El esquí alpino adaptado es un deporte practicado por personas con discapacidad física y visual. El deporte evolucionó debido a los esfuerzos de los veteranos discapacitados de Alemania y Austria durante y después de la Segunda Guerra Mundial. El Comité Paralímpico Internacional regula este deporte. El equipamiento principal incluye muletas de esquí, silla-esquí y esquís individuales. Entre las disciplinas de esquí alpino adaptado se encuentran el descenso, Supergigante, eslalon, eslalon gigante, Súper Combinada y snowboarding.
Existe un sistema de clasificaciones en el esquí alpino paralímpico diseñado para asegurar una competición justa entre los esquiadores con distintos tipos de discapacidad. Estas clasificaciones se agrupan en tres tipos generales de discapacidad: ciegos y deficientes visuales, discapacitados físicos de pie y discapacitados físicos sentados. Para permitir que los tres grupos compitan dentro de cada grupo en igualdad de condiciones pese a los distintos niveles de funcionalidad y situaciones médicas, se creó un sistema de factores de correcciones.
El esquí alpino fue uno de los deportes originales en los primeros Juegos Paralímpicos de invierno de 1976, en las disciplinas de eslalon y eslalon gigante. Con el tiempo se añadieron nuevas disciplinas. En los Juegos Paralímpicos de Vancouver 2010 las competiciones de esquí alpino se celebraron en Whistler Creekside, incluyendo el descenso, Súper Combinada, Supergigante, eslalon y eslalon gigante.
El esquí como deporte para personas con discapacidad se remonta a la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia del elevado número de soldados heridos. En Alemania, Franz Wendel, a quien habían amputado una pierna, consiguió adjuntar con éxito unas muletas a unos esquís cortos. Sepp "Peppi" Zwicknagel, veterano austríaco que había perdido ambas piernas por una granada, aprendió solo a esquiar y con el tiempo se convirtió en un instructor de esquí en Kitzbühel, fundó una división de la Asociación Austríaca de Esquí para esquiadores discapacitados. Para 1947 ya se celebraban competiciones anuales en Austria. Ludwig Guttmann, una de las figuras clave en la historia del deporte paralímpico, ayudó a organizar competiciones de esquí. En los Estados Unidos, Gretchen Fraser comenzó a enseñar a esquiar a los amputados de los hospitales del ejército. Para la década de 1960, se fundaron diversas organizaciones. Durante un largo período de tiempo, el esquí para discapacitados estaba restringido sólo a los amputados, pero en 1969 el esquiador ciego Jean Eymore, que había sido instructor de esquí antes de perder la vista, comenzó un programa de esquí para ciegos en Aspen, Colorado. La primera competición internacional, el campeonato del mundo de esquí alpino para discapacitados, se celebró en Francia en 1974.
El esquí alpino fue, uno de los deportes originales en los primeros, Juegos de Invierno de 1976, con competiciones de eslalon y eslalon gigante. En los Juegos de 1984, se añadió el descenso en el programa alpino paralímpico, junto al silla-esquí como deporte de exhibición. En los Juegos Paralímpicos de Albertville 1992, el descenso, eslalon y eslalon gigante se encontraban en el programa. En los Juegos Paralímpicos de Lillehammer 1994 , el eslalon Súper Gigante fue añadido al programa. En Nagano 1998, se añadieron las clases para esquiadores en silla y con deficiencias visuales en competiciones de medallas tras haber permitido competir en Juegos previos sólo a las clases de pie.
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