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Florian



Florián (también referido como El Florián) es un municipio del departamento de Santander, Colombia, forma parte de la provincia de Vélez. Tiene como lema "La ciudad de las ventanas abiertas", en relación a la cueva formada naturalmente por la cual desemboca en una caída libre de al menos 300 m la quebrada La Venta, esta formación natural es conocida como las ventanas de Tisquizoque.

Se encuentra localizado al sur del departamento del Santander, a una distancia de 300 km de Bucaramanga y a 180 km de Bogotá.

De forma circular al igual que nuestro planeta tierra, su simbología principal “La cascada de Tisquizoque” es el centinela permanente de un pueblo trabajador y forjador de siempre un futuro mejor; sus cielos abiertos nos muestran la grandiosa libertad y poder del todo poderoso que nos ilumina con el astro sol. Enmarcado en la parte superior por los colores de su bandera y en la parte inferior sobresale de forma muy notoria el nombre de mi pueblo “FLORIÁN”. Su base sostenida por una banda con las palabras “DIGNIDAD Y TRABAJO”, las cuales nos muestran el orgullo propio de nuestra raza.

El amarillo: simboliza la riqueza de nuestro suelo y la abundante y permanente cosecha. También significa el espíritu alegre y jovial de sus gentes.

El Blanco: refleja la tranquilidad y la armonía de la imponente cascada de Tisquizoque y la paz anhelada en este municipio.

El verde: significa la vida, la esperanza, la inspiración y la vitalidad del Florianense. Denota también el color de los bosques.

El rojo: nombra y demuestra el color de la sangre amable y solidaria de cada Florianense, el empeño, la energía y el amor con el que el residente cuida a su pueblo.

Se divide administrativamente en 34 veredas constituidas con sus respectivas juntas de acción comunal, un corregimiento y el Área urbana.

El municipio mantiene desde los tiempos de su creación un litigio con el municipio de Pauna en el departamento de Boyacá. La población ha manifestado que fueron colonos Florianenses los que inicialmente poblaron la región, además de que les resulta relativamente más cercano el casco urbano de Florián. Los decretos que limitan a Santander y Boyacá resultan difusos en esta zona, sin embargo no ha sido posible definir los límites debido a que al ser una frontera departamental requiere de una intervención del congreso de la república para su resolución.

las veredas que reclama Florián en esta zona de litigio son:

El área urbana es el centro administrativo y comercial del municipio. en él se encuentran: La alcaldía municipal, el Colegio Ezequiel Florián, la plaza de mercado, la plaza de ferias, el centro de salud y diversos templos religiosos, entre otras instituciones y comercios.

Varios hallazgos arqueológicos en algunas veredas del municipio permiten afirmar la existencia de culturas precolombinas en la región. Sin embargo, en la actualidad es muy poco lo que se sabe acerca de estos pueblos dado la poca investigación que se ha hecho en este campo.

En 1998 en la vereda San Luis se halló lo que se presume era un cementerio indígena donde se encontraban varios cuerpos uno sobre otro.Dos años después, en la misma zona se hizo un hallazgo de cerca de 120 estatuillas talladas en greda, utensilios de piedra como hachas, figuras en barro y cerámicas.En 2008 cerca de ese sitio se hizo otro hallazgo, esta vez de objetos cerámicos y de pequeñas estatuillas talladas en greda.

A la llegada de los españoles a la región de Vélez la zona era un territorio ocupado por indígenas Muiscas independientes de los Zipas y Zaques de la confederación. Los españoles llamaron a esta zona el rincón de Saboyá que estaba repartido en los cacicazgos de Saboyá, Chebere, Casacota, Mopora, Tizquizoque entre otros. Estos últimos tendrían asentamientos en lo que actualmente es el territorio de Florián.[4]

Con la fundación de Vélez en 1539 se inicia el dominio español sobre toda la provincia. los indígenas de la zona al ver la superioridad de los europeos en principio ofrecieron poca resistencia y se sometieron a encomenderos. sin embargo en pocos meses al ver las duras imposiciones de los españoles iniciaron acciones bélicas contra ellos aunque estas difícilmente causaban algún daño, y más bien influyeron en la disminución de la población nativa.

