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José Víctor Zavala



¿Qué día cumple años José Víctor Zavala?

José Víctor Zavala cumple los años el 2 de noviembre.


¿Qué día nació José Víctor Zavala?

José Víctor Zavala nació el día 2 de noviembre de 1815.


¿Cuántos años tiene José Víctor Zavala?

La edad actual es 209 años. José Víctor Zavala cumplió 209 años el 2 de noviembre de este año.


¿De qué signo es José Víctor Zavala?

José Víctor Zavala es del signo de Escorpio.


¿Dónde nació José Víctor Zavala?

José Víctor Zavala nació en Ciudad de Guatemala.


José Víctor Zavala[a]​ (Ciudad de Guatemala, 2 de noviembre de 1815 - ibídem, 26 de marzo de 1886) fue un militar guatemalteco que participó en las guerras de Rafael Carrera y en la Guerra contra los Filibusteros de William Walker. Tras morir el presidente Carrera en abril de 1865, Zavala -quien era amigo personal del presidente fallecido[1]​- fue propuesto como el siguiente presidente de la República, pero en su lugar fue elegido el mariscal Vicente Cerna y Cerna. Una de las brigadas militares de la ciudad de Guatemala lleva el nombre de «Brigada Mariscal Zavala» en su honor.[2]

José Víctor Ramón Valentín de las Animas Zavala y Córdoba nació en la Ciudad de Guatemala el 2 de noviembre de 1815, se le educó bajo sólidos principios morales que siempre tuvo en alta estima y fueron determinantes para su formación, situación por la cual gozó de mucha simpatía entre quienes lo conocían.

Siendo todavía muy joven, fue enviado a los Estados Unidos, donde recibió una amplia educación para que a su retorno a Guatemala se dedicara, de acuerdo a los deseos paternos, a los estudios jurídicos en la Academia de Ciencias de Guatemala, en la que obtuvo el título de abogado; no obstante nunca ejerció en esta profesión por no adaptarse su carácter a ello.[3]

Inició su carrera militar, cuando ingresó al Ejército al surgir los levantamientos en oriente comandados por el Capitán General Rafael Carrera, de quien irónicamente más tarde fue leal colaborador y amigo.

En 1848, la situación de Guatemala era caótica y los liberales lograron que Rafael Carrera dejara el gobierno de la República de Guatemala, la cual se había constituido el 21 de marzo de 1847.[4]​. El 26 de agosto de 1848, durante la breve ausencia de Carrera del poder central, los capitulares quetzaltecos, con el apoyo del Presidente de El Salvador, Doroteo Vasconcelos, y de la facción anticarrerista de Vicente y Serapio Cruz, proclamaron, una vez más, su segregación de Guatemala con Agustín Guzmán como presidente interino y, el 5 de septiembre, eligieron un gobierno interino dirigido por Fernando Antonio Martínez. La existencia del Sexto Estado todavía se prolongó hasta el 8 de mayo de 1849, cuando el general Guzmán fue a entrevistarse con representantes del presidente Paredes a la Antigua Guatemala, momento que fue aprovechado por Rafael Carrera para tomar Quetzaltenango y quedarse en la plaza; para entonces, Carrera ya contaba con el apoyo militar del Corregidor de Suchitepéquez, José Víctor Zavala. El gobierno de Paredes había nombrado al mayor José Víctor Zavala como corregidor de Suchitepéquez para detener a Carrera; pero Zavala, en vez de detener a Carrera, se puso a sus órdenes.[5]

Al saber la noticia, y al enterarse del masivo apoyo de las diferentes etnias indígenas al general Carrera, el presidente Mariano Paredes, tras mucho deliberar con liberales y conservadores, finalmente siguió el consejo del conservador Luis Batres Juarros, quien le hizo ver que combatir a Carrera era abrir un frente en el occidente del país, y dispuso revocar la pena de muerte sobre Carrera y nombrarlo Comandante General de las Armas, con autorización para atender a la pacificación de los pueblos conmovidos en el oriente del país, y para dirigir las operaciones militares de la manera que lo creyere conveniente. Ante este decreto, los principales líderes liberales huyeron hacia El Salvador, donde les dio asilo el presidente Doroteo Vasconcelos.[c]​ Finalmente, Carrera entró triunfalmente en la Ciudad de Guatemala el 8 de agosto de 1849[6]​ y Paredes evitó formar un frente occidental combatiendo a Carrera en Quetzaltenango.[7]

Miguel García Granados y Zavala, era primo hermano de José Víctor Zavala y cuñado de Luis Batres Juarros, y siempre fue un brillante diputado opositor al régimen de Carrera. En una oportunidad en que atacó al gobierno, aseguró «que prevalecía el militarismo más escandaloso con quinientos soldados en la capital y otros mil en los departamentos, ganándose dos reales diarios cada uno, en vez de trabajar en la agricultura y que la culpa de todo esto la tenía Carrera que gustaba de tanta tropa».[8]​ De acuerdo al historiador guatemalteco Antonio Batres Jáuregui en su obra América Central ante la Historia, Carrera resolvió el asunto de la siguiente forma:

«Oiga coronel, ¿usted cree en sueños? Es decir, ¿que si resultará cierto lo que aparece cuando sueña?»

