x
1

Hígado



El hígado es un órgano que está presente tanto en el ser humano, como en los animales vertebrados. El hígado humano tiene un peso medio de 1500 g,[1]​ está situado en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma, segrega la bilis esencial para la digestión de las grasas, también cuenta con otras muchas funciones, entre ellas la síntesis de proteínas plasmáticas, almacenamiento de vitaminas y glucógeno y función desintoxicante. Es responsable de eliminar de la sangre diferentes sustancias que puedan resultar nocivas para el organismo entre ellas el alcohol, convirtiéndolas en inocuas. La ausencia de hígado o su falta de funcionamiento es incompatible con la vida.[2][3][4]

La palabra hígado no deriva de su homónimo en latín jecur, ni del griego hepatos. Proviene de la expresión latina ficatum jecur que significa literalmente hígado cebado con higos. En la antigüedad los habitantes de Roma tenían la costumbre de alimentar a ciertas aves con higos con la finalidad de obtener una delicia gastronómica, pues el hígado de estos animales adquiría de esta forma un sabor delicioso. Con el tiempo ficatum jecur pasó a significar simplemente hígado y la expresión fue abreviándose, transformándose primero en ficatum, después en fégado y finalmente en hígado. Por lo tanto hígado e higo tienen la misma etimología en español.[5]

El hígado tiene una forma triangular, color rojo pardo, superficie lisa y consistencia blanda y depresible. En el adulto humano mide por término medio 26 cm de ancho, 15 cm de alto y 8 cm de espesor a nivel del lóbulo derecho, su peso aproximado es 1,5 kg.

El hígado se localiza en la región superior derecha del abdomen, por debajo del diafragma, ocupa el hipocondrio derecho y una parte del epigastrio. En condiciones normales no sobrepasa el límite del reborde costal. Llena el espacio de la cúpula diafragmática, donde puede alcanzar hasta la quinta costilla, y está próximo al corazón del cual se encuentra separado por el diafragma. Está recubierto por una cápsula fibrosa, la cápsula de Glisson, sobre la cual se aplica el peritoneo.[6]

El hígado se encuentra rodeado por el peritoneo visceral y presenta dos caras:

En la base del hígado se encuentra la vesícula biliar y el hilio hepático, que es la zona de entrada de la vena porta, la arteria hepática y la salida del conducto hepático. La estructura del hígado va a seguir las divisiones de la vena porta hepática. Tras la división de ramos segmentarios, las ramas de la vena porta, acompañadas de las de la arteria hepática y de las divisiones de los conductos hepáticos, se encuentran juntas en el espacio porta.

El hígado se divide en dos lóbulos principales, derecho e izquierdo, delimitados por la vesicula biliar (en la cara anterior) y la vena cava inferior (en la cara posterior). Erroneamente se cree que el lobulo derecho e izquierdo del hígado están divididos por el ligamento falciforme cuando realmente este ligamento divide el lobulo izquierdo en un sector lateral (segmentos 2 y 3) y otro sector medial (segmentos 4A, 4B y segmento 1) como se puede apreciar claramente en las ilustraciones.

Existen otros dos lóbulos más pequeños el lóbulo cuadrado y el lóbulo caudado que para muchos anatomistas pertenecen al lóbulo izquierdo, aunque otros textos consideran que el hígado tiene cuatro lóbulos.[6]

Existen variantes anatómicas frecuentes como el Lóbulo Hepático de Riedel [9]​ donde hay una prolongación infracostal derecha que se puede confundir con hepatomegalia (aumento del tamaño hepático).

La clasificación de Couinaud divide el hígado en ocho segmentos que son funcionalmente independientes, cada uno de estos segmentos dispone de una rama de la vena porta hepática, una rama de la arteria hepática, una rama venosa de salida que tributa a las venas hepáticas y un conducto biliar por el que la bilis llega al conducto hepático.[10]​ Los segmentos 5, 6, 7 y 8 corresponden al lóbulo derecho, 2, 3 y 4 al lóbulo izquierdo y 1 al lóbulo caudado.