El capitán Juan Fernández de Valenzuela había quedado por jefe de la gente de la ciudad de Vélez durante la ausencia de Galeano; pero no tuvo suficiente tino para enmendar sinrazones e impedir que se incendiara la guerra entre los indios. Los cuales eran vejados y extorsionados sin piedad por los encomenderos o señores suyos que los hacían andar al remo y sudar el quilo para enriquecimiento de aquellos. Valenzuela lo veía todo pero contemporizaba con los extorsionadores. La maldita sed del oro traía a mal traer a Juan Gascón; el cacique Tisquizoque acudió con puntualidad a pagarle el debido tributo en variedad de joyas, en retribución de lo cual no tuvo otra correspondencia que el desabrimiento y ceño del encomendero y malas razones y dicterios contra el cacique, a quien motejó entre otras cosas de infame, como si por ser indio no sintiera sinjusticias y afrentas. Agachó la cabeza el indio pero advirtió taimadamente que si Gascón quería cobrar mayores tributos de los indios, la paga se debía hacer no en Vélez sino en el propio pueblo de indios. Dio en el garlito el codicioso que se alampaba tras la riqueza y pedida licencia a Valenzuela. Con seis españoles salió Gascón muy bien armado hacia el pueblo de Tisquizoque. El cacique se mostró espléndido en regalos, no dejó traslucir intención alguna siniestra, y antes para mayor agasajo de su huésped dispuso una cacería de venados. Los españoles sin embargo entraron en sospecha de ocultos ardides.

Tisquizoque entre tanto hizo correr la voz entre los indios y especialmente advirtió al Saboyá, alma y nervio de toda esta conjura. Pasaron la noche los españoles sin alteración alguna, pero al filo del amanecer se dejaron ver hasta seiscientos indios bien resueltos contra los cuales salió Gascón bien armado, dispuesto a vender cara su vida. El codicioso encomendero se dio cuenta perfecta de ser él la ocasión de estos riesgos, pidió rendido perdón a sus compañeros, los alentó a acometer como caudraba al hazañoso valor español, mandó soltar el encarnizado perro y dando espuelas a su caballería, arremetió como una tromba contra las huestes enemigas, en que él, sus compañeros y el perro hicieron indecibles destrozos. Perro y caballo de Gascón cayeron atravesados y el jinete hizo pie firme y siguió combatiendo como bravo. Pero los siete españoles que eran nada para el encarnizamiento de al pie de quince mil indios muzos que los tenían cercados, y así, allí hubieron de rendir heroicamente la vida.

La turbación en Vélez no fue pequeña y por pronta providencia se pensó en pedir ayuda a Hernán Pérez de Quesada, quien sin pérdida de tiempo envió cincuenta infantes y algunos caballos, a órdenes de los capitanes Juan de Céspedes y Juan de Rivera. Brevemente estuvieron en Vélez, a donde llegaron un día antes que Galeano.

Apercibidos setenta infantes y nueve caballos, por el mes de mayo empezó Galeano a marchar por las sierras altas de los agataes; las habitaciones estaban desiertas y los indios se hallaban admirablemente parapetados en dos cuchillas fronteras y muy vecinas. Al divisar a los españoles rompieron hostilidades con el temeroso estruendo de sus voces y fotutos. El cacique Agatá sobresalía entre los suyos por su estatura procerosa, su denuedo y su habilidad en manejar las armas, pero alcanzado por un tiro de ballesta de Alonso Martín, rodó peña abajo más de cien estados; los indios fueron encaramándose a riscos más y más inaccesibles, pero los tremendos perros hicieron en ellos espantosa carnicería, pues jalándolos de las piernas los hacían desriscar. Dominado el Saboyá, Galeano salió en demanda del Tisquizoque. Este viendo cuan maltrechas andaban sus huestes, tocó a insidiosa retirada para atraer a los jinetes a unos hoyos disimulados con espartillo según era usanza cazar venados. En el ímpetu de la acometida uno de los bizarros jinetes fue a dar en la trampa. En torno al jinete se reavivó la refriega hasta que los indios quedaron completamente deshechos.[5]

Según los cronistas españoles, los Muiscas del rincón de Saboyá se alzaron ocasionalmente contra el dominio español, aun muchos años después de su conquista definitiva en 1940[6]​. los indígenas fueron primero confinados a encomiendas en su propio territorio y luego al ver su número reducido juntados en caseríos.

