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Fuerza Expedicionaria Brasileña



La Fuerza Expedicionaria Brasileña (o FEB), fue el nombre dado a la fuerza militar brasileña compuesta por 25.834 hombres que luchó junto con los Aliados en la Campaña de Italia durante la Segunda Guerra Mundial en sus dos últimas fases: la rotura de la Línea Gótica y la Ofensiva Aliada final en aquel frente. Esta fuerza estaba formada por una división de infantería completa (bautizada también con el nombre de 1ra DIE o 1ra División de infantería Expedicionaria), una cuadrilla de reconocimiento y un escuadrón de cazas. Adoptó como lema La víbora está fumando, una expresión irónica que se popularizó entre los brasileños durante la guerra. Ellos consideraban más fácil "ver a una víbora fumar a que Brasil entrara a la guerra" en Europa.[1]

En 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Brasil se mantuvo neutro, continuando la política del presidente Getulio Vargas de no se definir por ninguna de las grandes potencias. Solamente tratando de aprovecharse de las ventajas ofrecidas por ellas. Dicho pragmatismo fue interrumpido al inicio de 1942 cuando Estados Unidos y el gobierno brasileño decidieron la cesión de las bases aéreas en la isla de Fernando de Noronha, y a lo largo de la costa norte-nordeste brasileña para recibir bases militares estadounidenses. En el caso de que las negociaciones no hubieran tenido resultado, con Vargas y los militares insistiendo en mantener la neutralidad, los Estados Unidos tenían planes de invadir el nordeste brasileño.[2][3]

A partir de enero del mismo año, comienza una serie de torpedeamientos de barcos mercantes brasileños por submarinos ítalo-alemanes en la costa litoral brasileña, una ofensiva idealizada por el propio Adolf Hitler, que tenía como objetivo aislar al Reino Unido, impidiéndole recibir equipamientos, armas y materia prima exportados del continente americano (como consta en el diario de Goebbels[4]​ y en las memorias del almirante Donitz),[5]​ considerados vitales para el esfuerzo de guerra de los aliados, este abastecimiento a partir de 1942 a través del atlántico norte, se destinaba también a la entonces Unión Soviética.

Otro objetivo era la ofensiva submarina del Eje en aguas brasileñas para intimidar al gobierno de Brasil a mantenerse neutral.[6]​ Al mismo tiempo, sus agentes en el país y los simpatizantes fascistas brasileños, interesados en que el país entrara en conflicto con el lado aliado, difundían rumores de que los naufragios de los barcos mercantes eran obra de los anglo-americanos.

Sin embargo, la opinión pública no se dejó confundir. Conmovida con las muertes de los civiles e instigada también por los pronunciamientos provocativos y arrogantes, emitidos por Radio Berlín, comenzó a exigir que Brasil reconociera el estado de beligerancia junto a los aliados.

Lo que solamente fue oficializado a finales de agosto del mismo año, cuando se declaró la guerra a la Alemania nazista y a la Italia fascista.[7]​ Después de esta declaración de guerra, delante de la continua pasividad del entonces gobierno, la misma opinión pública paso a movilizarse para el envío a Europa de una fuerza expedicionaria como contribución a derrotar el fascismo.

A pesar de todo eso, por diversas razones de orden política y operacional (internas y con el gobierno americano), solamente casi dos años después del 2 de julio de 1944, tuvo inicio el transporte rumbo al frente del primer contingente de la Fuerza Expedicionaria Brasileña, bajo el comando del general Zenobio da Costa. El general Joao Batista Mascarenhas de Morais asumiría oficial e posteriormente el comando de la FED, cuando esta ya estuviera en su formación completa. Las primeras semanas se destinaron para acostumbrarse al lugar, así como para recibir un mínimo de equipamiento y entrenamiento necesario, bajo la supervisión del comando americano, al cual la FEB estaba subordinada, ya que la preparación en Brasil demostró ser deficiente a pesar de los casi 2 años de intervalo entre la declaración de guerra y el envío de las primeras tropas al frente.[8]

A pesar de que Brasil ya había declarado la guerra, no estaba preparado para la naturaleza fluida de aquel conflicto. La aeronáutica estaba apenas comenzando a modernizarse con la adquisición de aviones de fabricación americana. La Marina tenía una serie de embarcaciones obsoletas, poco aptas para la guerra submarina de entonces (modalidad de combate a la cual incluso las modernas marinas británica, americana y soviética solo se adecuarían a partir de finales de 1942 e inicio de 1943). Además de estar igualmente mal equipado, el Ejército cargaba aún una filosofía elitista arcaica (enfocándose en reprimir movimientos políticos internos), que poco habían cambiado desde el siglo XIX y que llevaba al fracaso la tentativa de modernizar sus métodos de entrenamiento para el combate externo y la filosofía de la acción, entre el final de la década de 1910 y el inicio de la década de 1920, tentativa esta traída por una misión contratada del ejército francés.

Los brasileños constituían una de las veinte divisiones aliadas presentes en el frente italiano en aquel momento constituida por: norteamericanos (incluidas las tropas segregadas de la 92 división y del 442 regimiento, ambas unidades de infantería formadas respectivamente por afrodescendientes y nipo-descendientes, comandadas por oficiales blancos), italianos antifascistas, exiliados europeos (polacos, checos y griegos), tropas coloniales británicas (canadienses, neozelandeses, australianos, sudafricanos, hindúes, kenianos, judíos y árabes) y franceses (marroquíes, argelinos y senegaleses), en una diversidad étnica que mucho se asemejaba a la del Frente Occidental en 1918.

En la FEB sirvieron personas de la más variada extracción social. Algunos desempeñarían papeles destacados en la vida política, social y cultural brasileña. Los veteranos son llamados "pracinhas":



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