[...] Contestóle [Zavala] en el acto:

«Pues señor, hay muchos ejemplos de haberse realizado los sueños; [...] pero también es verdad que no todos los sueños tienen efecto real y aparecen después como un suceso positivo.»

«Preguntaba yo esto —continuó Carrera diciendo—, porque voy a contar a usted un sueño terrible que tuve anoche y que me conmovió muchísimo. Figúrese que soñé de repente, que me había levantado de mi cama, y dirigiéndome a la guardia del Cuartelito ([...] por la parte de atrás con la casa de Carrera y tenía cien hombres [...]), tomé una escolta, mandé a sentarse en un banco a nuestro buen amigo, el inteligente don Miguel García Granados, a quién apreciamos, y di la orden de hacerle fuego, pasándolo por las armas... Entonces desperté azorado, me palpitaba recio el corazón, y dije: ¡Qué es lo que he hecho! Todavía, al recordarlo, me espanto. Vamos a tomar esta copa, para que ni en sueños vuelva yo a tener una pesadilla tan grande. Salud, señores.»

Todos comprendieron el sentido de aquel sueño, pero continuaron con la misma cordialidad que reinaba en el banquete. El mismo Carrera, con genial benevolencia, embromaba y se reía. García Granados, naturalmente, no se dio por entendido; pero, al siguiente día, don Luis Batres Juarros, que era mentor de Carrera, fue a ver a su hermano político don Miguel que estaba todavía en la cama, como acostumbraba, hasta las doce del día — y le dijo:

Dos semanas después ya estaba García Granados, junto con su esposa, en camino hacia París.[9]

Zavala asistió a numerosas expediciones, entre las cuales pueden mencionarse los combates contra Serapio Cruz en la acción de Patzún en julio de 1848, la histórica Batalla de La Arada, el 2 de febrero de 1851 y en la posterior acción contra Honduras en 1853, por lo que se le consideró como uno de los vencedores de la Fortaleza de San Fernando de Omoa.[1]​ Luchó bajo las órdenes de Carrera cuando este fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército de Guatemala (1844), y luego presidente vitalicio del país (1854-1865).[10]​ En 1854, fue uno de los firmantes del acta que declaró presidente vitalicio al general Rafael Carrera.[10]

Amigo personal de Carrera, conversaba en francés con José Carrera, el hijo de éste, cuando José regresó a Guatemala luego de educarse en Europa, y poco antes de que José muriera en su primer combate en la toma del puerto de Omoa en 1853.[1]

Su mayor logro militar lo alcanzó cuando a los 42 años: siendo Sargento Mayor,[d]​ Carrera lo envió a Nicaragua en 1856 para participar en la Guerra contra los Filibusteros de William Walker como parte del Ejército Aliado Centroamericano. Condujo sus tropas por territorio nicaragüense para luego agregarse a la columna al mando del general Mariano Paredes con quien se dirigió a Cojutepeque, logrando una avasalladora victoria.[3]​ Al morir asesinado Paredes el coronel Zavala quedó como primer jefe de las tropas guatemaltecas en Nicaragua. El 19 de diciembre el miniestro de la Guerra de Guatemala ascendió a Zavala a coronel efectivo de infantería y le confirió el grado de brigadier.[12]​ Para ejecutar el movimiento de tropas se utilizó la goleta «Ascensión» y el bergantín «Italia», este último que adquirió el gobierno guatemalteco y llamó «Santiago» en honor al santo patrono de Guatemala.[13]​ Frederic Rosengarten Jr. denominó a Zavala como el «más astuto» de los caudillos que asistieron a esa campaña.[14]

Durante el conflicto entró en discordia con el comandante general de los aliados, el salvadoreño Ramón Belloso.[15]​ El 12 de octubre de 1856, durante el sitio de Granada, Zavala realizó un acto de valentía al atravesar la plaza de la ciudad hacia la casa donde se resguardaban los filibusteros bajo fuego intenso, logrando arrancar la bandera del enemigo.[16]​ Asimismo, recibió bajo su autoridad la ciudad de Rivas el 1 de mayo de 1857, una vez que William Walker se rindió.[11]​ Terminada la contienda retornó a su país y seis años más tarde tomó parte en una expedición contra El Salvador. Fue conocido como el «D'Artagnan de Guatemala».[16]

