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Evaristo Madero Elizondo



José Evaristo Madero Elizondo (Hacienda de Rosales, Coahuila y Texas; 19 de septiembre de 1828 - Monterrey, Nuevo León; 6 de abril de 1911) fue un destacado militar, empresario y político mexicano que ocupó el cargo de gobernador del estado de Coahuila durante el porfiriato. Fue abuelo del prócer de la Revolución Mexicana Francisco I. Madero.

Nació en la Hacienda de Rosales, en el territorio de Coahuila y Texas, el 19 de septiembre de 1828, siendo el segundo de los 4 hijos (y único varón) de José Francisco Madero Gaxiola, alcalde mayor de Monclova y diputado del Congreso Constituyente del Estado de Coahuila[1]​, graduado de la Escuela de Minería de la Real y Pontificia Universidad de México[2]​, fundador de la hacienda algodonera de Palmira en San Pedro de las Colonias (Coahuila), y de Victoriana Elizondo García, (hija de Nicolás Elizondo, hermano del coronel realista Ignacio Elizondo, descendientes del capitán Francisco de Elizondo y Urdiñola, dueño de importantes minas en Mazapil). Su tío paterno, José Isidro Madero, siendo gobernador de Chihuahua[3]​, combatió la invasión comanche (1832 - 1834), incitada por filibusteros texanos.

Años atrás el padre y el abuelo materno de Evaristo habían deslindado, por encomienda del gobierno, las tierras nacionales; a la par de esto y de la fundación de pueblos y colonias, se habían hecho de tierras y ganados.

Evaristo fue enviado a estudiar a Saltillo, donde permaneció hasta 1841, cuando, con la pérdida del territorio coahuilense más allá del río Bravo en manos de los independentistas texanos, donde tenían importantes propiedades, se vio obligado a regresar y a administrar la hacienda de Palmira, herencia de su padre, quien había muerto anteriormente, ya que en diciembre de 1838, Samuel Houston, primer presidente de la República de Texas, estableció la frontera de esta en el Río Grande, despojando a la familia Madero de sus posesiones, deteriorando así su solvencia situación económica.

En 1847 Evaristo Madero se incorporó a una empresa de transportes encabezando un convoy que viajaba de Saltillo a San Antonio, Texas. Desde 1853 residió en Monterrey, donde estableció por su cuenta un servicio de carretas que circulaban entre Nuevo León, Coahuila y Texas. Su actividad como comerciante mayorista le permitió acumular una fortuna considerable.

Fue gran amigo de Santiago Vidaurri durante la época en que este fue gobernador de Nuevo León y decretó la anexión de Coahuila a ese estado (1856); actuó como diputado Constituyente de 1857 y años más tarde, distanciado de Vidaurri, se adhirió a Benito Juárez en su lucha contra la ocupación francesa. Durante esa participación obtuvo el grado de coronel.

Al poco tiempo compró la hacienda El Rosario, en Parras, Coahuila, que incluía la fábrica textil La Estrella, en sociedad con su hijo Francisco y con Lorenzo González Treviño, esposo de su hija Pudenciana. Ahí se dedicó intensamente al cultivo del nogal. Poco tiempo después adquirió la hacienda de San Lorenzo, que ya era entonces famosa por sus viñedos. Por ello, Evaristo Madero hizo un viaje por Italia, Grecia, España, Portugal y Francia obteniendo las más ricas variedades de uvas; implantó avanzados sistemas de producción vitivinícola, contribuyendo así al avance de la industria vinícola en el norte del país.

Estableció también molinos de trigo en diversos puntos del país, desde el norte hasta Yucatán. A partir de 1870 expandió el cultivo del algodón, sobre todo en La Laguna, y modernizó los telares de La Estrella con maquinaria inglesa.

Según Mario Cerutti, llegó a controlar, de manera directa e indirecta más de 1,110,000 hectáreas de tierras en el norte de México[4]​, convirtiéndolo en uno de los mayores latifundistas del país.

Invirtió de la mano de su cuñado Antonio V. Hernández, así como de Enrique C. Creel, Manuel Romero Rubio, y muchos otros[5]​.

Fue el principal accionista del Banco de Nuevo León (1892), participando asimismo en la fundación del Banco Mercantil de Monterrey (1899). A través de sus hijos, ejercía influencia en la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, en la Compañía Fundidora y Afinadora, en la Fábrica de Vidrios y Cristales Monterrey, S.A., entre otras.

De 1890 a 1908 sus empresas prosperaron notablemente:

Evaristo Madero fue gobernador de Coahuila desde el 15 de diciembre de 1880 hasta el 1 de mayo de 1884, coincidiendo su período con la presidencia del general Manuel González Flores.

Durante su administración realizó una trascendente labor impulsando el crecimiento económico: creó instituciones de crédito, estimuló la agricultura y apoyó la fundación y ampliación de empresas siderúrgicas y mineras; inició el ferrocarril de Lerdo a Piedras Negras; tendió las líneas telegráficas que comunicaron a Laredo, Patos, San Pedro, Viesca, Saltillo, Piedras Negras y Lampazos.

Siendo un hombre letrado y de ideas liberales, Madero pensaba que el progreso material requería de la instrucción de todas las clases sociales, por ello, estableció planteles de educación primaria en todas las poblaciones en que no había e impulsó la educación superior en el Ateneo Fuente. Favoreció la constitución del Consejo de Salubridad en 1881.

Mientras gobernaba afloró el viejo conflicto de límites con Durango; nombró como representantes de Coahuila en esta negociación a Genaro Raigosa y a Prisciliano María Díaz González, quienes no tuvieron mucho éxito; este desacuerdo no se resolvería cabalmente sino hasta 1905.

En su periodo de gobierno se promulgó la Constitución Política del Estado Libre y Sobrano de Coahuila de Zaragoza el 21 de febrero de 1882. Madero no aceptó ser candidato a la gubernatura por otro periodo de cuatro años debido a que Porfirio Díaz no aprobó su proyecto de poner en alquiler las tierras de propiedad estatal, lo que tenía por finalidad la creación de un fondo para sostener la instrucción pública gratuita.

Renunció al cargo antes de finalizar su periodo constitucional, el 1 de mayo de 1884, quedando Francisco de Paula Ramos como gobernador interino.

Don Evaristo Madero Elizondo falleció el 6 de abril de 1911, en Monterrey, Nuevo León, a pocos meses de la caída del régimen porfirista y de la subida al poder de su nieto Francisco I. Madero. Fue sepultado en Parras.

En 1847, Evaristo Madero de 19 años, contrajo matrimonio con doña María Rafaela Hernández Lombraña, de 16 años, media-hermana de Antonio V. Hernández, fundador del Banco Central Mexicano, hija de don Marcos Hernández Montalvo, jefe político del Río Grande, y de su primera esposa, doña María Antonia Lombraña y de León. Doña Rafaela falleció en 1870 a la edad de 38 años, tras haber tenido siete hijos:

En segundas nupcias se casó con doña Manuela Farías y Benavides, hija de don Juan Francisco Farías, fundador de la República del Río Grande, y de doña María de los Inocentes de Benavides y García-Dávila. De este segundo matrimonio hubo 11 hijos:

Los dos enlaces representaron un posicionamiento importante de la familia Madero en la sociedad del norte de México, lo que fue clave para establecer redes comerciales y políticas.




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