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Humberto Maturana



¿Qué día cumple años Humberto Maturana?

Humberto Maturana cumple los años el 14 de septiembre.


¿Qué día nació Humberto Maturana?

Humberto Maturana nació el día 14 de septiembre de 1928.


¿Cuántos años tiene Humberto Maturana?

La edad actual es 96 años. Humberto Maturana cumplió 96 años el 14 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Humberto Maturana?

Humberto Maturana es del signo de Virgo.


¿Dónde nació Humberto Maturana?

Humberto Maturana nació en Santiago.


Humberto Augusto Maturana Romesín (Santiago, 14 de septiembre de 1928-Ibídem, 6 de mayo de 2021) fue un biólogo, filósofo[2]​ y escritor chileno, Premio Nacional de Ciencias en 1994.[3][4]

Trabajó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) entre 1958 y 1960.[4]​ Más tarde, junto con su alumno y luego colaborador Francisco Varela, definió el concepto de autopoiesis en su libro De máquinas y seres vivos (1972), el cual da cuenta de la organización de los sistemas vivos como redes cerradas de autoproducción de los componentes que las constituyen. Además sentó las bases de la «biología del conocer», disciplina que se hace cargo de explicar el operar de los seres vivos en tanto sistemas cerrados y determinados en su estructura.

Otro aspecto importante de sus reflexiones corresponde a la invitación que Maturana realizó al cambio de la pregunta por el «ser» (pregunta que supone la existencia de una realidad objetiva, independiente del observador), a la pregunta por el «hacer» (pregunta que toma como punto de partida la objetividad entre paréntesis, es decir, que los objetos son traídos a la mano mediante las operaciones de distinción que realiza el observador, entendido este como cualquier ser humano operando en el lenguaje).

Maturana fue criado por su madre, Olga Romesín, asistente social de un policlínico de Santiago de Chile que se separó de su marido cuando Humberto tenía uno o dos años de edad. Su madre le enseñó desde muy pequeño a lavar, cocinar y tejer, tareas por aquellos años consideradas para mujeres. El interés de Maturana por la biología y el origen de los seres vivos se manifestó desde muy pequeño. A sus 11 años de edad, luego de fallecer su abuela, su madre dejó de llevarlos a él y a su hermano a misa, y les enseñó sobre los matices entre el bien y el mal, así como de la inexistencia del pecado original. Por aquella misma época, acompañó a su madre a una visita domiciliaria al barrio Punta de Rieles, en Macul, donde vio la pobreza extrema padecida por una mujer y un niño menor que él. Desde entonces dejó de creer en Dios.[1]

El futuro científico estudió su educación secundaria en el Liceo Manuel de Salas.[4]​ Su infancia fue solitaria. Su madre trabajaba y su padre era una figura ausente. A los 12 años de edad enfermó de tuberculosis pulmonar, razón por la cual estuvo tres años en reposo y otros dos años hospitalizado. Maturana aprovechó su tiempo disponible para leer libros tales como Así habló Zaratustra de Friedrich Nietzsche, pese a que debía mantener reposo y por ello le estaba prohibido leer. El joven Maturana, como juego y como forma de enfrentar esta grave enfermedad, mientras estuvo alrededor de un año hospitalizado en el Hospital Salvador, le pidió a los médicos del recinto que ya no le llamaran Humberto, sino «señor Irigoitía». De forma análoga, más tarde estuvo hospitalizado en el Sanatorio de Putaendo, donde inspirado en el Génesis, pidió que lo llamaran Tubalcaín, como el personaje bíblico descendiente de Caín. De esta forma, pensaba, el enfermo no era él, sino los personajes que iba creando.[1]

Finalmente, consiguió salvarse de la tuberculosis justo al comenzar sus estudios de Medicina, gracias a la estreptomicina, primer antibiótico recientemente creado para combatir dicha enfermedad.[1]