A partir de 1617 los indios encomendados de la región de Vélez pasaron como agregados a los pueblos de indios. los Tisquizoques no aparecen en los agregados en Guavata Güepsa Platanal y Chipatá,[6]​ sin embargo se especula que fueron enviados a otros pueblos indígenas informales como Pueblo Viejo o el en aquel entonces centro de adoctrinamiento indígena en Mópora

Algunos caseríos sobrevivieron por algunos años. es caso de Mópora que desde 1542 fue centro de adoctrinamiento indígena y en 1718 fue convertido en parroquia, aunque posteriormente decayó y perdió su estatus.[6]

Durante los años posteriores a la conquista, el actual territorio de Florián permaneció escasamente poblado. perteneciendo primero a la jurisdicción del cabildo de Vélez y luego a la parroquia de Jesús María. Durante el siglo XIX, después de la independencia de Colombia su condición de territorio perteneciente a Jesús María continua. En este periodo se establecen algunos asentamientos en la parte alta del actual municipio como Encenillo y La Venta. También se tiene conocimiento de un asentamiento a orillas del Rio Minero conocido como Otromundo y que tenía principal acceso por Pauna. Sin embargo la zona central donde se encuentra la cabecera municipal, permaneció por aquella época inhabitada e inexplorada.

A finales del siglo XIX hubo un considerable aumento en la población del municipio de Jesús María, por lo que muchos de sus habitantes optaron por buscar nuevas tierras especialmente hacia la zona oeste cuyo territorio era en su mayoría inexplorado. Ezequiel Florián, hacendado del sector de La Cabrera hizo parte de este movimiento convirtiéndose en dueño de la mayor parte de lo que hoy es la zona centro del municipio. Florián consintió la presencia de arrendatarios en sus terrenos y poco a poco llegaron más colonizadores que fueron poblando la zona. en sus tiempos los pobladores cultivaban maíz, café, plátano y yuca cuyos excedentes llevaban a vender en el mercado de Jesús María.[4]

Acerca de los primeros colonos no se han encontrado datos precisos, lo que si se puede afirmar es que esa primera migración ocurrió entre la década de los 60s y 80s del siglo XIX. El primer centro de mercadeo de la zona se fundó a finales del siglo XIX, en el sitio denominado "Loma de Sutes" hoy La Bañadera en la vereda La Cabaña. Hacia 1910 se estableció una escuela en el predio El Manzano sobre el camino que conducía de Loma de Sutes a Jesús María.

Entre 1915 y 1918, Belisario Tellez (yerno de Ezequiel Florián y administrador de sus tierras) autorizó la fundación de un caserío en un terreno llamado "El Manzano" hoy sector de Santa Cruz, debido a la mala ubicación del anterior en Loma de Sutes. Don Belisario donó los terrenos de la plaza, entregó los lotes a modo de arriendo a sus cofundadores y bautizó el nuevo caserío con el nombre de "Puerto Florián".[6]​ Para los años 20 Florián ya se había erigido como una inspección dependiente de Jesús María. Hacia 1927, el ingeniero Gustavo Téllez Florián, nieto de Ezequiel Florián, dona los terrenos para la construcción del templo y la parroquia además de hacer el trazado de la vía que uniría con el río minero.[4]

Como era común en esta época, la familia "Tellez Florián" ejercía la práctica del "gamonalismo", toda la población de ese entonces era arrendataria de sus predios además de ser considerados súbditos de sus propietarios, esto generó en varias ocasiones el descontento de algunos pobladores con sus "amos" que llevaron a desalojos forzados. destaca el desacuerdo que Luiz Perez Tellez tuvo con don Belisario hacia el 1929 y que causó que don Luiz abandonara el caserío y estableciera uno nuevo en "el Darién" (posteriormente La Belleza).

