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Imagen pública



La imagen pública, o simplemente imagen, se asocia a la percepción, es decir, la sensación interior que resulta de una impresión material hecha en los sentidos. Cuando una imagen en la mente individual es compartida por muchas personas, se transforma en una imagen mental colectiva, por lo que imagen pública será: "La percepción compartida que provoca una respuesta colectiva unificada".[1]

La imagen es el resultado de una o muchas causas que producen un efecto psíquico, es decir, el efecto causado se da en la mente del individuo gracias a la cohesión de las causas que lo originaron. Como consecuencia, la imagen da lugar a un juicio de valor, de donde lo percibido será aceptado como una realidad; dicho juicio de valor dará lugar al rechazo o a la aceptación de lo percibido.

Los estímulos es todo aquello que perciben los sentidos (olfato, gusto, tacto, vista, oído); éstos actúan sobre la percepción y gracias al proceso mental genera una imagen del emisor.

Existen diversas clases de estímulos en general, pero en lo que a la imagen pública compete, se deben mencionar solo tres: Estímulos verbales, estímulos no verbales y estímulos mixtos.

Tal como su nombre lo dice, estos estímulos son los que originan la percepción a través de las palabras, ya sea de forma oral o escrita. Se refiere a lo que se puede proyectar a través de la comunicación verbal: oral y escrita.

Los estímulos no verbales son aquellos que no tienen relación con el uso de la lengua, es decir, se ocupan otros recursos de expresión. Según Mark L. Knapp la comunicación no verbal está constituida por siete características y comportamientos: el movimiento corporal o comportamiento cinésico, características físicas, conducta táctil, el paralenguaje, la proxémica, el ambiente y los artefactos empleados en el círculo comunicativo (1982).

Estos estímulos, muchas veces los utilizamos como complemento para terminar de comprender el mensaje emitido de forma verbal, ya que “proporcionan información acerca de las emociones mientras que otras dan a conocer rasgos de la personalidad o actitudes”,[2]​ en la mayoría de las ocasiones  estos estímulos se proporcionan de forma inconsciente.

Los estímulos mixtos, son aquellos que dan lugar a la percepción, creando una mezcla de los estímulos verbales y los no verbales. Dado que los dos tipos de estímulos entran a la mente del receptor de manera simultánea, existe una confrontación entre los dos, ya que es muy complicado lograr una total coherencia entre ambos. En esta confrontación, los estímulos no verbales generalmente son mayores a los verbales, por lo que toman mucho mayor peso en el proceso de percepción.

La imagen es la percepción que se convierte en la identidad y con el tiempo en reputación. Se trata de una secuencia de ideas asentada en la siguiente ecuación llamada Ecuación de la Imagen.

"La identidad se forma entonces por la esencia y la apariencia'',[1]​ es decir, la identidad se convierte en experiencia y pasa al reconocimiento del individuo debido a la coherencia entre esencia, apariencia y proyección. El proceso de creación de una reputación se da entonces de la combinación de los estímulos enviados a un receptor, este los percibe, los archiva en su mente, se crea la imagen, el receptor emite su opinión personal, dando paso a la identidad y el resultado final es la reputación, que nace de la existencia de la misma identidad por un lapso de tiempo largo.

Ninguna opinión surge de la nada[3]​ todas las opiniones son originadas gracias a un proceso de comunicación que es dinámico, en el que el sujeto, está expuesto a constantes juicios que se convertirán en la opinión que se tenga de él, formando parte de su realidad.

Un axioma es un principio, sentencia o proposición que es clara y evidente. Víctor Gordoa Gil cita los siguientes axiomas de la imagen pública:[1]

Es el sustento de la imagen. Al trabajar sin sustento, se corre el riesgo de alterar aspectos de la persona o institución. Para sustentar la imagen, se debe reconocer la esencia personal y la esencia institucional.

Crear una imagen es un proceso alejado de la superficialidad, la frivolidad y los gustos o caprichos personales. Crear una imagen es un proceso racional, serio y profundo que requiere de conocimientos, creatividad y sensibilidad para alcanzar el objetivo.

