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Islas de Cabo Verde



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Cabo Verde, cuyo nombre oficial es República de Cabo Verde (en portugués, República de Cabo Verde, pronunciado /ˈkabu ˈveɾdɨ/), es un estado soberano insular de África, situado en el océano Atlántico, más concretamente en el archipiélago volcánico macaronésico de Cabo Verde, frente a las costas senegalesas. Su forma de gobierno es la república semipresidencialista y su territorio está organizado en 22 concelhos o municipios. Su capital y ciudad más poblada es Praia.

El nombre del archipiélago proviene de la península de Cabo Verde, el extremo más occidental del continente africano, cerca del cual se halla la ciudad de Dakar. Su lengua oficial es el portugués y el país es miembro de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa.[3]

Las islas estuvieron deshabitadas hasta que fueron descubiertas en el siglo XV por los portugueses, que las colonizaron para convertirlas en un centro de trata de esclavos. La mayor parte de los actuales habitantes de Cabo Verde desciende de ambos grupos: colonizadores y esclavos.

En el siglo XV, cuando los portugueses colonizaron el archipiélago, las islas hacían justicia a su nombre: estaban cubiertas por una densa vegetación tropical, que contrastaba con sus rocas volcánicas negras y el mar azul. No hay evidencia de que estuvieran pobladas antes de la llegada de los colonos, pero se considera probable que los árabes hubiesen visitado en siglos anteriores la isla de Sal para proveerse de esa sustancia.

En 1462, los primeros colonos portugueses desembarcaron en lo que hoy es Santiago y fundaron la ciudad europea más antigua del trópico: Ribeira Grande (hoy Cidade Velha). Los portugueses introdujeron el cultivo de la caña de azúcar, pero el clima seco no era favorable. Así que se dedicaron fundamentalmente al comercio de esclavos, provenientes sobre todo de la costa oeste de África. El auge del esclavismo revolucionó la economía de Cabo Verde en solo unos pocos años. Mientras que en 1506 era una de las posesiones portuguesas en África que menos rentas proporcionaban a la Corona, para 1510 se había convertido en la segunda que más rentaba, solo superada por la Mina de Oro.[4]

Para los portugueses, las islas, situadas entre África, América y Europa, tenían gran interés estratégico. Desde 1517, quedó establecida la ruta oficial portuguesa de transporte de esclavos desde África hacia América, haciendo escala en Cabo Verde[4]​ (la esclavitud se abolió en 1876). El asalto reiterado de piratas ingleses, neerlandeses y franceses obligó a los portugueses a trasladar colonos agricultores del Alentejo (al sudeste de Portugal, «granero» de ese país) al archipiélago.

La contracción de la actividad agrícola –famosa entre los siglos XVII y XIX por su algodón - provocó la emigración masiva de caboverdianos: la mayoría hacia Guinea-Bissau (excolonia portuguesa muy vinculada al archipiélago), y posteriormente hacia Angola, Mozambique, Senegal, Brasil y, principalmente, Estados Unidos. En el siglo XIX, la prosperidad de las islas fue decayendo lentamente, debido a que habían cesado los dos ingresos que tenía: el algodón y los esclavos, por la prohibición mundial de la trata de esclavos. Entre 1941 y 1948, una prolongada hambruna provoca la muerte de un gran número de personas, unas 50 000 (casi un tercio de la población), ante la « indiferencia total » del gobierno portugués: No llegó a enviarse ninguna ayuda humanitaria.[5]

En 1951, el estatus de islas cambió al de provincia de ultramar. La lucha por la liberación reforzó los lazos entre Guinea-Bissau y Cabo Verde. En 1956, se creó el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, con militantes de ambos lados. Amílcar Cabral, fundador e ideólogo, concibió la lucha y el desarrollo conjunto, a partir de economías complementarias. En 1961 comenzó la guerrilla en el continente africano, donde lucharon centenares de caboverdianos. En 1974 cayó el régimen colonial tras la Revolución de los Claveles en Portugal. Luego de un gobierno de transición, en 1975 se proclamó la independencia: un mismo partido –el PAIGC– pasó a gobernar en dos países. Aristides Pereira fue presidente de la República de Cabo Verde, y el comandante Pedro Pires su primer ministro. El PAIGC dio los primeros pasos hacia una federación entre Cabo Verde y Guinea-Bissau: las asambleas nacionales de ambos países constituyeron un Consejo de la Unión.

