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Gachalá



Gachalá es un municipio colombiano del departamento de Cundinamarca (Provincia del Guavio) a 120 km al este de Bogotá.

El topónimo «Gachalá», en idioma muisca significa «Vasija de Barro de la Noche», o «Derrota de la Noche». Gentilicio: Gachaluno(a)

En la época precolombina, el territorio del actual municipio de Gachalá estuvo habitado por los indígenas Chíos, de la comunidad Muisca. A principios del año 1700, el área de Gachalá fue abandonada por sus habitantes, quienes consideraron sus tierras estériles y muy montañosas, por lo que decidieron desplazarse hacia terrenos más fértiles en lo que hoy se conoce como Mámbita y sus alrededores.

En 1804, el padre Mariano de Mendoza y Bueno, a quien se le atribuye la fundación de Gachalá, solicitó al virrey Antonio José Amar y Borbón la donación de estas tierras con el propósito de fundar la población. Seis años más tarde, el Virrey, por decreto del 22 de febrero de 1810, decide elevar a Gachalá a la categoría de parroquia y ordena librar el título correspondiente.

La población se originó en una misión de religiosos jesuitas que se estableció allí en 1810. También se acepta al Presbítero José Ignacio de la Barrera como fundador en 1819.

En el combate en el paso de la Cabuya de Gachalá o del Guavio, sobre el río de este nombre en el camino de Ubalá, ocurrido en 1818, cayó prisionero el Sargento José Chunza, de Sopó, quien fue fusilado allí mismo. En desarrollo de la Ordenanza No. 28 de 16 de enero de 1856 de la Cámara Provincial del Bogotá, el Gobernador Pedro Gutiérrez Lee contrató el 27 de junio con Pastor Ospina por 25 años el arreglo y conservación del camino de "La Boca de Monte de Gachalá" a la "Boca de Monte de Medina".

En mayo de 1883 se abrió licitación para dar en arrendamiento las minas de azufre de Gachalá. Por contrato de 3 de junio de 1890 se entregaron a los concesionarios Rafael Parada y Alberto Caicedo. En 1935 el hacendado Carlos Piedrahíta trajo de China la semilla de té, que cultivó con gran éxito dadas las condiciones especiales de la tierra para esta exótica planta. Hacia mediados de siglo, en el sitio de las Cascadas se sembró una extensa área que dio lugar al establecimiento de una factoría en la que se elaboraba la hoja para el consumo en Bogotá que se llamó "Douglas Caire Hubbard".

El 19 de agosto de 1904 la Nación arrendó a Ricardo de la Parra por cinco años a partir de la entrega, la mina de azufre en Gachalá. El 19 de febrero de 1909 el Ministro de Obras Nemesio Camacho presentó el proyecto de contrato con la sociedad colonial de Amberes sobre explotación de orquídeas y resinas en las montañas de Gachalá, a 20 años, representada aquella por Cyrille Voets, quien desde la llegada al país las extraía entre los ríos Guavio y Gacacuyo, en la cordillera de Guaicaramo y el corregimiento de Santa Rosa. La explotación de minas de esmeraldas es una de las principales actividades que desarrollan en esta población.

En 1999 se institucionalizó el 22 de febrero como el día de fundación, mediante Decreto No. 005 de la Alcaldía Municipal de Gachalá.

A partir de 1954 se han descubierto varios filones o minas de esmeraldas en la Vega de San Juan, sobre el río Guavio y hacia la zona de Murca, entre ellas Las Cruces, El Diamante, La Estrella, El Toro, El Perro, La Mula y Caño negro en las que se ocupan numerosos buscadores. El 15 de julio de 1969 la famosa esmeralda nombrada La Emilia fue hallada en la mina de las Cruces una esmeralda de 7.015 quilates, equivalente a un peso de 3 libras y cuarto, que se vendió en Bogotá por 20 millones de pesos y se conserva en el Museo de Oro del Banco de la República, el nombre se le atribuye a dos teorías existentes como son: en recuerdo de su descubridora y/o al nombre de un huracán hallado por esa época en Centro América Tres años más tarde el minero Tito Daza encontró allí mismo otra de 8000 quilates, la más grande del mundo, que en Gachalá se vendió por 5 millones de pesos, luego en Bogotá por 80 y más tarde en Suiza por 120, a donde fue llevada en avión expreso y secretamente. En Gachalá se distingue con el nombre de "La Tito" en memoria de su descubridor.

A comienzos del siglo XVII la región del Guavio pertenecía al cacique Guatavita por Real cédula del 14 de septiembre de 1548 se dieron en encomienda el mariscal Hernán Venegas Carrillo los pueblos indios desde Guatavita hasta el Valle del Gacheta pasando por los dominios de los Chíos y Mámbitas hasta el río Guacavía.

