Marga López, Maricruz Olivier, Alicia Bonet, Norma Lazareno, Renata Seydel, Elizabeth Dupeyrón, Rita Sabre Marroquín, Irma Castillón, Rafael Llamas,
Hasta el viento tiene miedo es una película mexicana de horror gótico estrenada en 1968 en México, protagonizada por Marga López y Maricruz Olivier, y dirigida por Carlos Enrique Taboada. Fue la película más popular de Taboada, si bien Veneno para las hadas fue su película más premiada.
En un exclusivo internado femenino de dura disciplina y férreo control, Claudia y su grupo de amigas quedan castigadas durante las vacaciones en las instalaciones. Claudia pasa las noches con pesadillas donde un fantasma la atormenta, y a pesar de que incluso la subdirectora de la escuela, la señoríta Lucía insiste a la directora, la severa y cruel señorita Bernarda que las alumnas corren peligro, ella insiste en mantener a las alumnas en la escuela, provocando una tragedia.
Claudia (Alicia Bonet), estudiante de un internado, despierta una noche al oír una voz femenina que dice varias veces su nombre, y cuando abre los ojos descubre una figura femenina colgada enfrente de su cama; ella grita aterrorizada y se desmaya. Al día siguiente es visitada por el doctor Oliver, quien le asegura a la señorita Lucía (Maricruz Olivier), la subdirectora de la escuela, que Claudia solo sufrió un ataque de nervios debido a una pesadilla y que solo necesita mucho descanso. Sus amigas Kitty (Norma Lazareno) y Silvia (Rita Sabre Marroquín) entran a ver cómo está, en contra de las órdenes de la directora: Silvia le pregunta a Claudia sobre su pesadilla y ella les explica que soñó que estaba en un lugar oscuro con una escalera alta, cuando oyó una voz que la llamó desde el piso superior; sigue la voz hasta un desván, donde encontró a una mujer ahorcada. Lili sugiere que debería contarle su sueño a su también amiga, Silvia, que sabe de interpretación de sueños y que 'ha leído a Freud'. Josefina, una alumna que no suele llevarse bien con Kitty, aparece y amenaza con acusarlas, pero cuando Kitty la amenaza con golpearla si lo hace, Josefina sale huyendo.
La directora Bernarda (Marga López) discute con el doctor Oliver, quien asegura que Claudia está al borde de una crisis nerviosa y debe tomar un descanso, con el apoyo manifiesto de la señorita Lucía. Bernarda insiste en que Claudia solo está fingiendo sus síntomas para no tener que asistir a sus clases. Después de que el doctor se marcha, Bernarda ordena a la señorita Lucía no volver a cuestionar sus órdenes en público y le indica que Claudia debe regresar a clases ese mismo día.
Ivette (Renata Saydel) y Silvia (Irma Castillón), amigas de Claudia, se enojan de verla en clase tan pronto y dicen que la directora lo ha hecho por maldad, aunque Claudia les dice que no le molesta pues ya estaba aburrida de estar en cama. Cuando pasan frente a la torre de la escuela, Claudia nota que el candado de la puerta de la torre está abierto, así que Ivette llama a las otras chicas del grupo (Kitty, Lili y Verónica (Lourdes Baledón)) para mostrarles. Ante la dilación de todas, Kitty insiste que todas deberían entrar, toma la delantera y abre la puerta de la torre.
Tras mirar a su alrededor, Claudia exclama que ese es el lugar con el que soñó. Kitty se muestra un tanto escéptica, así que le pide que describa la puerta que lleva a la buhardilla, Claudia la describe (roja, decrépita y con un pasador de hierro por fuera). Con insistencia de Kitty, las seis chicas suben por las escaleras y para su espanto descubren que la puerta es justo como Claudia la describió, pero antes de que puedan tomar cualquier decisión, la directora las descubre y las obliga a bajar. Bernarda decide, como castigo por entrar a un área prohibida, que todas las chicas deberán quedarse en la escuela durante las vacaciones, sin apelación. Despacha a las demás para hablar con Claudia, a quien le pregunta qué esperaba encontrar ahí. Cuando Claudia le cuenta que el candado estaba abierto y que la torre es el lugar con el que soñó, Bernarda entra en pánico y dice que todo es producto de la imaginación de la chica.