En los años posteriores se continuó la dinámica entre amos y súbditos, llegándose a presentar ocupaciones de tierras y demandas judiciales. Entre 1942 y 1946 muere Belisario Tellez en extrañas circunstancias al comerse un lulo silvestre mientras se dirigía a resolver un pleito judicial por ocupación ilegal de sus tierras. sus hijos, Carlos y Gustavo fueron los herederos de los inmensos terrenos, sin embargo estos impulsados tal vez por el cambio social de la época terminaron vendiendo prácticamente la totalidad de sus terrenos a los anteriormente arrendatarios alrededor de 1956.

El gamonalismo hecho raíces fuertes bajo la bandera del liberalismo. Belisario Tellez, fue combatiente del bando liberal en la Guerra de los Mil días y llegó a obtener el grado de General. Por ende la población que se estableció en Florián era netamente liberal.

Con la caída de la hegemonía liberal en las elecciones de 1946, El partido conservador toma el poder del estado y con esta nueva dinámica los liberales ven su poder reducido. En Florián empiezan a presentarse continuos conflictos por en control de las tierras especialmente en la frontera con el entonces también corregimiento de La Belleza. Durante los siguientes dos años se presentaron varias disputas provocadas por ambos bandos y que causaron un contado número de muertes.

En 1948, con los acontecimientos del bogotazo, el enfrentamiento bipartidista se encarnizo en todo el país. En Florián hubo una fuerte tensión en los años posteriores debido a su situación geográfica, ya que estaba completamente rodeado de poblaciones netamente conservadoras y a esto se le sumó que, con el gobierno nacional en manos de los conservadores las autoridades públicas eran también de este bando. En esta época hubo una nueva oleada de colonos, liberales que venían desplazados de otros territorios controlados ahora por conservadores como La Belleza Albania Y Pauna.

En años siguientes los enfrentamientos no cesaron desembocando en los hechos del 5 de abril de 1953 cuando en la noche ocurrió una azonada a la inspección de policía del caserío comandada por el conservador y oriundo de La Belleza, Cabo Luiz Vargas que fue asesinado. Los pobladores temiendo represarias, huyeron durante la noche hacia veredas cercanas donde se refugiaron. Al día siguiente los refuerzos de la policía chulavita y civiles conservadores de la belleza y pueblos vecinos tomaron el poblado y al encontrarlo desocupado prendieron fuego a las casas. El incendio duró dos o tres días, cuando la llegada del ejército hizo aplacar los ánimos de ambos bandos. sin embargo Florián quedó casi en ruinas, solo pocas casas de adobe se mantenían en pie. Aunque este hecho se considera el pico de la violencia, en los años siguientes se siguieron presentando enfrentamientos esporádicos y el resentimiento con las poblaciones vecinas continuó muchos años después.[6]

La mayor parte de la región posee suelos con relieves que van desde ondulados a muy quebrados y escarpados, la pendiente oscila entre 30% y 60% y aún las hay mayores de este porcentaje; son suelos bastante erosionables, de relativa profundidad, de alta pedregosidad, tiene buena permeabilidad y drenaje que va de lo normal a lo excesivo; por ser muy jóvenes y recientes de usos son muy fértiles, aptos para el cultivo de subsistencia y aún para permanentes bosques y pastoreo, estos suelos no son mecanizados. Aún existen especies nativas maderables como el Cedro, el Nogal, el Mopo y el Roble.

La fertilidad se encuentra de medio a bajo grado, con poca salinidad de los suelos, acidez en los ríos y acumulación de material parental heterogéneo a partir de las rocas sedimentarias.

Florián posee un clima de montaña típico de la ladera occidental de la cordillera oriental clasificado según el sistema koppen dentro del clima tropical húmedo (Af) en su territorio bajo y medio, y un clima templado húmedo de montaña (Cfbi) en su zona más alta. Presenta los tres pisos térmicos: Cálido, Templado y Frío.