Cuando la esencia y la personalidad se expresan, a ese hecho se le llama estilo. "El estilo es la expresión de la individualidad."[4]​ Existen distintos patrones de estilo, ninguno es mejor que otro y cada uno tiene sus ventajas y desventajas. El estilo influye en la imagen física y en la imagen vendedora, que se refiere a la proyección verbal, profesional y visual.

Es el conjunto de conocimientos y técnicas que permiten aplicar el saber científico a la emisión de estímulos que crearán o modificarán la percepción hacia una persona o institución. Cabe recalcar que el término Imagología se ha apartado tradicionalmente al estudio de las imágenes biomédicas, por lo tanto es importante discernir ambos términos.

El estudio de imagen pública sirve para construir dos grandes grupos de imágenes: la imagen personal y la imagen institucional.

"Imagología es la ciencia de la imagen y se define como el saber científico necesario para crear, desarrollar y mantener una imagen pública".[5]

Es la unión de conocimientos y técnicas que permiten aplicar la imagología para crear una percepción sobre una persona como un proceso.

Está establecido que existen dos grandes grupos de imágenes, el de la imagen personal y el de la imagen institucional, pero estas imágenes no se crean por sí solas, sino que necesitan, para existir, de la conjunción de otras imágenes que les dan cuerpo y que son llamadas imágenes subordinadas.

La imagen personal es la percepción que sobre un individuo tiene su grupo objetivo mediante la cual éste le otorga una identidad.

La imagen institucional es la percepción sobre una persona moral tiene su grupo objetivo mediante la cual éste le otorga una identidad.

Son aquellas imágenes de referencia cruzada, es decir en la que interfiere otro actor "persona o cosa" que retroalimenta la percepción. Una expresión muy coloquial de una imagen subordinada podría ser en el deporte del Billar la Carambola, que precisa pegarle con una bola, a las dos restantes en un total de tres. Existen dos tipos de imágenes subordinadas, la buena y la mala; pueden haber muchas imágenes subordiandas en una imagen personal, sin embargo será la suma y la resta de todas ellas la que proporcionan un balance final de la imagen personal pública del individuo, si en ese Balance prevalecen mayormente las imágenes subordinadas buenas entonces la percepción del individuo será buena, o viceversa.

Se define como la percepción que se tiene de una persona, por parte de sus grupos objetivo, como consecuencia de su apariencia y de su lenguaje corporal. Con la indumentaria, cada persona forma su propia expresión y emplea variaciones personales de tono y significado.

Estudios y análisis de la Imagen Física:

Otros aspectos:

Diseño de la imagen física: La forma de vestir es también un modo de expresión y se manifiesta la individualidad. Al diseñar una imagen física se satisfacen las necesidades que tienen las personas de distinguirse y lograr un objetivo en específico.

Se define como la percepción que se tiene de una persona o institución por parte de sus grupos objetivo, como consecuencia de los estímulos emanados del desempeño de su actividad profesional.

El enfoque integral de la imagen profesional incluye:

Existen dos factores que nos permiten entender el plano profesional de la imagen pública:

Para crear una imagen profesional se debe establecer el grupo objetivo y el mensaje que se quiere transmitir para satisfacer a dicho grupo.

Se define como la percepción que se tiene de una persona o institución por parte de sus grupos objetivo como consecuencia del uso de la palabra oral o escrita.

El enfoque integral de la Imagen Verbal incluye:

Los códigos semióticos que son parte en el ámbito discursivo son:

Creación de una imagen verbal: Para una imagen verbal exitosa se debe seguir un proceso, este consta de fases y son parte de una metodología llamada "Sistema Íntima". Este sistema establece un proceso metodológico infinito, con el fin de que la imagen pública esté controlada y su evolución tenga un seguimiento constante. Éste proceso es un círculo y consta de cuatro diferentes etapas: investigación, diseño, producción y evaluación. Las fases que conforman el proceso son las siguientes:

Se define como la percepción que se tiene de una persona o institución por parte de sus grupos objetivos, como consecuencia del uso de los estímulos dirigidos al sentido de la vista.

