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Josep Bofill



¿Dónde nació Josep Bofill?

Josep Bofill nació en Barcelona.


Josep Bofill Moliné (Barcelona, 1942) es un escultor y pintor catalán, hijo del también escultor y pintor barcelonés Josep Bofill Herrero y nieto de Antoni Moliné Sibil, pesebristas de renombre internacional y creadores de la Escuela Catalana de Belenismo.

Josep Bofill nació el 29 de agosto de 1942 en Barcelona.

En 1960 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, ​​la Lonja.

Al terminar los estudios realiza diferentes trabajos como diseñador obteniendo notables reconocimientos nacionales e internacionales y en 1983 presenta por primera vez su obra escultórica en la galería Tom Maddock de Barcelona.

En 1994 comienza a exponer también su obra pictórica.

Ha expuesto en museos como Museo de la Corte de Oro de Francia entre otros y realizado monumentos como Una Puerta a la Salud en el Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona además de realizar encargos como el Premio Miquel Martí i Pol de poesía musicada organizada por el Celler Vall-Llach.

A lo largo de su trayectoria obtiene diferentes galardones como el premio internacional de arte contemporáneo de Montecarlo y el de Josep Llimona de escultura otorgado por el Círculo Artístico de San Lucas, así como el premio de la revista Arte y Joya.

Ha colaborado en films como In the secret of emotion dirigido por Jean Pierre Gibrat y producido por Tramos Europe film y Atlas de geografía humana de Azucena Rodríguez.

Ha realizado también para la compañía de danza de Guillermina Coll, la escenografía para el espectáculo Sonidos + Imágenes = Volúmenes.

Recientemente en 2020 ha realizado dos instalaciones en el bosque de Vallromanes. Batas blancas en homenaje a los sanitarios y la segunda representando la Covid-19.

La obra de Bofill es escenográfica y se caracteriza por su constante investigación con las nuevas formas y tecnologías, creando un lenguaje muy personal, donde la belleza estética con un profundo contenido filosófico sobre la condición humana adquieren una vital importancia.

Los personajes representados en sus obras han sufrido cambios importantes en el transcurso del tiempo desapareciendo toda identidad cultural que se podía apreciar en las primeras obras. El ser humano cada vez más robotizado se va desintegrando dejando sólo una pequeña referencia mediante unos perfiles carentes de toda masa corpórea.

1981-1983: Predomina el carácter evocativo de las piezas reseñadas junto con el concepto de espacio, el del tiempo, ligado a circunstancias y personas vinculadas a la intimidad del mismo artista.

1982-1985: Bofill se plantea agitar la figura humana como estudio de los ritmos y de la dinámica de actitudes y gestos propios de la danza, y procura la significación representativa y la trascendencia simbólica que le son habituales.

1985-1988: La noción del tiempo pasa a ocupar un lugar preeminente y frontal ya que su protagonismo es abordado abiertamente. Se trata de una noción existencialista que Bofill enlaza con raíces propias anteriores mes románticos y costumbristas.

1987-1989, Estilizaciones: En esta etapa se integran una serie de figuras que se subdividen en dos grupos: los "Alados" y los "hombres-maletín", que representan la aparición de una plástica de carácter intensamente lúdico. Este carácter no figura solamente en la especial significación entre la caricatura moral y la metáfora festiva, sino en la propia adaptación matérica y formal de su índole significativa, mediante una factura irónica.

1989-1990: Se ve reflejada en las obras de esta época la culminación de un estado en relación con el drama existencial vivido por el hombre de aquellos tiempos. Existe la sátira o la crítica social más o menos humorística y por otro lado el miedo escénico derivada de la impotencia del hombre ante los enigmas que su destino plantea. Se encuentran también obras que responden a la sensibilidad que tiene Bofill por los problemas ecológicos.

1990-2008, Composiciones Mixtas y Concentraciones: El escultor busca la confluencia de dos estilos que dan sentido a la obra. Esta etapa persigue la cohesión del cuerpo humano con la forma abstracta. Por otro lado presenta grupos y multitudes perdidas en espacios inciertos, donde los personajes se encuentran situados de forma aleatoria, reflejando así la soledad y la individualidad de las concentraciones sociales contemporáneas.

2008-2017, Atmósferas : El ser humano pasa a encontrarse dentro de un espacio. Las esculturas que le rodean juegan con la luz remarcando un sentido enigmático. Toman importancia los materiales translúcidos empleados junto con la luz y sus efectos sobre y con el individuo.

2017-2018, Entrelazados : Etapa que representa un cambio en el concepto de la figuración dejando de ser una masa sólida y utilizando el alambre para dar forma y volumen a un espacio, creando imágenes etéreas y sutiles.

2018-2020, Líneas y Perfiles: El alejamiento de la masa corpórea llega a ser tal que la figura humana es representada en líneas, en forma de perfiles o insinuaciones, que dan la posibilidad de construir estructuras figurativas indefinidas. La ocultación de la definición da la posibilidad a la búsqueda imaginativa. La carencia de masa corpórea mujer los medios para interrelacionarse entre ellas, sin provocar interrupciones visuales y facilitando nuevas transformaciones.

A lo largo de su trayectoria ha obtenido diversos galardones como el Premio Internacional de Arte Contemporáneo de Montecarlo, el Premio Josep Llimona de escultura otorgado por el Círculo Artístico de San Lucas y el premio de la revista 'Arte y Joya'.



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