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Kortrijk



Cortrique[1]​ o Courtrai[2][3][4]​ (oficialmente y en neerlandés Kortrijk [ˈkɔrtrɛi̯k], en francés Courtrai [kuʁtʁɛ] y Cortoriacum en latín) es una ciudad y comuna flamenca de Bélgica situada en Flandes, en la provincia de Flandes Occidental. Se encuentra cerca de la frontera con Francia. La ciudad de Cortrique absorbe en su área metropolitana a ciudades como Wevelgem, Kuurne y Harelbeke.

Sin las cercanas poblaciones de Wevelgem, Kuurne y Harelbeke, la ciudad tiene una población cercana a los 75.000 habitantes. Cortrique está situada a orillas del río Lys, 42 km al sudoeste de Gante y ocupa un espacio de 80,03 km².

Actualmente es una ciudad flamenca con edificios históricos, una intensa vida cultural y una situación privilegiada, entre Brujas, Gante y Lille y a media hora de ambas en tren. El municipio de Cortrique abarca los pueblos de Aalbeke, Bellegem, Bissegem, Heule, Kooigem, Marke y Rollegem.

El idioma oficial en Cortrique es el neerlandés, pero la cultura políglota de sus habitantes ofrece la posibilidad de hablar en francés, inglés y alemán.

Es una ciudad universitaria, centro turístico e industrial de Flandes Occidental. El alcalde de la ciudad es Vincent Van Quickenborne (Partido Liberal, Open VLD).

Junto a la ciudad francesa de Lille y a la valona Tournai forma la Eurometrópolis Lille-Tournai-Kortrijk.

Los primeros indicios de asentamiento humano se remontan al 100 a. C. Cortrique ocupó un puesto importante en el Ducado de Flandes. La ciudad fue residencia de los Condes de Flandes.

La Batalla de Courtrai o de Cortrique, o la Batalla de las Espuelas de Oro, se libró alrededor de sus muros el 11 de julio de 1302. Desde su llegada al trono de Francia en 1285, Felipe IV el Hermoso sólo tuvo una ambición: aumentar las posesiones de la Corona. Entre sus objetivos estaba Flandes, rico y próspero país gracias a su industria textil. El conde de Flandes, Guido de Dampierre, se apresuró a desafiar al rey de Francia con la firma, en 1297, de un tratado de alianza con Eduardo I de Inglaterra. La réplica no se hizo esperar y las tropas francesas, al mando de Carlos de Valois, hermano del rey, invadieron Cortrique. Finalizada la tregua, en 1300, Carlos de Valois se apoderó de todo Flandes. Guido de Dampierre, que había ido a París a implorar el perdón del rey, fue encarcelado. Flandes pasó entonces a formar parte del reino de Francia, pero los flamencos no aceptaron de buen grado esta dependencia. En la noche del 18 de mayo de 1302, los habitantes de Brujas degollaron a los franceses y a sus secuaces en lo que se denominó los maitines de Brujas, con más de doscientos muertos. La mañana del 11 de julio de 1302, Roberto de Artois reagrupó sus batallones en tres grandes cuerpos. Los flamencos formaron un arco de circunferencia detrás del río. Para los franceses la derrota fue total. Los flamencos recogieron los estandartes y las espuelas de los caballeros franceses muertos.

La ciudad fue reconstruida tras el incendio casi total de 1382. Más tarde fue tomada por los belgas.

La mayor parte del siglo XV, la ciudad prosperó bajo el gobierno de los duques de Borgoña, hasta que acaeció la muerte de la heredera borgoñona, María de Borgoña, en 1482, que llevó a la lucha con Francia. El siglo XVI estuvo marcado por las confrontaciones engendradas por la reforma religiosa y la sublevación de los protestantes contra Carlos I de España y sus tercios españoles. Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715) Cortrique fue ocupada en cinco ocasiones a lo largo de una guerra de sesenta años y sus fortificaciones anteriores destruidas. En el Tratado de Utrecht 1713 se asignó finalmente el área entera a los habsburgos austríacos, tras el fin del linaje de los habsburgos españoles.

Entre 1794 y 1815 tiene lugar la ocupación francesa, pero también la expansión de las ideas revolucionarias, que traen consigo una serie de reformas políticas y urbanísticas que promueven la industrialización de la ciudad. Tras la derrota de Napoleón, los Países Bajos del sur ya no vuelven a los Habsburgo, sino que se produce una reunificación de los Países Bajos bajo Guillermo I, la ciudad prospera económicamente, aunque las tensiones, principalmente religiosas, provocan la escisión en 1830 del reino de Bélgica.

Durante las dos guerras mundiales, la ciudad sufre bastantes daños.

Todos los datos históricos son relativos al actual municipio. El siguiente gráfico refleja su evolución demográfica, incluyendo municipios después de efectuada la fusión el 1 de enero de 1977.

Tren

También hay paradas de trenes tanto nacionales como internacionales. Cortrique tiene conexiones directas por tren con Amberes, Brujas, Bruselas, Lille, Oudenaarde, Malinas, Ostende, Ypres y Gante, existiendo varios tipos de servicios:

Carretera El acceso en automóvil se hace realmente fácil, ya que a ella llegan las autopistas E17, E403 y A19. Las autopistas tienen varias entradas a Cortrique que conectan con la circunvalación de la ciudad (R8).

Avión

Autobús En Cortrique, los autobuses son operados por la compañía De Lijn que interconecta lugares de interés sin atender a límites municipales. Cortrique está conectada con gran número de poblaciones en diversos municipios.

Estas líneas atraviesan Cortrique y son usadas para el transporte dentro de la ciudad, aunque Cortrique tiene aparte 16 líneas urbanas de autobús.

Como en toda Bélgica, los billetes comprados directamente en el autobús tienen un recargo de casi un 70%, por lo que es habitual adquirir antes en tiendas tarjetas de 8 euros de las que se va descontando el importe del viaje. Para las líneas urbanas existe una tarjeta de 8 euros (10 viajes).

Bicicleta Como en el resto de los Países Bajos y Flandes, la bicicleta es el medio de transporte preferido por gran parte de la población. Muchas calles de Cortrique tienen carriles-bici, y en las que no hay un carril aparte, suele haber una franja diferenciada en la que las bicicletas tienen prioridad, de forma que si una bicicleta circula por ella, los automóviles deben dejar esa franja libre.

La industria textil aún sigue vigente en Cortrique. Hoy, esta ciudad no solo produce textiles.

Cortrique ofrece, aparte de su interés arquitectónico, museos, muchas tiendas, restaurantes y una vida nocturna emocionante con numerosos conciertos.

La ciudad puede ser descubierta en barco, en bici o bien a pie, ya que sus no muy extensas dimensiones lo hacen posible de forma agradable si uno resiste el frío con buen humor.

Cortrique conserva un casco histórico antiguo muy bien preservado, donde podemos encontrar muchas cosas interesantes. Desde castillos - Castillo 't Hoge y ruinas del Castillo de los Condes- hasta iglesias góticas, pasando el Belfort (torre campanario) o por numerosas plazas y parques. Asimismo podemos encontrar museos en toda la ciudad, entre los que destaca el Broelmuseo y Kortrijk 1302.

Cortrique es una ciudad importante en relación a la educación. A continuación se detallan los estudios disponibles, señalándose con un asterisco aquellos que gozan de especial renombre:

Estas son algunas de las personas más famosas en la historia de la ciudad:



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