La señorita Lucía se entera del castigo y le suplica a Bernarda que cambie de opinión. Cuando Bernarda se niega y acusa Lucía de ser muy blanda, Lucía aclara que solo tiene miedo por las chicas y de que "aquello" se repita: la mención de aquello molesta a Bernarda, que dice que "aquello" fue solo un accidente, a pesar de que Lucía lo niega e insiste en que fue culpa de ambas. Viendo que no puede hacer cambiar de opinión a Bernarda, Lucía se resigna y le comunica que rezará porque no tengan nada que lamentar por su decisión.
Al día siguiente, Verónica y Josefina miran a las últimas alumnas partir desde una ventana; Verónica le pregunta a Josefina por qué se queda si no está castigada, a lo que Josefina le confiesa que no tiene más parientes que una tía anciana, así que siempre se queda durante las vacaciones en la escuela. Esto no le molesta porque la señorita Bernarda siempre es amable con ella. Kitty promete que incluso con el castigo ella verá su novio, pero se niega a dar más explicaciones mientras "la Gestapo" (Josefina) esté presente, lo que hace que Josefina deje la habitación furiosa. Verónica le pide a Kitty que le tenga compasión porque no tiene familia, pero Kitty sólo se enoja más cuando se entera que Josefina estará todo el tiempo con ellas, así que le pide a sus amigas que la vigilen "porque va a haber una muerta". La señorita Lucía alcanza a oír la promesa de Kitty y la regaña por decir eso, le da a Silvia unas cartas que su tío dejó para ella, y tras intentar consolarlas les informa que la directora ordenó que todas tomarán un curso de repaso obligatorio durante las vacaciones, por lo que tendrán que usar el uniforme.
Esa noche, Kitty e Ivette se dan cuenta de que Claudia se dirige a la torre caminando dormida. La alcanzan, la despiertan y Kitty le pregunta a Claudia por qué salió del cuarto, a lo que ella responde que oyó una voz llamándola. Claudia insiste en esto a pesar del escepticismo de sus amigas y señala que alguien nuevamente abrió la puerta de la torre, cerrada con candado desde su incursión, para ella. Kitty decide investigar, pero la puerta se cierra en su cara antes de que pueda entrar a la torre, y aunque trata de racionalizar diciendo que el viento cerró la puerta, Claudia le informa a sus amigas que alguien la cerró por dentro y que esa persona las observa desde la ventana de la buhardilla. Ivette y Kitty efectivamente ven a alguien en la ventana y salen corriendo, aunque tienen que llevarse a Claudia a la fuerza. De regreso en la habitación, le cuentan a todas que vieron a una chica de cabello largo, muy linda, mirándolas desde la ventana más alta
A la mañana siguiente, la señorita Bernarda le confisca a Kitty una foto de su novio. La chica molesta decide entrar a la oficina de la directora en la noche para recuperarla, pero descubre una foto de la chica que vieron en la ventana de la torre en el mismo cajón. A la mañana siguiente, cuando Kitty se entrega por el robo, la señorita Lucía les revela que la foto es la de Andrea Ferrán, una exalumna del colegio, pero se pone muy nerviosa y se va cuando Claudia concluye acertadamente que Andrea está muerta. Cuando Andrea aparece nuevamente en la ventana del salón de música frente a todas las chicas, la señorita Lucía se aventura a revelarles más detalles de la historia. Andrea era una estudiante ejemplar, con una excelente memoria y una gran habilidad para tocar el piano, era muy dulce y le encantaban mucho los heliotropos. Al igual que ellas, la habían castigado injustamente con quedarse en el colegio durante las vacaciones, y cuando pidió el levantamiento del castigo para ir a ver a su madre enferma, Bernarda no le creyó. La madre de Andrea falleció sin que pudieran despedirse y la noticia llevó a Andrea a quitarse su vida colgándose en la torre esa misma noche, cinco años atrás
Conmovida por los relatos, la señorita Lucía va a hablar con Diego, el jardinero, quien le confirma que ha visto a Andrea en ciertas noches en las que el viento aúlla. Regresando a su habitación después de la conversación, Lucía finalmente ve a Andrea. En la mañana, le insiste a Bernarda que vio a la alumna fallecida y que deben alejar a las estudiantes del internado antes de que ocurra algo malo, pero Bernarda se limita a decirle a Lucía que puede irse si lo desea, pero que las estudiantes se quedan. Esa noche, Claudia por fin logra llegar hasta la buhardilla, donde la impresión de ver lo que parece ser el cadáver de Andrea colgando del techo es tan grande que se recuesta contra una baranda carcomida y cae al vacío. Cuando Kitty (regresando de verse con Armando), las directoras y Diego llegan, Diego dice que Claudia está muerta.