Las tierras que comprendían una lengua de tierra desde la Mesa del Guavio hasta el río Murca se ampararon a los indios Chíos por don Diego de Córdoba presidente que fue de ese reino en 1704. Atraídos por las salinas de Mámbita, terreno dócil y fértil, los indios desamparan el resguardo que tenían en Gáchala por considerarlo tierras montuosas, peligrosas y estériles.

En 1804 el Cura de Gacheta, don Mario de Mendoza Bueno, manda una carta el Virrey Amar y Borbón solicitando en donación esa lengua de tierra para organizar el pueblo de Gachalá; anexaba declaraciones de personas prestantes donde constaba que dichas tierras "estaban abandonadas sin cultivo, la poca gente que allí se encontraba vivían en los montes, no tenían pueblo, ni cura, ni sociedad, ni establecimientos fijos, no cosas de provecho, hallándose en total desamparo.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX, ocho lotes empiezan a subdividirse, siendo comprados por familias llegadas de diferentes regiones. De esta manera se conformaron las haciendas de: Montecristo, Santa Catalina, Murca, San Pedro y los Naranjos, Vega de San Juan, El Guadual, Sinaí, El Diamante, Guacamayas, Guavio y Tena.

El 9 de abril de 1847, en la Villa de Guatavita, se verificó el remate de las tierras del resguardo indígena de Gachalá dividiéndose en los siguientes lotes: Cabuyal, Tena, Guadual, Guarumal y Escobal. El 22 de febrero de 1810, por decreto de Virrey Amar y Borbón, se eleva a Parroquia el sitio de Gachalá, considerándose su fundador el Cura Marino de Mendoza Bueno y el Cura José Ignacio de la Barrera, el primero que celebró misa el 10 de julio de 1810 en una pequeña capilla hecha en madera y barro que sirvió hasta 1846 cuando se cayó.

Piden al presidente de la república realizar la construcción de una nueva con los diezmos de los habitantes, pues un sitio de tanta confluencia de personas de diferentes sectores no podía carecer de este servicio espiritual. Sin embargo, pocos años después de construida, los fuertes temblores ocurridos en 1924 la destruyeron. Más tarde se levantó la actual Iglesia.

Gáchala en lengua Chibcha quiere decir: "Vasija de barro de la noche o Derrota de la noche, o lugar de las Gachas". En el año de 1804, el Padre Mariano de Mendoza y Bueno (a quien se le atribuye la Fundación de Gachalá), solicitó al Virrey Amar y Borbón, la donación de estas tierras con el propósito de fundar la población de Gachalá. Seis años más tarde, el Virrey, por decreto del 22 de febrero de 1810, decide elevar a la categoría de Parroquia y ordenó librar el título correspondiente.

El actual territorio del municipio de Gachalá, durante la época precolombina fue habitado por la tribu de los Chíos, pertenecientes al pueblo de los Muiscas. Estas tierras fueron abandonadas en 1704 por ser consideradas montañas peligrosas y estériles, y sus moradores se trasladaron a la zona de Mámbita.

Se dice que el 10 de julio de 1810 dijo la primera misa el cura José Ignacio de la Barrera. Como Parroquia de Blancos se creó por Decreto del Virrey Amar y Borbón de 22 de febrero del mismo año. El 12 de septiembre de 1814 el Alcalde levantó el padrón de vecinos, que dio 122 cabezas de familia con un total de 603 blancos.

En el año de 1999, se institucionalizó el 22 de febrero como el día de su fundación, mediante Decreto No.005 de la Alcaldía Municipal de Gachalá, mediante el gobierno del señor  Pedro Antonio Rodríguez Rojas.


Inmaculada Concepción de Gachalá

Sacerdote Actual: OSCAR ALFONSO RODRÍGUEZ

Una deliciosa gallina campesina, acompañada de las arepas de maíz, consomé, yuca, arracacha con un guiso propio de nuestras campesinas es el plato más representativo del municipio. Aunque también se destaca la sopa de ruyas (pequeñas masas de harina de maíz) que se cocinan en una sopa de diversos granos, y otros ingredientes de la región. Los envueltos de maíz y/o mazorca, las arepas de choclo conocidas en la región como "quisbones" la sopa de maíz pintado, los tamales gachalunos cuya contextura difiere del tamal tolimense o santadereano. Un plato no menos importante con gran aceptación en la comunidades la fritanga, elaborada con diversas parte del cerdo combinado con otro tipo de alimentos e ingredientes. En fin hay una variedad de opciones para degustar. la mayoría de la cocina gachaluna se basa en las tradiciones de la culinaria cundi boyacense, aunque en las últimas décadas por la influencia de la construcción de la hidroeléctrica del Guavio a la llegada de familias de otras regiones del país, el campo culinario ha tomado nuevos matices al combinar recetas de otras regiones con las tradiciones locales. La importancia de una atención al turismo en cuanto a la alimentación se refiere a planteado nuevos retos a quienes ofrecen servicios de restaurante y platos propios del país y platos de orden extranjero.



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