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Expografía



Es una designación que se origina en el mundo anglosajón. Proviene de la palabra “exposición” (del latín exposito, expositionis = acción de poner o sacar algo fuera; nombre de acción del verbo exponere = poner o colocar fuera, exponer, exhibir, abandonar). Es un término museológico que estudia el conjunto de técnicas que permite organizar de la mejor manera posible la sala de un museo. Tiene como fin exponer representaciones gráficas exclusivamente con la proyección creativa de las exposiciones, dentro y fuera de los museos que generalmente están orientadas en fomentar la cultura. En palabras resumidas, es el montaje de la exposición gráfica de aquello que se muestra al público con el objetivo de transferir didácticamente contenidos a los visitantes; es decir, se ocupa de una de las funciones prioritarias en los museos: exponer contenido.

Durante los siglos XVIII y XIX, los museos eran estancias regularmente visitadas por personas de la aristocracia y la burguesía, las exposiciones no eran para público en general. A medida que fue transcurriendo el tiempo, el número de visitantes fue en aumento abarcando a estudiosos, intelectuales e historiadores. Pero no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XX que los museos se convirtieron en centros abiertos a todo el público. Así, uno de los objetivos más fuertes de todo museo, es exhibir su colección y llegar al máximo de visitantes posibles, independientemente de su origen o nivel cultural desarrollando diferentes técnicas para que dichos lugares sean atractivos para toda la sociedad.

Los montajes de exposiciones gráficas surgen con el fin de promover y difundir el desarrollo de las diferentes culturas a nivel mundial. Las primeras exposiciones gráficas tuvieron lugar en Inglaterra en los años 1756 y 1757, y fueron organizadas por la Sociedad de Arte, que concedía premios a los mejores productos ingleses manufacturados. En 1798 se realizó una exposición en París, con todos los productos fabricados en Francia, logrando un éxito tal que se organizó otra exposición ese mismo año. Tras una tercera, inaugurada por Napoleón Bonaparte en 1802, se decidió organizar este tipo de encuentros cada tres años. En Estados Unidos, el Instituto Franklin de Nueva York, creado en 1824, organizaba cada cierto tiempo exposiciones con los últimos avances científicos, y el Instituto Americano de Nueva York, creado en 1828, hacía muestras anua les para presentar los últimos inventos y productos industriales del país. En Gran Bretaña se organizaron exposiciones periódicas en ciudades como Birmingham, Liverpool y Manchester, y en Irlanda, la Real Sociedad de Dublín se encargó de organizarlas, a partir de 1829, con una frecuencia trienal en la propia ciudad de Dublín; al principio solo se mostraban productos nacionales, pero más tarde fueron introduciéndose también productos extranjeros. Sin embargo, la importancia de este tipo de exposiciones de alcance local empezó a decaer a medida que cobraban importancia las exposiciones de mayor alcance, tanto de productos industriales como de obras de arte, que (cada vez con más frecuencia) organizaban los museos y bibliotecas públicas.

El campo de la museología está experimentando nuevos cambios que van cada vez más en crecimiento, la evolución en las diferentes especialidades profesionales relacionadas con los museos, ha sido extraordinario en estos últimos años. Hoy en día, podemos encontrar museógrafos especialistas en iluminación, conservación, interacción, tecnología de la comunicación, apps, realidad aumentada, dioramas, domótica para museos, etc.

La museografía va por un camino inevitable que ocurre cuando los campos de una profesión tienden a evolucionar, en consecuencia, esta demanda especialización en áreas particulares. La expografía crece con la importancia de ofrecer al visitante del museo la forma en la que desea, entienda, disfrute, aprenda y viva experiencias únicas.

Para algunos especialistas, esta denominación hace justicia a la buena definición de las cosas. Estos denominadores se refieren a ese ámbito profesional nuevo que abarcaría también lo que denominamos a la arquitectura efímera. Pero en realidad, las competencias de la expografía las podríamos listar de la siguiente manera:

Una museografía moderna debe responder a la posibilidad de generar experiencias sensoriales para todos los públicos. Esta forma de proyectar con “sofisticación museográfica”, da lugar a especialidades dentro de la profesión que no responden exactamente al cometido de un museógrafo, pero se acercan.[1]

La experiencia museística debe evolucionar para ofrecer experiencias que se mantengan en el rango del ocio didáctico, de no ser así, el público perderá todo interés por visitar museos.

4 Norte Núm. 5, Esquina con Palafox y Mendoza, Centro Histórico de Puebla Col. Puebla Centro C.P. 72000, Deleg. Puebla Puebla, Puebla.http://www.mexicoescultura.com/agenda_cultural.php?tabla=A&tipo=xml&tipo_tema=A&ciu=2&lan=mx&bus=3#Ancla

Cabañas 8, Esquina con Plaza Tapatía Col. La Perla C.P. 44360, Deleg. Guadalajara Guadalajara, Jalisco.http://www.mexicoescultura.com/agenda_cultural.php?tabla=A&tipo=xml&tipo_tema=A&ciu=602&lan=mx&bus=3#Ancla



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