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Innovación abierta



La innovación abierta (en inglés Open Innovation) es un término acuñado por el profesor Henry Chesbrough con el que se propone una nueva estrategia de innovación mediante la cual las empresas van más allá de sus límites y desarrollan la cooperación con organizaciones o profesionales externos.[1]​ Esto significa combinar su conocimiento interno con el externo para sacar adelante los proyectos de estrategia y de I+D. En este contexto universidades y centros de investigación cobran especial relevancia dentro del ecosistema de agentes con los que se relaciona la organización. En cierto sentido la innovación abierta incorpora inteligencia colectiva.

Tradicionalmente las compañías han gestionado la innovación de forma cerrada (innovación cerrada o closed innovation), sistema a través del cual los proyectos de investigación se gestionan exclusivamente con el conocimiento y los medios de la propia organización. Bajo este modelo clásico, los proyectos solo pueden empezar en el interior de la empresa y terminar en su propio mercado. Sin embargo, bajo el modelo de innovación abierta, los proyectos pueden originarse tanto dentro como fuera de la empresa, pueden incorporarse tanto al principio como en fases intermedias del proceso de innovación, y pueden alcanzar el mercado a través de la misma compañía o a través de otras empresas (licencia de patentes, transferencia de tecnología, etc).

Estas son algunas de las ventajas que obtienen las empresas que trabajan bajo el modelo de innovación abierta :

Para implantar este modelo de gestión de la innovación existen los intermediarios de innovación, marketplaces que actúan como punto de encuentro entre las empresas y el conocimiento externo.

Los efectos positivos de la colaboración hacen que la innovación abierta esté presente en las políticas industriales de base territorial, ya que son un instrumento destacado para dinamizar clústers y mejorar la innovación en sistemas territoriales concretos.[2]

Se sabe que el 80% de todos los productos que compramos hoy no existían hace 10 años[cita requerida]. De manera que la creatividad y la innovación hoy en día son una tez básica para la economía y la información para poder crear todas esas cosas nuevas. Y todas esas cosas que están apareciendo gracias a estas están cambiando hasta nuestras costumbres y nuestras creencias, y todo gracias a la información. La creatividad y el Open Innovation ayudan fielmente a este desarrollo. “OCDE apoya la creatividad y confía en el Open Innovation” La gente se está dando cuenta de que esto es el progreso, de que es el futuro. E incluso la OCDE (La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que es una organización internacional compuesta por 33 estados ( que son los más avanzados y desarrollados del planeta) tienen el objetivo de maximizar su crecimiento económico y coadyuvar a su desarrollo y el de los países no miembros. Es decir que hasta los mandamases de los estados están empezando a creer en el poder de la Inteligencia colectiva, y apoyan a páginas como Flicker, Creative Commons, Amazon …que promueven esta línea de pensamiento de manera abierta, creativa y con métodos muy innovadores y a nuestro gusto. Y es que está claro, al tener más acceso a la información se abren nuevas posibilidades y esto hace que tengamos que recurrir a nuestra creatividad para poder participar en ella. La imaginación creativa nos ayudará a prever acciones y generar nuevas alternativas.

“La creatividad empresarial es la que hace girar la rueda de la economía y cada limitación a la creatividad lo único que consigue es poner un palo en esa rueda” Lluís Bassat. Esta afirmación nos lleva a la reflexión de que si no damos rienda suelta a nuestra creatividad, sea en el campo que sea, y solo nos fijamos en las limitaciones que tenemos, lo único que conseguiremos será ponernos trabas al desarrollo.

La innovación y la creatividad son elementos que diferencian a una empresa de otra y hacen que en mayor o menor grado ellas se desarrollen y se mantengan en una posición de liderazgo en el mercado. Y para mantenerse en una posición de liderazgo, han de buscar nuevos planteamientos o reinvenciones totales. Y para poder lograr esto es fundamental que las empresas permitan a la gente contribuir en la generación de ideas y propuestas para conseguir promover la innovación abierta y la creatividad como valores organizacionales.

No hay una receta, evidentemente, pero pondremos ejemplos de la filosofía de 3M de William McKnight, que viene a decir que si a las personas se les delega responsabilidades y participación, se ejercita su iniciativa. Y entonces esas personas crearán e innovarán, y seguro que se equivocan pero ellos querrán hacerlo lo mejor que sepan; Y a largo plazo esos errores cometidos serán insignificantes comparado con los errores que se cometerían si la administración les dijera como hacer su trabajo exactamente. Las administraciones que critican destructivamente los errores matan las iniciativas. Y estas ideas colectivas son imprescindibles si queremos desarrollarnos”.