A partir de 1975, el área boscosa de Cabo Verde aumentó desde las 3000 hasta las 45 000 hectáreas: el gobierno previó en diez años otras 75 000, que autoabastecerían de leña a la población. En las estaciones lluviosas, hombres y mujeres dejaban hogares y oficinas para plantar árboles durante una semana. Se implantó la reforma agraria, con prioridad en la producción de alimentos para consumo de la población (se producía solo el 5 %), en vez de favorecer los cultivos de exportación característicos del período colonial. A pesar de estas acciones, la producción agrícola descendió por las grandes sequías y el gobierno se volcó en promover la pesca.

Cabo Verde apoyó a Angola en la segunda guerra de liberación. Permitió el puente aéreo de aviones cubanos en el archipiélago, ayudando a derrotar la invasión del territorio angoleño por tropas de Zaire y Sudáfrica y adoptó una política de no alineamiento, garantizando que no se instalarían bases militares extranjeras.

En 1981, cuando el PAIGC discutía una nueva Constitución para Guinea y Cabo Verde, fue depuesto el presidente Luiz Cabral, de Guinea-Bissau. João Bernardino Vieira asumió el cargo y fue hostil a la integración con Cabo Verde. Ese año, el PAIGC realizó en Cabo Verde un congreso de emergencia debido a los cambios políticos en Guinea-Bissau. Luego de ratificar los principios de Cabral, cambió su nombre a Partido Africano para la Independencia de Cabo Verde (PAICV), separándose orgánicamente del partido de Guinea. Las relaciones de ambos gobiernos fueron tensas, hasta que la mediación, en 1982, de Angola y Mozambique, logró que el presidente mozambiqueño Samora Machel, reuniera en Maputo a Pereira (reelegido en 1981), y a Vieira. En la Conferencia de ex Colonias Portuguesas en África (1982), realizada en Cabo Verde (ciudad de Praia), Vieira participó junto a sus colegas de Angola, Mozambique, Cabo Verde y São Tomé. Se normalizaron las relaciones diplomáticas, aunque el partido no se reunificó y se abandonaron los planes de unión.

En 1984, la sequía redujo las cosechas un 25 % respecto a cinco años antes, el déficit de la balanza comercial fue de 70 millones de dólares y la deuda externa se situó en 98 millones de dólares. El sistema de distribución de alimentos y la eficiente gestión estatal evitaron que el país cayera en la hambruna. Pobre en recursos naturales, con solo el 10 % de la tierra cultivable, Cabo Verde depende mucho de la importación de alimentos, sobre todo bajo forma de ayuda humanitaria. La escasez obligó al país a depender de la ayuda extranjera, complicando los proyectos del «primer Plan de Desarrollo». En 1986, el «Segundo Plan de Desarrollo» dio prioridad al sector privado de la economía (sobre todo al informal) y se combatió la desertificación. La meta fue recuperar –hasta 1990– más de cinco mil hectáreas de tierra y poner a funcionar un sistema único de administración y distribución de las reservas de agua del país. En una primera etapa, se construyeron más de 15 mil diques de contención de aguas pluviales y se forestaron 23 101 hectáreas. Pese a la sequía, aumentó la productividad agropecuaria, que abasteció casi totalmente de carne y hortalizas a la población, sin recurrir a la importación.

En 1991, António Mascarenhas Monteiro (que presidió durante una década la Corte Suprema de Justicia), fue elegido presidente, en las primeras elecciones libres y multipartidarias del país. Se inició la transición a una economía de mercado, privatizando empresas de seguros, pesca y bancos, según las exigencias de los organismos internacionales. La ayuda externa representaba un 46 % del PIB, y un 15 % adicional provenía de las remesas de dinero de los 700 000 caboverdianos residentes en el exterior. El gobierno del MPD (centrista) se enfrentó a un desempleo del 25 % y anunció la reestructuración del Estado. En 1993, comenzó la reducción a la mitad los 12 000 funcionarios públicos, al tiempo que liberó gradualmente los precios. El presupuesto de 1994, pese a recortar el gasto público, aumentó la inversión pública (en transporte, telecomunicaciones y desarrollo rural) de 80 millones de dólares en 1993 a 138 millones en 1994.

En 1995, el primer ministro Carlos Veiga hizo cambios para favorecer la transición a la economía de mercado y fusionó los ministerios de Finanzas, Coordinación Económica y Turismo, Industria y Comercio en uno solo: Ministerio de Coordinación Económica. En 1997, el Banco de Desarrollo Africano prestó 4,9 millones de dólares para reconstruir carreteras. Cabo Verde también recibió apoyo económico de China y creó una asociación con Angola para invertir en salud y bienestar social.

