La iglesia de Santo Tomé o de Santo Tomás Apóstol se encuentra ubicada en el centro histórico de la ciudad española de Toledo, y fue fundada después de la reconquista de esta ciudad por el rey Alfonso VI de León. Aparece citada en el siglo XII, como construida sobre el solar de una antigua mezquita del siglo XI. Esta mezquita junto con otras de la ciudad fueron utilizadas como iglesias cristianas sin grandes cambios, ya que en la toma de la ciudad no hubo destrucción de edificios.
Sin embargo, a principios del siglo XIV, por encontrarse en estado ruinoso fue totalmente reedificada a cargo de Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz y se transformó el antiguo alminar de la mezquita en campanario en estilo mudéjar. Su fama se debe sobre todo por albergar en su interior, el cuadro El entierro del Conde de Orgaz de El Greco, que puede contemplarse accediendo por la parte posterior de la iglesia.
El edificio consta de tres naves con crucero, cubiertas por bóvedas de cañón y ábside poligonal. Para construir la capilla mayor, con mezcla de mudéjar y gótico flamígero, el Señor de Orgaz mandó derribar la antigua cabecera y elevar la cúpula central en forma de estrella de ocho puntas con los nervios pintados. En el lado del evangelio, cerca del altar mayor, una puerta conduce a la entrada de la torre-campanario y desde allí se puede subir por medio de una escalera.
Tiene la iglesia en sus capillas, dos retablos barrocos, uno plateresco y una pila bautismal del siglo XVI. Destacan una imagen de la Virgen María de mármol del siglo XII y el retablo con elementos jónicos de la capilla mayor del siglo XIX, que sustituyó uno anterior churrigueresco, en este retablo se encuentra en su parte central un cuadro, "La incredulidad de Santo Tomás", del pintor Vicente López Portaña.
En los pies de la nave correspondiente al lado de la Epístola, en la llamada capilla de la Concepción se encuentra enterrado por petición propia realizada en su testamento, Gonzalo Ruiz de Toledo, alcalde de Toledo, benefactor de este templo y fallecido en 1323. Según una leyenda, en su enterramiento aparecieron san Esteban y san Agustín para colocarlo en su sepultura, el mencionado milagro es el que se representa sobre su tumba, la pintura El entierro del conde de Orgaz realizada por El Greco en 1584 por encargo del que era en ese tiempo párroco de la iglesia Andrés Núñez de Toledo, el cual para esta ocasión hizo reformas en la mencionada capilla. Las reformas constituyeron la creación de una nueva planta cuadrangular cubierta por una bóveda de media esfera y en los muros adosar cuatro arcos de medio punto, dentro de uno de ellos se colocó una lápida grabada con la explicación del milagro y encima de ella, adaptándose al arco de la pared, la pintura.
La inscripción del epitafio en latín y letras doradas sobre mármol negro fue realizada por Alvar Gómez de Castro.
El antiguo alminar reconstruido en el siglo XIV por el señor de Orgaz, es de planta cuadrada, en lo que se puede llamar mudéjar toledano, con mampostería y ladrillo muy bien conservada y basada en la de la Iglesia de San Román, de la misma ciudad. La torre contiene incrustaciones de cerámica vidriada y en sus dos cuerpos superiores, doble campanario, se abren grupos de dos y tres ventanas y entre estos dos pisos una decoración a modo de friso de arquería ciega con arcos lobulados y separados por pequeñas columnas de barro cocido vidriado. El coronamiento está realizado con especie de cordón de «dientes de sierra».
Junto a una ventana geminada de la torre en el segundo piso, se encuentra encastrada una placa-nicho visigoda de mármol blanco con venera y cruz patada adornada con las letras alfa y omega y estudiada como una pieza similar al prototipo realizado en los talleres de Mérida, que habrían extendido su influencia en los de Toledo.
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