Patrimonio de la Humanidad (parte de «Centro histórico de Lima», n.º ref. 500) (1991)
La Basílica Menor y Convento de San Agustín se encuentra en el centro histórico de Lima, frente a la plazuela del mismo nombre, y a pocas cuadras de la Plaza Mayor de la capital. Su cuidado está, desde su fundación, a cargo de los frailes agustinos, y pertenece a la Provincia Nuestra Señora de Gracia del Perú.
La Iglesia de San Agustín está situada en el cruce de la cuarta cuadra del Jirón Camaná (calle de Lartiga) con la segunda cuadra del Jirón Ica (calle San Agustín).
La fachada es una obra arquitectónica de estilo barroco churrigueresco, sobrecargada de adornos, labrada en piedra, que se terminó de construir en 1710, consta de tres calles y tres cuerpos, siendo la calle central del primer cuerpo la que acoge la puerta por donde se ingresa al recinto. Sobre esta se tiene una cornisa de arco vertical, característica determinante por ser original de la arquitectura del barroco peruano. En las hornacinas de la fachada hay diez imágenes además de la de San Agustín que está al centro.
Su importancia también radica en que es una de las dos portadas de estilo churrigueresco que quedan en Lima, junto a la portada de la Basílica de La Merced. Del templo antiguo, solo ha quedado el frontispicio y los muros laterales.
El interior del Templo se ha transformado a comienzos del siglo XX y en el existen obras de gran valor como la sillería del coro, obra que corrió a cargo de Pedro de Noguera y su taller, la cajonería de la sacristía, el artesonado de la antesacristía, su colección pictórica y el patio del claustro principal con bellos portales.
Llama la atención en la sala capitular la antigua cátedra tallada debida al escultor Juan García Salguero en la que contó con la colaboración de Luis de Espíndola, algunos lienzos de la escuela Italiana, y la escultura de La Muerte, hecha por Baltazar Gavilán, a comienzos del siglo XVIII.
Su construcción ocupa el mismo lugar desde su fundación, ocurrida en 1573 por Fray Luis López de Solís; ha sido reconstruida varias veces debido a los terremotos que sucedieron en Lima, y también por causa de las ampliaciones y a la accidentada vida política peruana. Uno de los mayores sucesos fue la reconstrucción de la iglesia tras el devastador terremoto de 1746 que dejó grandes daños en la estructura y que tuvo como resultado la restauración casi total de la misma.
Otro cambio mayor se dio como consecuencia de los sucesos de 1895, año en que la iglesia sufrió considerable daño de metralla durante los combates entre las fuerzas de caceristas y pierolistas. La remodelación que se dio como consecuencia supuso la destrucción de la torre y la desmantelación de la bóveda sobre el crucero y el transepto y el presbiterio, quedando ambas zonas inutilizadas.
En 1908 se reinauguró la iglesia tras los numerosos cambios que había sufrido, tales como la demolición de la torre, la clausura de la tercera parte de la nave, que había quedado descubierta, el reemplazo de los retablos originales de madera por unos de concreto, y la modificación de la portada principal, específicamente el tercer cuerpo de la misma que incluyó un gran rosetón. Este último cambio fue revertido décadas más tarde quedando la portada con su configuración original, a excepción de la balaustrada que poseía como remate en la parte superior y que nunca fue restaurada.
Altar mayor de la Iglesia de San Agustín.
Detalle de la portada.
Convento San Agustín
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