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Eos



En la mitología griega, Eos (en griego antiguo Ἠώς Ēós o Ἕως Eos, Aurora en latín) era la diosa titánide[1]​de la aurora, que salía de su hogar al borde del océano que rodeaba el mundo para anunciar a su hermano Helios, el Sol.

Se cree que la adoración griega de la aurora como diosa fue heredada de la época indoeuropea. El nombre «Eos» es un cognado del latín Aurora y del sánscrito védico Ushas.

Como diosa de la aurora, Eos abría las puertas del cielo con «sonrosados dedos»[2]​ para que Helios pudiera conducir su carro por el cielo cada día. En la Ilíada,[3]​ su toga de color azafrán está bordada o tejida con flores;[4]​ con dedos sonrosados y brazos dorados, era representada en vasijas áticas como una mujer sobrenaturalmente hermosa, coronada con una tiara o diadema y con largas alas con plumas blancas de pájaro:

Quinto de Esmirna la representaba exultante en su corazón sobre los resplandecientes caballos (Lampo y Faetonte) que tiraban de su carro, entre las Horas de brillante pelo, subiendo el arco del cielo y esparciendo chispas de fuego.[7]

Con frecuencia se la asocia con el epíteto homérico Rododáctila (ῥοδοδάκτυλος: ‘de sonrosados dedos’), si bien Homero también la llama Eos Erigenia:

[8]

También emplea ese epíteto Hesíodo:

[9]

Por tanto Eos, precedida por el lucero del alba (Venus), es considerada el origen de todas las estrellas y planetas, siendo sus lágrimas las creadoras del rocío matutino, personificado por Ersa o Herse.

Eos es la hija de Hiperión y Tea y hermana de Helios (el Sol) y Selene (la Luna), «que brilla sobre todos los que están en la tierra y sobre los inmortales dioses que viven en el ancho cielo», según Hesíodo.[10]​Otros dicen que su madre se llamó Eurifaesa,[11]​quien se identifica de manera natural con Tea. Tan solo en una fuente se nos dice que es hija de Palante, pero no se especifica la madre.[12]

Eos era libre con sus favores y tuvo muchos consortes, tanto entre la generación de los titanes como entre los mortales más hermosos. Con Astreo tuvo a todos los vientos y estrellas. Su pasión por el gigante Orión no fue correspondida. Eos secuestró a Céfalo, Clito, Ganimedes y Titono para que fueran sus amantes.

En el más restrictivo mundo helénico, el poeta Apolodoro afirmaba, en una anécdota más que un mito, que su vergonzosa despreocupación era un tormento para Afrodita, quien la halló en la cama con Ares.[13]

El consorte más fiel de Eos fue Titono, de cuyo diván la imaginaban levantándose los poetas. Cuando Zeus le robó a Ganimedes para que fuese su copero, Eos le pidió que hiciese inmortal a Titono, pero olvidó pedir la eterna juventud. Titono vivió por tanto para siempre pero se hizo más y más anciano, convirtiéndose finalmente en un grillo.

Según Hesíodo,[14]​ Titono y Eos tuvieron dos hijos, Memnón y Ematión. Memnón luchó junto a los troyanos en la Guerra de Troya y murió a causa de ello. Su imagen con Memnón muerto sobre sus rodillas, como Tetis con Aquiles e Isis con Osiris, fue el icono que inspiró la Pietà cristiana.

El rapto de Céfalo tenía un atractivo especial para el público ateniense debido a que este era un muchacho de la ciudad,[15]​ por lo que este elemento mítico apareció frecuentemente en las vasijas pintadas áticas y fue exportado con ellas. En los mitos literarios, Eos raptó a Céfalo cuando este estaba cazando y lo llevó a Siria.[16][14]Pausanias fue informado de que la secuestradora de Céfalo fue Hemera, la diosa del día.[17]​ Aunque Céfalo ya estaba casado con Procris, Eos tuvo tres hijos con él, incluidos Faetonte y Héspero. Pero entonces Céfalo empezó a añorar a su esposa, provocando que una contrariada Eos lo devolviese con ella y lo maldijese. En el relato de Higino, se cuenta que Céfalo mató accidentalmente a Procris algún tiempo después al confundirla con un animal mientras cazaba.[18]​ En Las metamorfosis de Ovidio, Procris, celosa, espía a Céfalo, le oye cantar al viento (Aura) y lo interpreta como una serenata para Aurora, que había sido amante de él.[19]

Entre los etruscos, la diosa generativa de la aurora era Thesan. Las representaciones de la diosa-aurora con un joven amante se hicieron populares en Etruria en el siglo V, probablemente inspiradas por las vasijas pintadas griegas importadas.[20]​ Aunque los etruscos preferían representar a la diosa como una criadora (curótrofa) más que como una abductora de hombres jóvenes, las acroteras escultóricas arcaicas tardías de la Caere etrusca, actualmente en Berlín, muestran a una diosa corriendo en una pose arcaica adaptada de los griegos, y llevando a un muchacho en sus brazos, que ha sido normalmente identificada con Eos y Céfalo.[21]​ En un espejo etrusco Thesan aparece llevándose a un joven, cuyo nombre es inscrito TINTHU[N].[22]

La aurora pasó a ser asociada en la religión romana con Matuta, más tarde conocida como Mater Matuta y también asociada con los puertos marítimos. Tenía un templo en el Foro Boario. El 11 de junio se celebraba la Matralia en ese templo en honor de Mater Matuta, festival este sólo para mujeres en su primer matrimonio.



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