En 1998 y 1999 se repitieron informes sobre la brutalidad de la policía: los presos excedían la capacidad de las cárceles, carentes de las instalaciones mínimas razonables. La autocensura de los medios era habitual.

Las elecciones presidenciales de 2001 debieron repetirse por las acusaciones de fraude y el escaso margen final (50,05 % contra 49,95 %). La Corte Suprema decidió el resultado final, después de las apelaciones cursadas por irregularidades en la votación: Pires, del PAICV, fue declarado ganador por 17 votos, sucediendo a Monteiro y convirtiéndose así en el tercer Presidente de Cabo Verde. Jose Maria Pereira Neves fue elegido primer ministro..

Pires intensificó los esfuerzos para descentralizar y privatizar el sector público. En 2002, firmó un acuerdo de cooperación con Francia por 610 millones de euros, que ayudaría a ese propósito.

Una vez realizadas las privatizaciones, el coste de los servicios básicos aumentó y se complicó el acceso al agua potable fuera de la capital. El gobierno pretendía informatizar en cinco años todas las escuelas del país, poniendo al menos un ordenador y Pereira Neves anunció la puesta en marcha del plan de desarrollo "Operación Esperanza". «Mi investidura existe para dar garantía al futuro de los niños de Cabo Verde», enfatizó.

En septiembre de 2004, el ministro de finanzas, João Pinto Serra, prometió en una carta oficial dirigida al Fondo Monetario Internacional (FMI) que agilizaría las reformas estructurales en la administración de su gobierno en lo que restaba del año, para agilizar también las privatizaciones. Las reformas se dirigirían hacia los sectores de energía, agua, telecomunicaciones, transporte, pesca y navegación.

En mayo de 2005, el primer ministro Neves señaló que el país podría intentar ingresar en la OTAN. Un mes antes, la OTAN había elegido a Cabo Verde para probar, por primera vez en África, su Fuerza de Reacción. En junio, el opositor Movimiento para la Democracia llamó a debatir «urgentemente» la relación especial entre Cabo Verde y la Unión Europea.

En las elecciones parlamentarias de enero de 2006, ganó nuevamente el PAICV y Pires resultó elegido presidente.

El archipiélago forma parte de la región de Macaronesia. Se compone de diez islas grandes y cinco menores. Las islas de Barlovento incluyen Santo Antão, São Vicente, Santa Luzia (deshabitada), São Nicolau, Sal y Boavista. Las de Sotavento incluyen Maio, Santiago, Fogo y Brava.

En la isla de Sal está el aeropuerto Amilcar Cabral, el mayor internacional del país. Otras islas importantes son Santiago y São Vicente, donde se encuentran la capital Praia y Mindelo, respectivamente.

Entre los islotes que forman Cabo Verde destacan Islote Raso (7 km²), Islote Branco (3 km²), Islote Grande (2 km²), Islote Cima (1,15 km²) e Islote Carneiro (0,22 km²).

Las islas son de origen volcánico. En la de Fogo existe un volcán activo (última erupción en 2014). En su mayor parte, son montañas escarpadas cubiertas de cenizas volcánicas, por lo que hay poca vegetación. El clima es seco y caluroso, con una media de temperatura de 20/25 °C. En los meses de enero y febrero, el archipiélago sufre la influencia de tempestades procedentes del Sáhara.

Actualmente, Cabo Verde se enfrenta a problemas ecológicos como la erosión y la desaparición de varias especies de aves, peces y reptiles, ocasionada por el exceso de pastoreo, cultivos y pesca. Desde hace más de treinta años, las islas sufren una gran sequía.

El clima de Cabo Verde es poco común, tropical árido, con temperaturas suaves debido a la corriente de las Islas Canarias, de aguas frías, y a los vientos alisios, que soplan desde el nordeste, especialmente entre noviembre y mayo, y que se refrescan al pasar sobre el mar, cuya temperatura oscila todo el año entre 23 °C en enero y 27 °C entre agosto y octubre.

