El Ermitorio de Nuestra Señora de Gracia situado en el municipio de Villarreal (Provincia de Castellón, España) es un edificio representativo de la arquitectura popular mediterránea que alberga, junto a una importante muestra de azulejería medieval, renacentista y barroca y un museo etnológico, un gabinete de arqueología. Es interesante, por su completa decoración barroca, el pequeño oratorio que guarda la imagen de la Patrona.
Desde finales del siglo XIV existen testimonios de la presencia de eremitas en este entorno y de uno de ellos en concreto llamado Bernat Fabra. Se conoce el permiso que le fue concedido por el Consejo Municipal para la erección de una celda en el lugar. Pocos años después, en 1383, se realiza una procesión penitencial hasta la zona de "les ermites" que desde entonces quedan convertidas en centro de culto y veneración a la Virgen María.
Las obras de la actual ermita se originaron en el siglo XVI y a esta época corresponden los muros y la bóveda de crucería, que cubre la única nave de la iglesia. Las dependencias anexas sufrieron una violenta intervención el año 1985 por parte de su propietario, el Ayuntamiento, que destruyó buena parte de su carácter, pese a haberlo protegido íntegramente en el PGOU sólo dos años antes.
Una portada de piedra, con arco de medio punto, permite el acceso a la capilla principal del Ermitorio, constituida por una nave rectangular, cubierta con bóveda de crucería. El interior fue decorado a la manera barroca en la primera mitad del siglo XVIII, por los Ochando, a quienes se debe también el bello altorelieve de la Anunciación sobre el arco de triunfo. Las pinturas del ábside, representando ángeles con emblemas del Tota Pulchra, se deben al pintor Luciano Calado y fueron hechas en 1751
Desde 1633 se veneraba la imagen de la Patrona, bella escultura del siglo XIV, en la hornacina de su altar principal, que fue originalmente un retablo de madera en estilo barroco, construido, según la historiografía tradicional, por algún miembro de la familia Ochando, siendo la primera noticia de una obra de esta famosa saga de escultores. Escultura y altar fueron quemados tras el golpe de Estado de 1936. El actual, tallado por Pedro Gil, muestra en la parte superior las pequeñas imágenes de San Jaime, San Pascual y Santa Isabel. El presbiterio se adorna con ángeles flotantes que portan emblemas litanicos referidos a la figura de la virgen María, pintados en 1751 por Luciano Calado .
Sobre el arco triunfal del presbiterio puede apreciarse un interesante relieve con el tema de la Anunciación, de 1739, en estilo barroco; y a sus lados, dos pequeños altares, dedicados a San Antonio Abad y San Vicente Ferrer, de la segunda mitad del siglo XIX, sustituyen a los que se documentan ya en 1742, que fueron obra de los mismos Ochando. El de san Antonio vendría a substituir a su ermita, en ruinas por esta época, mientras que el de san Vicente Ferrer debió ser colocado en atención a los veraneantes de València que ocupaban algunas dependencias en aquellos años.
Al fondo del vestíbulo del Ermitorio, en el que destacan un amplio cantarero decorado con cerámica del pasado siglo, que se instaló en 1986, una vez destruido el del siglo XVIII que existía previamente y un curioso pavimento empedrado, fechado en 1776, y con interesantes dibujos y anagramas marianos, del cual también falta casi la mitad, puesto que se suprimió en las citadas obras de 1985 para abrir una aparatosa escalera de acceso a la coveta, que vino a substituir a la primitiva escalerita de acceso, situada enfrente de la puerta lateral de entrada a la iglesia. En las obras de la nueva escalera de acceso se destruyó también la sacristía que servía a la "coveta", pequeño oratorio del que se tiene noticias ya a mediados del siglo XVII. Este oratorio que ocupa la cueva donde según la tradición se halló la imagen titular, es obra más que probable de los Ochando, de hacia 1698 y en él son destacables las pinturas con motivos de aves y roleos, la decoración en yeso con ángeles y hojas de cardo y el zócalo y suelo de azulejos de Manises de la segunda mitad del siglo XVIII. Desapareció también en 1936 el estupendo retablo barroco que Bautista i Garcia atribuye a Josep Sebastià y que servía de marco a una pintura de la aparición de la Virgen al pastor, quizás obra de Juan Conchillos quien estuvo en la ermita en 1696 y 1699. Este oratorio reproducía a grandes rasgos el que existió hasta 1936 en la celda donde murió san Pascual de su convento vila-realense.
Este artículo incorpora material procedente de la página web de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, que mediante una autorización permitió agregar contenido e imágenes y publicarlos bajo licencia GFDL. BAUTISTA I GARCIA, J.D., "L'ermita i l'ermitori. Apunts artístics", Cal Dir, Vila-real, 1984 BAUTISTA I GARCIA, J.D. “Obres i reformes en l’ermita de la Mare de Déu de Gràcia a Vila-real. De 1739 a 1920. El llibre d’Eixides de l’administració de l’ermita”. Primeres jornades monogràfiques del Centre d´Estudis de la Plana. “Santuaris, Ermites i Eremites”. Castelló/Vila-real, 1986. BAUTISTA I GARCIA, J.D., Pintors i pintures a Vila-real. Segles XV al XVIII, Diputació de Castelló, Castelló, 1987.
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