Inside Man (El plan perfecto en Hispanoamérica; Plan oculto en España) es una película estadounidense de 2006.
La película comienza in medias res con Dalton Russell (Clive Owen), un astuto ladrón de bancos, narrando su difícil situación en los confines de una celda, reflexionando sobre la diferencia entre una celda y una prisión. A continuación, comienza la narración, describiendo el "perfecto" plan de robo de un banco en Manhattan.
El robo comienza retrospectivamente con un grupo de ladrones vestidos como pintores y dirigiéndose unos a otros con alias, utilizando variantes del nombre "Steve". Tras entrar en el banco, desactivan las cámaras de seguridad y toman el control. Clientes y empleados son hacinados en el sótano, donde se les obliga a entregar las llaves y móviles, y a cambiar su ropa por uniformes de pintor y máscaras idénticas a las de los ladrones. Después se les distribuye en varias habitaciones, donde se les redistribuye periódicamente, introduciéndose entre ellos en diversas ocasiones los propios secuestradores.
Mientras tanto, la policía llega y rodea el banco. Los detectives Keith Frazier (Denzel Washington) y Bill Mitchell (Chiwetel Ejiofor) revisan brevemente la situación. Russell exige que la policía les proporcione alimentos para ellos y los rehenes. La policía les suministra pizzas con micrófonos en las cajas. A través de ellos escuchan las conversaciones entre los secuestradores, en un idioma que finalmente son capaces de identificar como albanés. Tras localizar a un intérprete, se produce una nueva sorpresa: las supuestas conversaciones son en realidad grabaciones de propaganda del fallecido dictador comunista albanés Enver Hoxha, lo que implica que los ladrones sabían o adivinaban el intento de vigilancia.
Tras ser informado del robo en curso, Arthur Case (Christopher Plummer), presidente de la Junta Directiva y fundador del banco, contrata a Madeleine White (Jodie Foster) para que consiga que el contenido de su caja fuerte en el banco se mantenga en secreto. White se reúne con el alcalde. A continuación, manipula a Frazier para que logre que Russell consienta a hablar con ella. La mención de los intereses especiales que quiere proteger, persuade a Russell para dejarla entrar al banco a hablar. Cuando White solicita acceso a la caja fuerte, Russell le muestra un documento con una esvástica, lo que sugiere que Case recibió el dinero, suficiente para fundar su banco, de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial a cambio de servicios no especificados que resultaron en muertes de judíos. Russell revela su motivación, diciendo: "Todas las mentiras que apestan, puede cubrirlas por un tiempo, pero no desaparecen."
Intentando un farol, Frazier informa a Russell de que el avión que se exige para huir está listo, pero tiene que comprobar que todos los rehenes estén seguros antes de dejarlos salir. Russell le permite entrar en el banco, y acompaña a Frazier en un recorrido por el edificio. A medida que se comprueba el estado de los rehenes, se habla de la situación, y también del deseo de Frazier de proponer matrimonio a su novia, algo que está retrasando por falta de dinero. Russell le sugiere que debería hacerlo, independientemente de las finanzas. Al salir del banco, Frazier intenta reducir físicamente a Russell, pero es detenido por otro de los ladrones. Russell aún permite salir ileso a Frazier, aparentemente sin tomar represalias por su ataque. Frazier les dice a sus colegas que ha tratado de provocar intencionalmente a Russell y que, dada su reacción, cree que Russell no es un asesino.
Poco después, los ladrones envían un mensaje e indican a la policía que apunten sus cámaras a una ventana específica en el segundo piso, donde muestran lo que parece ser la ejecución de un rehén. Frazier se enfrenta a un furioso Russell de nuevo, exigiendo conocer las verdaderas intenciones de los ladrones. Russell simplemente responde a Frazier que es "demasiado inteligente para ser policía" y cierra la puerta.