El cadáver es trasladado a la capilla del colegio a la espera de los padres de Claudia. Atormentada por el suceso, Bernarda entra a rezar, pero Claudia inesperadamente se levanta durante la oración como si nada le hubiera pasado. El doctor Oliver, que la revisa a la mañana siguiente, confirma que no tiene fracturas ni luxaciones. La señorita Lucía señala que se ve bien, aunque ausente, pero otra sorpresa ocurre a la hora de las clases, que continúan a pesar de todo lo ocurrido: Claudia, quien hasta entonces había sido una estudiante mediocre, repentinamente se destaca mucho académicamente, toca fluidamente piezas de Chopin cuando antes no podía tocar una melodía simple en el piano, y conoce muchos detalles de la vida en el colegio cinco años atrás. Lucía nota todo esto aterrorizada, pero Bernarda actúa como si nada estuviera pasando, y opta por expulsar a Claudia cuando la descubre en el salón de música a deshoras. Claudia no se opone a la decisión, limitándose a agradecerle a Bernarda por permitirle pasar 'una última noche' en el colegio.
Esa noche, las luces fallan. Lucía llega a la habitación de Bernarda muy trastornada, insistiéndole que la deje acompañarla durante la noche porque teme por su vida, pero unos sollozos fantasmales interrumpen la conversación. A pesar de las advertencias de Lucía, Bernarda decide salir a investigar el ruido ella sola, y descubre a Claudia dirigiéndose a la torre. Cuando llega a la buhardilla, Andrea sale de entre las sombras con una soga en sus manos contra Bernarda y para hacerla pagar por su castigo injusto y también por su muerte y Bernarda
aterrorizada e incapaz de defenderse de ella muere atacada por Andrea
Lucía por su parte despierta a las estudiantes y les pide ir con ella a la torre, donde alcanzan a escuchar un grito. Lucía entra a la buhardilla, donde Claudia se está despertando de un desmayo. Varias semanas después, durante el período de vacaciones siguiente, el doctor Oliver llega a felicitar a Lucía porque la junta ha ratificado el nombramiento de ella como directora y por lo cambiado que se siente el ambiente de la institución. Discuten el veredicto de la policía sobre la muerte de Bernarda (suicidio), cosa que no sorprende al doctor pero que parece dejar insatisfecha a Lucía. A pesar del escepticismo del doctor, Lucía dice que el veredicto es apropiado porque nadie creería los hechos, los únicos que tienen sentido para ella dado que Claudia recuperó su antigua personalidad después de esa noche, y no recuerda nada de lo que pasó en los días que pasaron entre su caída y la muerte de Bernarda
.Durante el siguiente período escolar, Diego se encuentra a Claudia mirando el torreón con temor. Cuando ella le reclama que no ha puesto el candado, Diego le dice que no es necesario porque 'ninguna de ustedes va a volver a entrar, y nadie va a volver a salir'. Claudia le confiesa que, siempre que pasa, teme volver a ver a Andrea en alguna de las ventanas, pero Diego la tranquiliza diciendo que ahora Andrea ya descansa en paz y que se ha ido y esta vez para siempre.
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