En 1950 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Si bien no llegó a titularse,[1]​ allí fue ayudante del curso de Biología dictado por el profesor Gabriel Gasic. En 1954 se trasladó al University College de Londres para estudiar anatomía y neurofisiología, gracias a una beca de la Fundación Rockefeller.[4]​ Al año siguiente, en Londres y con 27 años de edad, tuvo con su primera esposa, Maruja, al primero de sus dos hijos. Con Maruja, por entonces estudiante de Medicina, estuvo casado durante 20 años. La ausencia de un padre para Humberto le significó a éste improvisar en su propio rol de padre, el cual tuvo que mediar con su exigente demanda académica. Como resultado, diría más tarde, el científico no pudo estar tan presente en la infancia de sus hijos como hubiese querido.[4]

En 1958 obtuvo el Doctorado en Biología en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Ese mismo año ingresó a trabajar como investigador asociado en el Departamento de Ingeniería Eléctrica del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde estuvo hasta 1960, año en que regresó a Chile como ayudante segundo en el curso de Biología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile.[4]​ Alrededor de esta época nació su segundo hijo.[1]

Desde 1965 fue profesor titular del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Desde esta titularidad, durante los años 1970, fue que creó y desarrolló junto a quien fuera su ayudante, Francisco Varela, el concepto de autopoiesis.[4]​ Alrededor de 1978 se volvió a casar, esta vez con Beatriz Genzsch, lectora del I Ching y el tarot con quien iniciaría una larga relación de 35 años.[1]

Posteriormente, registró por primera vez la actividad de una célula direccional de un órgano sensorial, junto al científico Jerome Lettvin del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Ambos fueron postulados para el Premio Nobel de Medicina y Fisiología, aunque no obtuvieron finalmente el galardón.[5][6]

En 1988, fue uno de los fundadores del movimiento político Independientes por el Consenso Democrático.[7]

En 1990 fue designado Hijo Ilustre de la comuna de Ñuñoa (Santiago de Chile).[cita requerida] En 1992, fue declarado doctor honoris causa de la Universidad Libre de Bruselas.[8]​ Ese mismo año, junto al biólogo Jorge Mpodozis, planteó la idea de la evolución de las especies por medio de la deriva natural, basada en la concepción neutralista de que la manera en que los miembros de un linaje realizan su autopoiesis se conserva transgeneracionalmente, en un modo de vida o fenotipo ontogénico particular, que depende de su historia de interacciones, y cuya innovación conduciría a la diversificación de linajes.[9]

En 1994 recibió el Premio Nacional de Ciencias de Chile por sus investigaciones en las ciencias biológicas, específicamente en la percepción visual de vertebrados y por sus aportes en la teoría del conocimiento orientados a la educación, la comunicación y la ecología.[4]

En 1997 conoció a la orientadora familiar Ximena Dávila, mientras Maturana todavía impartía docencia en la Universidad de Chile. La idea de Ximena de que el dolor posee un origen cultural llamó la atención del biólogo.[1]​ Así, el año 2000 ambos fundaron el Instituto de Formación Matríztica,[4]​ dedicado, según sus propias palabras, a «acompañar a las personas en las comunidades humanas y las organizaciones en sus procesos de transformación e integración cultural».[10]

En 2013 falleció Beatriz Genzsch, quien fuera su compañera durante 35 años. Esta pérdida le resultó difícil aceptar. El largo duelo lo pasó en su parcela de Lo Cañas, acompañado de su amiga y colaboradora Ximena Dávila. En la actualidad se desarrolla un proyecto para filmar un documental sobre su vida y obra.[1]

Falleció el 6 de mayo de 2021 a los 92 años de edad,[11]​ debido a complicaciones respiratorias de una neumonía.[12]

Maturana ha publicado varias decenas de artículos científicos tanto en solitario como con otros científicos.[13]​ A continuación se listan sus libros y la obra dedicada al autor.



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