Dada la variación y heterogeneidad del relieve del municipio las temperaturas medias anuales oscilan entre los 14 °C a los 2.530 m.s.n.m. y los 26 °C a los 530 m.s.n.m. La temperatura media de la cabecera municipal es de 19.6 °C.

La distribución de las lluvias a lo largo del año presenta dos temporadas lluviosas y dos secas, con características muy similares al resto de la región Andina Colombiana, con precipitaciones alrededor de los 2500 milímetros al año.[7]



El municipio de Florián limita

Sitio turístico por excelencia desde donde se puede observar una encantadora panorámica del municipio que sin lugar a equívocos, cualquier maestro del pincel envidiaría. Esta maravilla de la naturaleza es una cueva natural que recibe el nombre de Ventanas de Tisquizoque porque se pueden atravesar de lado a lado se encuentra ubicada en la vereda Tisquizoque a tres kilómetros del casco urbano.

Se ha convertido en el principal sitio turístico para propios y extraños, su abertura anterior se ubica de frente al Municipio de Florián de la cual se desprende una impresionante cascada de tres caídas que aumentan la magnitud de su grandeza con el aumento del caudal especialmente en épocas de lluvia.

En su interior se puede observar un gran salón tallado en piedra por acción del agua y en su techo se observa gran cantidad de estalactitas en el sitio fueron adaptados unos mesones de piedra con sillas y fogones para que los visitantes puedan preparar sus alimentos, instalaciones que son bien aprovechados por ellos especialmente en vacaciones y en la gran mayoría el primero de enero se puede saborear el agua que emana de las rocas y cae sobre una olla hecha en piedra.

Se encuentra ubicada en la vereda la playa del municipio de Florián. Es un gran atractivo natural con hermosas cascadas, la naturaleza a esculpido una hermosa estructura que tiene forma de puente, de unos tres metros de largo y un metro de ancho ubicado a unos cinco metros de alto utilizado desde la época de nuestros abuelos como un paso a la quebrada de La Vueltiada donde nos podemos dar una deliciosa zambullida en sus aguas cristalinas en la actualidad es uno de los sitios perfectos para las caminatas ecológicas y la reflexión.

Se encuentra ubicado en la vereda campo hermoso. Es un lugar alto en el cual se puede observar todo el casco urbano del municipio de Florián además de observarse hacia lo lejos las ventanas de Tizquizoque. Queda vía hacia la Belleza municipio vecino de Florián, además es el lugar el en cuál finaliza el viacrucis realizado durante la Semana Santa. También es bastante visitado tanto de turistas nacionales como internacionales, utilizado igualmente como sitio de reflexión por los feligreses católicos.

La cuenca del río Minero constituye un ecosistema productor hídrico ecológico determinado por la dinámica climática, el río minero nace en cundinamarca en las cabeceras del páramo del ratón a una altura de 3600 msnm, atraviesa a Boyacá y Santander toma el nombre del carare al unirse con el río Orca y desembocar en el río Magdalena.

En Florián, específicamente en la vereda La Vueltiada, nació Jairo Duvan Pineda Niño, quien llegara a ser Mayor General de Ejército de Colombia, hasta el año 2006, desempeñándose como Inspector General y Jefe de Operaciones del Ejército. Actualmente es Director General de la Defensa Civil Colombiana.

El señor General Oscar Enrique Gonzalez Peña, comandante del Ejército de Colombia entre el 4 de noviembre de 2008 al 6 de agosto de 2010, nació en Florián. En sus 40 años de vida al servicio del Ejército, ocupó entre otros, los siguientes cargos: Comandante Comando Conjunto Caribe: Santa Marta. Comandante Séptima División: Medellín. Comandante Cuarta Brigada: Medellín. Comandante Décima Primera Brigada: Montería. Director de Ingenieros del Ejército. Adjunto militar en Estados Unidos. Director Escuela Militar de Cadetes. Director de Sanidad de Ejército. Subdirector de Escuela de Armas y Servicios y Comandante Batallón de Ingenieros.



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