidores esperaban podría, en opinión de los votantes, ser más importante que los vínculos de la Concentración Nacional con la violenta Liga Patriótica Argentina.[4]​ El Partido Demócrata Progresista, que anteriormente no había conseguido promover una reforma centrista con Lisandro de la Torre, escogió a Carlos Ibarguren, ex Ministro de Educación, como candidato presidencial. Nicolás Repetto, un respetado líder del movimiento cooperativo, fue el candidato del Partido Socialista.[7]

Las elecciones, con baja participación, dieron lugar a una aplastante victoria para la UCR. Alvear, que no había hecho campaña en absoluto, se enteró de los resultados del voto popular el mismo 2 de abril, al recibir una llamada telefónica del Presidente Yrigoyen.[7]

Los colegios electorales se reunieron el 12 de junio de 1922, en cada una de las capitales provinciales y en la Ciudad de Buenos Aires, proclamando ganadores a Marcelo T. de Alvear y Elpidio González.



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