El hígado está cubierto por el peritoneo visceral, tiene varias conexiones con el peritoneo parietal que se llaman ligamentos del hígado, los cuales no son en realidad auténticos ligamentos, sino tractos fibrosos que dan soporte al hígado y lo sustentan sobre las estructuras adyacentes. Estos ligamentos hepáticos son los siguientes:[11][12]

La sangre llega al hígado a través de la vena porta y la arteria hepática. El sistema porta constituye el 70-75 por ciento del flujo sanguíneo y contiene sangre poco oxigenada y rica en nutrientes proveniente del tracto gastrointestinal y del bazo. La sangre arterial llega a través de la arteria hepática, rama del tronco celíaco que contiene la sangre oxigenada. La sangre de ambas procedencias se mezcla en los sinusoides hepáticos y abandona el órgano a través de las venas hepáticas, también llamadas suprahepáticas, que finalmente drenan en la vena cava inferior.

El drenaje linfático del hígado corre a cargo de vasos que desembocan en la vena cava inferior o en los ganglios linfáticos que siguen el recorrido inverso de la arteria hepática.

El hígado recibe nervios del plexo celíaco, de los nervios vago izquierdo y derecho y también del frénico derecho, por medio del plexo diafragmático. El aporte nervioso también le viene del plexo celíaco que inerva al hepático, mezcla de fibras simpáticas y parasimpáticas. Estos nervios llegan al hígado junto a la arteria hepática.

Clásicamente se considera al lobulillo hepático como la unidad funcional del órgano, un hígado humano contiene entre 50 000 y 100 000 lobulillos.[13]​ Cada lobulillo es tridimensional (3D) con forma de prisma hexagonal y en el sector central se dispone una larga vena central longitudinal. En un corte histológico bidimenisonal (2D) en el centro del hexágono se encuentra la vena centro-lobulillar y en las esquinas los espacios porta. Entre las esquinas del hexágono y el centro se encuentran los sinusoides hepáticos y los hepatocitos que se disponen en forma radiada en torno a cada vena centrolobulillar. En el lobulillo hepático se mezcla la sangre arterial y venosa procedente de los espacios porta para desembocar en la vena central de cada lobulillo. Dentro del lobulillo hepático se pueden distinguir las siguientes estructuras:

Las principales células que forman parte del lobulillo hepático son las siguientes:

El hígado es un órgano o víscera presente en los vertebrados y en algunos otros animales. Es la glándula más voluminosa de la anatomía y una de las más importantes en cuanto a la actividad metabólica del organismo. Desempeña funciones únicas y vitales, entre ellos la síntesis de proteínas plasmáticas, función desintoxicante y almacenamiento de vitaminas y glucógeno. Además elimina de la sangre muchas sustancias que pueden resultar nocivas para el organismo, transformándolas en otras inocuas.[17][18]​ A continuación se resumen las principales funciones del hígado.

La bilis es necesaria para la digestión de los alimentos, contiene sales biliares formadas por el hígado a partir del ácido glicocólico y ácido taurocólico que a su vez derivan de la molécula de colesterol. La bilis es excretada hacia la vía biliar y se almacena en la vesícula biliar de donde se expulsa al duodeno cuando se ingieren alimentos. Gracias a la bilis es posible la absorción de las grasas contenidas en los alimentos.

Las funciones metabólicas del hígado son muy numerosas.

Algunas de las enfermedades del hígado son:

El hígado en los animales mamíferos tiene una estructura y función muy similar a la del ser humano, sin embargo no puede metabolizar las mismas sustancias. En perros y gatos determinados medicamentos como el paracetamol no pueden ser metabolizados fácilmente por el hígado, por lo que resultan tóxicos con dosis muy pequeñas.[25]​ Por otra parte los gatos pueden presentar una enfermedad específica del hígado que no existe en otros animales, la lipidosis hepática felina.[26]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Hígado (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!