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Juan José Zorrilla Camps



Juan José Zorrilla Camps (Rivera,[1]​ 1 de noviembre de 1920 - Montevideo, 5 de enero de 2012) fue un militar naval, embajador y político uruguayo.

Nació en Rivera, Uruguay. Fue Comandante en Jefe de la Armada uruguaya desde 1972 hasta febrero de 1973. Bajo su comando la Armada fue decisiva en la lucha contra la guerrilla, quedando ésta derrotada en 1972. En enero de 1973 la inteligencia naval advirtió las reuniones clandestinas de cuatro generales, sin mando de tropa, encaminadas a convencer al ejército a un amotinamiento, por el próximo anuncio de fin de estado de guerra (que dejarían los efectivos de cobrar el doble sueldo por estado de guerra. Avisado el Presidente Bordaberry que en ese momento estaban reunidos los cuatro generales citados, con el ideólogo Cnel. Trabal, la manzana fue rodeada por Inteligencia Naval para detenerlos por sediciosos, el Presidente se negó a dar la orden, sin explicaciones. En ese momento, la mayoría de los tenientes coroneles con mando de tropa eran leales a su juramento de fidelidad a la Constitución, y hubiera abortado el golpe militar totalitario. Cuando el 9 de febrero de 1973 los comandantes del ejército y la fuerza aérea se sublevaron, la Marina cerró la ciudad vieja de Montevideo, y ofreció al Presidente la sede de la Armada como protección contra los sediciosos sublevados. El Presidente Bordaberry se negó, sin dar razones para ello. En una operación de engaño de guerra sicológica, en la que había sido entrenado el coronel Trabal por el Comando Sur, el coronel Trabal neutralizó a los principales partidos políticos uruguayos: El Frente Amplio no hizo quorum para condenar el golpe, los habían convocado como "masas populares" que se apoyaban a los militares recibirían prebendas. Mensaje que el General Baliñas pasó al General Seregni, y éste pasó al Frente. El Partido Comunista uruguayo apoyó a los insurgentes, que creían peruanistas. En esos días el general Seregni tomó el comando de los grupos de autodefensa del Frente Amplio, que eran grupos armados pertenecientes al Partido Comunista Uruguayo. El Partido Nacional no se pronunció, debido a que se había prometido a los generales de su grupo que el golpe sería para sacar un presidente muy malo y que Wilson fuera electo por el pueblo. El Partido Colorado se quedó quieto y en sus casas, salvo el senador Vasconcellos y el vicepresidente Sapelli, por causas de promesas que nunca se aclararon a varias figuras. Solamente la Armada se desplegó en defensa de las instituciones, desplegando la flota, militarizando la ciudad vieja y las bases navales. La base de los Fusileros Navales, la infantería de marina de la Armada Uruguaya, fue rodeada en el Cerro por unidades del ejército. Los fusileros se oscurecieron la cara y con uniformes de camuflaje, a la voz de mando avanzaron hacia los militares, que retrocedieron y se retiraron. En otra base, el comandante dormía la siesta cuando fue despertado por un novel oficial, pistola en mano, para decirle iba a tomar el comando en nombre del ejército. El jefe le quitó el arma, lo noqueó de un puñetazo y llamó a la guardia para enviarlo preso. Entre tanto, Zorrilla estaba atrapado entre los cuernos de un dilema: 1) con la información que tenía la inteligencia naval, los demócratas eran más que los golpistas en las unidades del ejército, si grupos de fuerzas especiales con oficiales navales se desplegaban, como ya habían hecho para detener tupamaros, todos los golpistas estarían detenidos en pocas horas por fuerzas especiales de la Armada. 2) Como constitucionalista, juró obediencia al presidente de la República, y no podía actuar sin órdenes, que solicitó pero nunca llegaron. En esos momentos decisivos, un grupo de oficiales, los 40 traidores en la historia de la Armada, tomó la radio del tenderedes Huracán para dar un mensaje de apoyo al ejército. Esto era diferente, era su propia tropa y no necesitaba órdenes. Llamó al Jefe de la Flota y le ordenó. "Húndalo". El jefe quedó de una pieza. "Pará, Indio (el nombre de guerra de Zorrilla)""Vamos a intimarlos a rendirse, a pensarlo un poco entre todos, son marinos." -Ya di un orden, si no cumplen una orden del comandante, no tengo nada que hacer aquí. Dejó un prolijo registro escrito de todas las irregularidades de esos dias, para cuando la democracia volviera, y se fue a la casa. En unos días, una bomba explotó en la puerta de su casa. Un aviso, que se fuera del país. La Inteligencia Naval hizo llegar un mensaje a Inteligencia Militar del cnel Trabal; ¡Ojo! Si le pasaba algo a Zorrilla, cuatro generales y Trabal morían. Lo dejaron tranquilo. Luego de restablecida la democracia en 1985, fue senador por el Partido Colorado hasta 1987. Cuando murió el senador Paz Aguirre en 1987, Sanguinetti le pidió el puesto, un hombre de honor era un estorbo para los enjuagues y negociados de ese gobierno. Como no renunciaba, lo nombraron embajador ante la Santa Sede.<ref>Allí fue decano del cuerpo diplomático y amigo personal del Papa Juan Pablo II, que en 1988 visitó Uruguay. Nunca recibió el homenaje de los gobiernos democráticos que siguieron, solamente la Intendencia de Rivera lo nombró Ciudadano Ilustre de Rivera. Casado con Amelia Bianchi, tuvo 4 hijos: Juan José, Artigas, José Luis y Amelia, y varios nietos.



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