El coronel Natzmer quedó herido y fue llevado a Granada. Al día siguiente, los filibusteros al mando de Walker entraron en Masaya y los aliados se defendieron; el 17 se inició el incendio de algunas casas y los filibusteros avanzaron hasta la plaza principal. El 18 el incendio era mucho más grande y Walter arreció su ataque, pero el 19 los filibusteros desistieron de su intento y se retiraron.[22]

“Veis, las balas filibusteras no matan”.

A su retorno de la Campaña contra los Filibusteros se le otorgó la medalla conmemorativa y el grado de Coronel del Ejército donde continúo brindando sus servicios al mando del Capitán General Rafael Carrera, con quien alcanzó el grado de Mariscal de Campo.[3]

En los últimos años del gobierno del general Carrera, el Mariscal Zavala, era miembro de una de las más distinguidas familias de la capital y estaba casado con una dama de la aristocracia. Dueño de una regular inteligencia, pulcro en el vestido, gracioso en el decir, afable con todos, pasaba en sociedad por un caballero perfecto.[26]​ Poseía un carácter jovial y alegre. Le gustaban los chascarrillos y las bromas. Los honores y los altos puestos no le envanecieron y era por entonces el hombre más popular de la República.[26]

Zavala no era un hombre político y como servía á la Administración como militar, era un modelo entre los hombres leales. Tenía muchos lazos de unión con la aristocracia, pero no era conservador y por sus estudios no podía ser liberal. Su mayor defecto era la falta de seriedad y el dejarse llevar por sus locas pasiones, lo que resultaba en sucesos en que lucía su valor y su temeridad.[27]

Después del fallecimiento del presidente vitalicio Rafael Carrera el 14 de abril de 1865, hubo un período de acomodo político en Guatemala en el que se pensó que el mariscal Zavala sería el nuevo presidente. Finalmente, se llamó a elecciones en enero de 1869. Los conservadores postularon al ipalteco Vicente Cerna, que había continuado como Presidente interino; mientras los liberales postularon a Zavala. Bajo fuertes denuncias de fraude ganó Cerna.

He aquí como relata la elección el escritor y propagandista liberal Ramón A. Salazar:

Zavala, era uno de estos seres privilegiados. Usaba un uniforme muy correcto y elegante, de General. Sus facciones eran simpáticas y se prestaban al dibujo. Recuerdo que cuando nosotros en el colegio traveseábamos con el crayón tratando de sacar de memoria el retrato de Cerna, siempre obteníamos una caricatura, en tanto que el de Zavala nos salía perfectamente.[26]

El 17 de enero de 1869 las galerías de la Asamblea, los corredores del edificio en que esta se hallaba y las calles adyacentes estaban llenas de gente.

El Gobierno había puesto sobre las armas tres mil hombres. En las calles cercanas al edificio de la Representación Nacional se halla- ban estacionados algunos batallones, que mudos y sombríos descansaban sobre sus armas. La gendarmería, formada en fila en el interior del edificio al mando de su Jefe el sicario Jerez, un nicaragüense rechoncho, de cara avinagrada á quien no había más que azuzar, para que se echara contra los liberales.

Y comenzó el escrutinio por medio de papeletas cerradas. Todos estábamos callados y ansiosos. En las tribunas de los Diputados se oían cuchicheos y susurros. Los Jefes de ambos bandos iban de un lado a otro apretando la mano á auno, confortando al de más allá, y a medida que la votación avanzaba crecía la ansiedad. De las manos de algunos diputados pudientes se veían deslizarse unos papelitos que a nosotros nos parecieron cheques.

A las pocas semanas se alzó el Mariscal Serapio Cruz, con lo que se inició la revolución en Guatemala, que culminó con la victoria de las fuerzas liberales al mando de Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios en 1871.[10]​ En el nuevo gobierno, ocupó el cargo de viceministro de guerra.

Durante la Campaña por la Unión Centroamericana en 1885 fue Jefe del Estado Mayor Personal del General Barrios, sirviendo con avanzada edad y destacándose por su experiencia y educación.

Luego de la muerte de Barrios en Chalchuapa, el Mariscal Zavala se retiró de la vida pública, falleciendo el 26 de marzo de 1886. Sus restos descansan en el Cementerio General de la Ciudad de Guatemala en donde se erigió un monumento en su honor.[2]



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