El enfoque integral de la imagen visual incluye todos aquellos elementos visuales que puedan representar la imagen de una persona o institución.

Se define como la percepción que se tiene de una persona o institución por parte de sus grupos objetivos, como consecuencia del uso de estímulos dirigidos al sentido de la vista o del oído, ya sea simultáneamente, o por separado, para incidir en la opinión pública.

El enfoque integral de la imagen audiovisual incluye:

Se define como la percepción que se tiene de una persona o institución por parte de sus grupos objetivos, como consecuencia del uso de estímulos emanados de sus escenarios.

El enfoque integral de la imagen ambiental incluye:

A lo largo de los años, se ha comprobado por científicos y psicólogos que los colores son parte fundamental para hacer un juicio a través de la percepción, debido a que cada color evoca a sentimientos y emociones particulares. Tal es el caso de la socióloga y psicóloga Eva Heller, experta en la psicología del color. La proyección que se da de acuerdo a los colores utilizados en la imagen pública es de vital importancia, ya que "Los colores actúan sobre los sentimientos y la razón".[9]​ La autora del libro Psicología del color, realizó una descripción detallada de lo que cada color en particular transmite.

Es el color de la razón y de la calma. Evoca a la grandeza del mar y a un sentimiento de tranquilidad y relajación. Es un color que refleja simpatía, casi nunca tiene connotaciones negativas. Refleja intelectualidad y sabiduría.

Es el color más común y fuerte. Tiene distintas connotaciones pero todas ellas son fuertes. Por un lado evoca a la pasión, la sangre, la autoridad y lo demoníaco. Por otra parte, también puede transmitir amor, alegría, extroversión y cercanía.

Es un color que al ser portado, transmite alegría, optimismo, diversión, amabilidad, frescura, espontaneidad, aunque también cuenta con interpretaciones negativas como presuntuosidad y egoísmo, una manera de darle un enfoque positivo es combinándolo con rojo o naranja.

Es un color alegre a la vista, su peligro está en dar la impresión de aburrimiento, ya que se considera un color neutro, que fácilmente es opacado por algún otro color. Emana naturalidad y vivacidad.

Es el color de la individualidad y protesta, también transmite poder y elegancia. Al portarlo en la vestimenta también puede mandar la señal de que se trata de una persona conservadora. Por otro lado, es el color de oscuridad, el fin, lo rígido y lo pesado.

Es un color sin connotaciones negativas, el blanco transmite paz, tranquilidad, armonía, exactitud, pureza, perfección. Cuando alguien viste de blanco, es visto de manera positiva.

Para transmitir los mensajes que se desea transmitir de manera correcta, se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos.

Se refiere al proceso de comunicación oral y tiene como base cinco elementos que lo identifican y nos ayudan a comprenderlo:[10]

Para comunicar de forma hablada, de una manera correcta, se debe tener un tono de voz adecuado, ya que si el tono es muy bajo, el mensaje no llegará con claridad a los receptores, por otro lado, una voz muy alta, puede ser interpretada como signo de agresión, por lo tanto el tono de la voz, debe encontrarse en un punto medio. Los sonidos emitidos deben ser claros, esto se logra con una pronunciación correcta, abriendo la boca y cerrándola de acuerdo a los fonemas que se quieran pronunciar. La respiración también es importante en este aspecto, ya que permite que la modulación de la voz sea correcta, dando paso a la cantidad correcta de aire que ayuda a que no haya trabas en el lenguaje y permite llegar al tono correcto y estable de voz.

Una persona que se encuentre hablando, deberá llevar la velocidad adecuada, una velocidad lenta es interpretada por la mente como sinónimo de pereza o de poco interés; por otro lado, una velocidad muy rápida, termina por fatigar a los oyentes. Al hablar, se deben realizar pausas cuando sea necesario con el propósito de que el mensaje se comprenda correctamente y no aturdir al receptor.[11]



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