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Eurídice (ópera)



Eurídice es una ópera pastoral que fue encargada al compositor Jacobo Peri y al poeta Ottavio Rinuccini con ocasión del enlace matrimonial entre Enrique IV de Francia y Maria de Medici, que tuvo lugar en Florencia en el año.

Es considerada por algunos como la primera ópera cuya música ha sido conservada íntegramente (Dafne fue representada en Florencia en la temporada de, (pero solo se han conservado el libreto y algunos fragmentos musicales), aunque otros colocan en su lugar a Rappresentatione di Anima e di Corpo de Emilio de’ Cavalieri, estrenada en Roma unos meses antes. Las divergencias surgen debido a que las características del nuevo género aún no estaban definidas.

La primera representación de Euridice se produjo en el contexto de las celebraciones en honor de la boda entre Enrique IV de Francia y Maria de Medici. En un principio, dichas celebraciones iban a haber tenido lugar en la ciudad de Marsella, pero, tras un repentino cambio de planes probablemente en agosto del mismo año, éstas fueron trasladadas a Florencia.[1]

Parece que la iniciativa de la producción de la ópera fue de Octavio Monchitielli en el año 8.

Euridice ocupó un lugar casi insignificante dentro de las celebraciones, que se extendieron entre los días 4 y 14 de octubre del año 1600. Al contrario que Il rapimento di Cefalo de Giulio Caccini y Gabriello Chiabrera, que fue representada el día 9 en el gran teatro de la galería de los Uffici ante una gran audiencia (y en la que se invirtieron grandes sumas de dinero), Euridice se estrenó en la tarde del día 6 en unas de las salas del piso superior del palacio Pitti ante una reducida audiencia de unos 200 invitados,[2]​ estando el acceso restringido a príncipes y nobles.

Además, la ópera tuvo que superar diversos problemas tanto internos como externos, que hicieron que fuera mayoritariamente pasada por alto. En primer lugar, el cambio de localidad de las festividades provocó que la creación de la ópera tuviera que acelerase. Poco antes del estreno no se sabía quiénes iban a ser los cantantes, e, incluso, la escenografía no estuvo plenamente acabada para entonces.[3]

Por otro lado, las desavenencias entre Peri y Caccini llegaron hasta tal punto que Caccini, maestro de algunos de los cantantes participantes, les obligó a que cantaran música suya en lugar de la de Peri. La participación musical de Caccini se limitó a aproximadamente un 25% del total:

Esta competencia entre los dos compositores llegó a su punto culminante cuando Caccini publicó su propia adaptación musical del libreto de Rinuccini unos meses antes que Peri, cuya partitura fue publicada por Giorgio Marescotti en Florencia en 1601. Fue dedicada a Maria de Medici, y en 1608 Alessandro Raveri imprimiría una segunda edición.[5]

Esta ópera rara vez se representa en la actualidad; en las estadísticas de Operabase aparece con sólo 1 representación en el período 2005-2010.

Escrito por Ottavio Rinuccini (1562-1621), está basado en el libro X de Las Metamorfosis de Ovidio y, más concretamente en el mito de Orfeo, aunque modificando su final. Aquí el poeta recurrió a un género relativamente nuevo, el pastoral, probablemente debido a que fuera uno de los géneros favoritos del propio Ferdinando de Medici (sin duda porque representaba el hedonismo de la sociedad florentina de la época).[6]​ Aun así, no renunció a la división en cinco partes (en este caso escenas en vez de actos) de la tragedia clásica.

Rinuccini dio forma a su libreto a partir de escenas independientes separadas por coros que sólo comentan la acción. Se observa bastante poco diálogo, lo que deja paso a una mayor presencia del monólogo.

Como en cualquier libreto mitológico, se ha intentado buscar un significado alegórico claro. Algunos ven en el personaje de Euridice una alegoría de María de Medici, mientras que otros ven en ella un símbolo de la propia ciudad de Florencia.[7]

Es difícil precisar hasta qué punto la ópera se sirvió de tradiciones anteriores para formar un conjunto nuevo. Lo que está claro es que diversas prácticas confluyeron en su nacimiento. Entre ellas podemos destacar:

A pesar de que no se pueda afirmar que Euridice presenta los primeros ejemplos de una nueva manera de cantar (recordemos que Dafne fue estrenada dos años antes), sí se puede decir que esta ópera es la primera manifestación amplia del estilo recitativo, cuya característica poética principal es la construcción sobre versi sciolti (heptasílabos y endecasílabos sin patrón estrófico). Esta nueva manera de cantar surgió como respuesta a las teorías sobre la necesidad de trasladar la forma de hablar a la música, tan presentes en la Camerata Florentina, para despertar emociones en el espectador (el mismo Prólogo de la ópera declara que ésta es su intención). Incluso el mismo Peri dijo en el prólogo a la primera edición de la obra:

Además, Peri explica las bases musicales de este nuevo estilo, en el que la mayor parte de la obra está compuesta:

Todo ello se puede encontrar en Euridice. Peri pretendió reflejar las inflexiones de la voz con los medios musicales que tenía a su disposición:

Es decir, melodía, ritmo y armonía están totalmente al servicio del texto.

Esto no quiere decir, sin embargo, que su tratamiento del recitativo sea homogéneo a lo largo de toda la obra. Unos años después, el teórico Giovanni Battista Doni (c. 1593 - 1647) hablaría de tres tipos diferentes:[11]

En el pasaje arriba citado de dicho prólogo, Peri también hace referencia a su novedoso uso de las disonancias. Ya no son empleadas exclusivamente como recurso expresivo, sino que en muchas ocasiones sirven para dar impulso a la música, haciendo inestables a las sílabas no acentuadas para que se dirijan hacia las consonantes acentuadas. Esto produce movimientos condenados por la teoría contrapuntística tradicional. Así, al final del texto, Peri dice: “Y espero que el uso de las disonancias, tocadas y cantadas sin miedo, con discreción y adecuadamente (habiendo agradado a tantos y tan honorables hombres) no les cause irritación, especialmente en las arias más tristes y serias de Orfeo, Arcetro y Dafne".[13]

Este prólogo asimismo ha provocado el surgimiento de debate en torno al acompañamiento instrumental. Peri nombra a instrumentistas que participaron en el estreno de la obra: Jacopo Corsi al clave, Grazia Montalvo al chitarrone, Giovanbattista dal Violino a la lira y Giovanni Lapi al laúd. Por un lado, algunos, como Howard Mayer Brown, afirman que la partitura es un mero indicativo de las intenciones del compositor y que, además, en ningún momento Peri dice que fueran los únicos instrumentistas en sicha representación. Además, las partes para instrumentos melódicos agudos no especificados sugieren que hubo una mayor participación instrumental.[14]​ En el extremo contrario se sitúan estudiosos que, como Tim Carter, afirman que no hubo instrumentos melódicos en el continuo, lo que haría que las disonancias con la voz fueran mucho menos marcadas.[15]

Los coros son mayoritariamente a cinco voces y homofónicos en su tratamiento, aunque en ellos no se puede negar el reflejo de la educación contrapuntística que Peri recibió de su maestro Malvezzi. Buen ejemplo de ello es “Al canto, al ballo”, que cierra la primera escena.

Euridice ocupa un lugar prominente en la Historia de la Música por ser la primera ópera conservada en su integridad, pero ha sido menospreciada musicalmente al lado de obras posteriores, como Orfeo (1607) de Claudio Monteverdi. Sin embargo, si se estudia más concienzudamente, la partitura muestra muchas de las características que serían desarrolladas en Orfeo, además de una gran variedad musical puesta al servicio de la expresión del texto.



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