El incidente de los rehenes pone al equipo de la UDE en acción, con el plan de atacar el edificio, utilizando balas de goma para reducir a todo el mundo. Frazier, sin embargo, se da cuenta de que el mensaje escrito enviado por Russell tiene un transmisor en su interior, por lo que están al corriente de los planes de asalto. Intenta que el capitán Darío, al mando de la policía de asalto, detenga el ataque, pero sin éxito.
En el interior del banco, Russell escucha la conversación entre Darío y Frazier. Los ladrones detonan bombas de humo en todo el banco y liberan a los rehenes, dando lugar a una multitud de personas vestidas de forma idéntica escapando a través de la salida y el humo, en total confusión. La policía detiene a todo el mundo para interrogarlo. Sin embargo, debido a la continua mezcla de los secuestradores entre los rehenes, Frazier es incapaz de distinguir a ninguno de ellos, ni siquiera a Russell. La ejecución del supuesto rehén se revela como una falsificación, una simple actuación ante la cámara, las armas de los ladrones resultan ser de juguetes, y nada parece haber sido robado, lo que provoca que los superiores de Frazier decidan cerrar el caso.
Frazier, sin embargo, sigue buscando los registros del banco y encuentra que la caja de seguridad 392 nunca ha aparecido en todos los registros desde la fundación del banco en 1948. Se obtiene una orden de registro de un juez para abrirla. Entonces es confrontado por White, quien le informa del asunto de los tratos con los nazis. También trata de convencer a Frazier para que abandone la investigación, ofreciéndole un trato con el que garantiza su promoción. Él se niega, y reproduce la conversación que acaban de tener, que ha grabado con un micrófono oculto en una pluma.
White se enfrenta a Case y le interroga sobre sus relaciones con los nazis, y él termina confesando. Se conjetura correctamente que la caja de seguridad contenía diamantes y que estos eran el verdadero objetivo de los ladrones, junto con un anillo de Cartier, perteneciente a un amigo judío, a quien traicionó a los nazis a cambio de dinero. Él está arrepentido de lo que hizo, y por ello ha llevado una vida de filantropía internacional para tratar de mitigar su culpa.
El monólogo de apertura de Russell se repite, pero con la revelación de que Russell está escondido detrás de un muro falso construido dentro de la sala de suministros. Sale de su escondite una semana después del incidente, con el contenido de la caja fuerte de Case (incluidos los documentos y una serie de pequeñas bolsas de diamantes) en la bolsa. Al salir del banco, deliberadamente se tropieza con Frazier, quien no lo reconoce. Los socios de Russell se reúnen con él en un todoterreno fuera del banco y después, de una breve revisión de su botín, se encuentran con que el anillo ha desaparecido. Russell, sin embargo, les asegura que lo ha dejado en el banco y que está "en buenas manos".
Frazier abre la caja de seguridad para encontrar un paquete de chicles que Russell le había ofrecido a él mientras estaba revisando los rehenes, junto con el anillo de Cartier y un mensaje: "Siga el anillo". Frazier se enfrenta a Case, al que informa de su intención de investigar el anillo. Encuentra a White, que le dice que el anillo está relacionado con el pasado de Case. Frazier ofrece a White la pluma con la grabación, y le da una tarjeta para la Oficina de Asuntos de Crímenes de Guerra en el Departamento de Estado de los EE. UU.
Después de su encuentro final con White, Frazier se va a casa y encuentra un diamante en su bolsillo, dándose cuenta de que debe haber sido introducido allí por el hombre con el que tropezó en el banco, que debe haber sido Russell. Mientras la película termina, se da a entender que Frazier utiliza el diamante para proponer matrimonio a su novia.
Después de La última noche, Spike Lee abandona el drama para adentrarse en una película de género que plantea una situación clásica -un atraco- para poco a poco subvertir sus reglas más básicas, dándole la vuelta. Al hacerlo Spike Lee va introduciendo un retrato social de la sociedad norteamericana: el racismo que anida en las calles, los comportamientos egoístas, el arribismo político, y la sospecha de un dudoso pasado planeando sobre ella. Todo ello filmado con una planificación entre dos estilos, clásico y moderno, salpicada por fugaces flash-towards.
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