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Golpes Bajos



¿Dónde nació Golpes Bajos?

Golpes Bajos nació en Galicia.


Golpes Bajos fue un grupo español surgido en 1982 en Vigo (Galicia),[1]​ inicialmente compuesto por Germán Coppini como vocalista y Teo Cardalda a los teclados, a los que se unieron un año después Pablo Novoa como guitarra y Luis García como bajista.

En 1982, Germán Coppini y Teo Cardalda se unen para formar Golpes Bajos. En aquel momento, Coppini era vocalista del grupo también vigués Siniestro Total. En 1983 se les unen Pablo Novoa y Luis García, dando lugar al cuarteto que ha pasado a la historia de la música española como Golpes Bajos.[2]

Coppini había abierto la conexión con Cardalda, un antiguo compañero de instituto que tenía gustos musicales poco habituales y una gran facilidad para la música: “Él tenía en casa un chamizo como local de ensayo y por allí pasaban todos los músicos de prestigio de Galicia —recuerda Coppini—. Además teníamos gustos chocantes para la edad y la época. Nos gustaba el punk y lo siniestro, pero también música negra o latina, Motown o Fania”.

El padre de Cardalda decidió, por su cuenta y riesgo, enviar la maqueta que había grabado el grupo —ya con Pablo Novoa y Luis García en sus filas— a un concurso, que ganaron. Tras ello ficharon por Nuevos Medios, el sello gourmet por excelencia, que les grabó un EP en el que se incluyeron tres de los temas de la maqueta, entre ellos “No mires a los ojos de la gente” y la celebérrima “Malos tiempos para la lírica”, inspirada en el poema homónimo de Bertolt Brecht. Aquel EP sorprendió tanto por la madurez de las letras como por la teatral voz de Coppini, efecto indeseado de una gripe: “Se grabó en un fin de semana que yo tenía gripe y me tuve que volver a Galicia. Cuando se habla de 'la enigmática voz de Coppini en ese EP', es que yo estaba acatarrado. Pero Mario Pacheco [directivo de Nuevos Medios] hizo gala de su saber hacer y la mantuvo”.

Tras los primeros trabajos (el EP Golpes Bajos en 1983 y el álbum A Santa Compaña en 1984), el grupo empezó a cosechar sus primeros éxitos y a recibir un amplio reconocimiento en el panorama musical español: la banda gozó del beneplácito de crítica y público. En 1984 recibieron el premio Ícaro al mejor grupo revelación de Diario 16 y el premio al mejor grupo del año otorgado por la sala madrileña Rock-Ola. Fue entonces cuando Coppini abandonó Siniestro Total para dedicarse en exclusiva a Golpes Bajos.[2]

Tras la publicación del EP Devocionario, el dúo fundador decidió disolver el grupo, dedicándose desde entonces a otros proyectos musicales. En 1987 Coppini inicia su carrera en solitario, Cardalda funda Cómplices[2]​ y García entró a formar parte de Semen Up,[3]​ mientras que hubo que esperar a los años 1990 para ver a Novoa de nuevo en acción en La Marabunta.[4]

En noviembre de 1997, Coppini y Cardalda se reunieron y ofrecieron nuevas versiones de las canciones de su época dorada en su disco de reaparición Vivo, que presentaron en una gira a partir de marzo de 1998.[2]​ A esta reunión no invitaron ni a Luis García ni a Novoa.[5]​ Al finalizar la gira, que al igual que el disco resultó un fracaso comercial, Cardalda decidió volver a Cómplices, mientras Coppini retomaba las colaboraciones con otros artistas.[2]

Coppini utilizó el repertorio de Golpes Bajos, con Maga como banda de acompañamiento, en un concierto celebrado en la sala El Sol de Madrid el 23 de enero de 2006, dentro del Ciclo de Conciertos de La Movida que conmemoraba el 25 aniversario de la movida madrileña.[3]

Germán Coppini falleció a los 52 años en Madrid, el 24 de diciembre de 2013, a causa de una enfermedad hepática.[6]

Primer trabajo discográfico del grupo, grabado en Audiofilm (Madrid) el 20 y 21 de mayo de 1983, contiene dos de los temas más importantes de la época: “No mires a los ojos de la gente” y “Malos tiempos para la lírica”. El EP incluía una funda interior para el vinilo con las letras de las canciones.[7]

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Constituye un álbum de imaginación desbordante, que mezcla lo post-punk y lo latino combinando las composiciones de Cardalda y Coppini. Pablo Novoa, multiinstrumentista de impresionante carrera, recuerda que llegaron al estudio “más preparados” y que tuvieron “mucho más tiempo para probar cosas”. Sirva como ejemplo la caja del tema titular, grabada en los baños de Audio Film “para darle una reverb natural”. O el viaje de Cardalda y Novoa a Barcelona para trastear con el sampler Fairlight de Josep Maria Mainat (La Trinca) “y grabar los arreglos de Colecciono moscas, porque un aparato así costaba 7 millones de pesetas”.

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