Si nos centramos en el marco legal de la innovación abierta, nos tenemos que centrar en las patentes de software: las multinacionales informáticas contra el software libre. Éste ha sido uno de los temas más controvertidos de los últimos años, enfrentando a dos grandes bloques. La legalidad de las patentes y sus defensores chocan con los intereses de sus detractores, los defensores del software libre. Los primeros argumentan que el sistema de patentes ayuda a la innovación, ya que el propietario puede sacar mayor beneficio. Evidentemente, este sector representa a las grandes multinacionales, que cuentan con un gran portafolio de patentes de software que guardan como un tesoro. Por otro lado tenemos a los detractores del sistema de patentes o, en otras palabras, las PYME, las pequeñas y medianas empresas. Estas no pueden competir con las grandes empresas y los intercambios de patentes entre estas. Sostienen la idea de que este sistema de patentes impide el desarrollo de muchos proyectos debido al pago de licencias y otras restricciones. En el mundo del software son las PYME las que tienen un papel más importante en la innovación, ya que tienen un acceso mucho más fácil a su modificación. Precisamente son las grandes empresas las que adquieren PYMES constantemente para su propio desarrollo. La pregunta es: ¿Por qué son tan perjudiciales las patentes de software para las PYME? Porque es imposible innovar tecnológicamente sin utilizar algunas ideas ya pensadas por otros o conceptos de programación generales como por ejemplo los algoritmos matemáticos utilizados en la programación. Por poner un ejemplo, es también imposible escribir literatura sin incluir metáforas ya utilizadas por otros escritores. Lo más curioso es que las revoluciones como Internet y el software libre han sido posibles gracias a programas de código abierto no patentado como éstos, que además suelen ser los más innovadores del sector. En cierto modo, no existe ningún estudio que muestre una relación directa entre las patentes de software y el desarrollo tecnológico. La diferencia entre los dos sectores también radica en la forma en que reciben sus beneficios: compañías de software con derecho de propiedad reciben dinero de la venta de sus licencias para el uso de sus programas. Por otra parte, las compañías de código abierto reciben sus beneficios vendiendo servicios de apoyo.

Microsoft ha arremetido varias veces contra la idea de software libre. La multinacional estadounidense aseguró que fueron usurpadas 235 de sus patentes por otras empresas[1]. Una de las principales cruzadas de Microsoft es el ataque eterno contra Linux. Según Microsoft, este sistema operativo alternativo de código abierto viola 42 de esas patentes y es una preocupación constante para la multinacional informática por excelencia[cita requerida]. Pero Linux no es el único enemigo, ya que Bill Gates denuncia toda esta comunidad de libre acceso. Microsoft sostiene que el paquete de programas Open Office, un equivalente gratuito de su paquete Microsoft Office, infringe 45 de sus patentes[2].

Gana, la red transaccional más grande de Antioquia, llegó a Imaginamos con una consigna: crear una intranet que debía ser la plataforma de comunicación interna de más de 4000 empleados directos. En el proceso, notaron que necesitaban renovar su página web y crear una aplicación. Ahí estuvo –y estará- Imaginamos. La empresa llegó a Imaginamos por medio del CRM. Estaban buscando una empresa que desarrollara intranets. En medio del proceso, se dieron cuenta de la necesidad de actualizar su página y reinventar la forma en que sucedían los juegos en línea.

Gana necesitaba ir más allá y desarrollar una experiencia de juego que además de atractiva, permitiera que un público joven aprendiera a jugar y obtener un simulador para educar a los clientes. Fue así como abrieron una licitación para desarrollar una página web y una aplicación. Imaginamos la ganó y se quedó con el paquete completo. El proyecto se realizó esencialmente por dos razones: para renovar la imagen de la marca y para atraer a las nuevas generaciones.[3]

El Parlamento Europeo ya retiró la patentabilidad de software en el año 2005 después de una multitudinaria votación. Actualmente, estos programas de código abierto cuentan con un gran apoyo popular y su uso ha crecido notablemente en los últimos años, implantándose como sistema operativo oficial en algunos países como China, aunque la empresa líder siga siendo la misma.



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