Tanto en las islas de Barlovento como en las de Sotavento existe una breve estación lluviosa entre agosto y octubre, cuando se pueden producir lluvias fuertes coincidiendo con el periodo más cálido del año. Esto es debido al desplazamiento hacia el norte de la Zona de Convergencia Intertropical. Las lluvias son muy irregulares, a veces no se presentan o se acumulan en pocos días, provocando inundaciones, también debido a la escasez de vegetación. En Mindelo, en la isla de São Vicente, en Barlovento, caen unos 100 mm al año, de los que la mitad caen en septiembre, y el resto repartidos en agosto y octubre. Las temperaturas oscilan entre los 19-23 °C de mínima y los 23-27 °C de máxima, siendo los meses más fríos y secos de diciembre a mayo, con el viento del nordeste, y los más cálidos de junio a noviembre. En Sotavento hace algo más de calor y llueve más por la influencia de vientos de sur. En Praia, en la isla de Santiago, caen unos 250 mm, con máximos de 100 mm en agosto y septiembre, algo en octubre y prácticamente nada en el resto de meses. Las temperaturas oscilan entre 19-20 °C de mínima y 29 °C de máxima en los meses húmedos.[6]

Cuando el viento sopla del desierto, las temperaturas pueden subir a 35-27 °C entre mayo y octubre. Las montañas actúan de freno a los vientos y pueden provocar neblinas en las caras norte de las más altas en los meses secos, con lloviznas, permitiendo algo de vegetación. Los alisios empiezan a soplar en noviembre, pero a veces sopla el harmattan con nubes de polvo que dificultan la visibilidad.

Según Arechavaleta et al.[7]​ se conocen 3251 especies en el archipiélago, de las cuales 540 (16,6 %) son endémicas y 240 exclusivas de una de las islas. Por otro lado, se han descrito 21 géneros endémicos de Cabo Verde: 1 de fanerógamas, 1 de líquenes y 19 de artrópodos. De estos últimos, 10 géneros son exclusivos de alguna de las islas.

Desde la instauración del multipartidismo en 1991, Cabo Verde es una república semipresidencialista estable con separación de poderes que adopta la democracia representativa como forma de gobierno.[8][9]​ Ocupando el puesto número 23 en el índice de democracia de The Economist, Cabo Verde es considerada la nación más democrática de África, y uno de los países más democráticos del mundo.[10]​ La constitución actual fue adoptada en 1980 y enmendada en 1992, 1995 y 1999. De acuerdo con la misma, el presidente de la República es el jefe de estado elegido por voto popular para un mandato de cinco años con posibilidad de una sola reelección. El presidente debe ser elegido por mayoría absoluta de votos y, si ningún candidato obtiene más del 50% de los sufragios en primera vuelta, se realiza una segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados.[11]​ El Poder Ejecutivo está dividido entre el presidente y el primer ministro, que es el jefe de gobierno designado por el presidente y aprobado por el legislativo.

El Poder Legislativo es unicameral y consiste en una Asamblea Nacional elegida directamente mediante representación proporcional por listas para un mandato de cinco años. Desde la democratización del país, el sistema político es profundamente bipartidista con el Partido Africano de la Independencia de Cabo Verde (PAICV), antiguo partido único del país, y el Movimiento para la Democracia (MpD) como los principales partidos políticos. En la actualidad, solo un tercer partido, la Unión Caboverdiana Independiente y Democrática (UCID) tiene representación en la Asamblea Nacional aparte del MpD y el PAICV.[12]

El Poder Judicial consiste en una Corte Suprema de Justicia cuyos miembros son designados por el presidente, la Asamblea Nacional y la Junta de la Magistratura, y los tribunales regionales. Los tribunales separados conocen casos civiles, constitucionales y penales. La apelación es a la Corte Suprema.[11]

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Cabo Verde ha firmado o ratificado:

Cabo Verde está dividido en los siguientes municipios (concelhos):

Su posición es muy apta para el comercio, aunque el país sufre la falta de recursos y su economía se ve perjudicada por abundantes inundaciones y sequías. La agricultura solo es viable durante todo el año en cuatro islas. La mayor parte del PIB proviene de la industria y del sector servicios, especialmente el turismo. Hay muchos caboverdianos repartidos por todo el mundo que ayudan a mejorar la economía del país con sus remesas de divisas.

A partir de la independencia la salud y la educación se vieron favorecidas (75 % de la población está alfabetizada, las grandes epidemias desaparecieron, así como la hambruna, aunque un 14 % de los niños sufre de desnutrición), la economía local se caracteriza por la ausencia de oportunidades, lo que alimenta la frustración y el resentimiento. Las cifras oficiales ocultan muy grandes desigualdades sociales. Los esfuerzos de los primeros tiempos de la independencia fueron devastados por el cambio de dirección liberal de los años 1990 y por la corrupción.[23]

En los años 1990, el gobierno convirtió al país a la economía de mercado y lanzó un programa de privatizaciones del que sacaron provecho, en particular, los inversores portugueses (bancos, centrales eléctricas, estaciones de servicio…). Portugal recuperaba así lo que había perdido con la descolonización.[23]

Es que Cabo Verde produce poco: sus recursos mineros son casi inexistentes, sufre de una sequía crónica y la producción agrícola apenas cubre un 10% de las necesidades.[23]

La moneda oficial es el escudo caboverdiano, mientras que el euro cuenta con un estatus semi-oficial.

El escudo se convirtió en la moneda de Cabo Verde en 1914. Reemplazó al real a una tasa de 1000 reales = 1 escudo. Hasta 1930 Cabo Verde utilizó monedas de Portugal. Sin embargo, los billetes emitidos por el Banco Nacional Ultramarino eran únicamente para Cabo Verde desde el año 1865.

Hasta la independencia del país en 1975, el escudo caboverdiano era similar al escudo portugués. A mediados de 1998, un acuerdo con Portugal estableció una tasa fija de 1 escudo portugués = 0,55 escudo caboverdiano. Desde la sustitución del escudo portugués por el euro, el escudo caboverdiano tiene una tasa de 1 euro = 110,265 escudos.

El euro es ampliamente aceptado en Cabo Verde. En noviembre de 2004, durante una reunión en Portugal, el primer ministro de Cabo Verde consideró formalmente aceptar el euro como una de las monedas del país.

Cabo Verde cuenta con cuatro aeropuertos internacionales y tres aeródromos para el tráfico doméstico. Los aeropuertos internacionales son el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral situado en la isla de Sal, Aeropuerto Internacional Nelson Mandela en la ciudad de Praia, Aeropuerto Internacional Cesária Évora en la isla de São Vicente y Aeropuerto Internacional Aristides Pereira en la isla de Boavista. Los aeródromos son el Aeródromo de São Filipe en la isla de Fogo, Aeródromo de Preguiça en la isla de São Nicolau y el Aeródromo de Maio en la isla de su mismo nombre.

Cada isla dispone de al menos un puerto para conectarse con el resto del país. El más importante de todos es el Porto Grande situado en Mindelo construido en 1962, en la isla de Santiago está el puerto de Praia, en la isla de Sal el puerto de Palmeira, en la isla de Boavista el puerto de Sal Rei, en Santo Antão el puerto de Porto Novo, en la isla de Fogo el puerto de Vale Cavaleiros, en la isla de São Nicolau el puerto de Tarrafal, en la isla de Maio el Porto Inglês y en la isla Brava el puerto de Furna.

Actualmente dispone de dos compañías que ofrecen telefonía fija, móvil y acceso a internet que son CV Movel y Unitel+.

En Cabo Verde, se publican varios periódicos, como "A Nação" (La Nación),"A Semana", "Expresso das Ilhas" y "O Liberal". También circulan diarios portugueses y brasileños. Existen 3 canales de TV pública y 15 emisoras de radio. Además, gracias al sistema PoSAT-1, se pueden ver los canales brasileños y portugueses. Existen numerosas emisoras de radio y de TV, el ente público de radio y televisión nacional se llama Radio e Televisao Caboverdiana.

En 2015, Cabo Verde tenía una población de 524 833 habitantes. Su idioma oficial es el portugués, aunque la lengua popular es el criollo caboverdiano (cada isla cuenta con su respectiva modalidad dialectal). La esperanza de vida es de 71,5 años para los hombres y de 80 años para las mujeres. El promedio de hijos por mujer es de 2,37. El 86,5 % de la población está alfabetizada.[24]​ Según el censo de 2010, las localidades con más habitantes son: Praia, la capital (130 271 habitantes), Mindelo (69 904), Espargos (17 081) y Assomada (12 332).[25]

La cultura caboverdiana es una mezcla de elementos europeos y africanos. Es conocida por su diversidad musical, que refleja los distintos orígenes de la población. El país posee géneros musicales propios como la morna. Cesária Évora es la cantante caboverdiana más conocida internacionalmente. Suzanna Lubrano es la cantante zouk más conocida.

En el país, el término Crioulo se usa para referirse tanto a los residentes, a la cultura típica del país y a la lengua.

Cabo Verde también cuenta con una literatura muy rica. Destacan los fundadores de la revista ClaridadeBaltasar Lopes da Silva, Manuel Lopes y Jorge Barbosa—, igual que otros autores afines a esa publicación, como António Aurélio Gonçalves, Jaime Figueiredo, Henrique Teixeira de Sousa y Joao Lopes. En los últimos años, Germano Almeida ha desarrollado una obra traducida a varios idiomas, caracterizada por su humor sutil pero mordaz.

El país y, en concreto la isla de São Vicente, fue retratado en el largometraje documental Tchindas, nominado a los Oscars del cine africano 2016.



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