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La hoguera de las vanidades (novela)



La hoguera de las vanidades (en inglés, The Bonfire of the Vanities) es una novela escrita por el estadounidense Tom Wolfe en 1987, en la cual se presenta un cuadro de sátira sobre las costumbres de la sociedad de Nueva York en la década de 1980, caracterizando el universo de los adinerados ejecutivos de finanzas y sus interacciones con el resto de la sociedad.

El título se inspira en la Hoguera de las vanidades, evento histórico ocurrido en Florencia, Italia, a fines del siglo XV. Con ello Wolfe trataba de explicar hasta qué punto el dinero y la fama resultan inútiles para salvar a un individuo cuando se reúnen en su contra situaciones y circunstancias desfavorables, para lo cual emplea como "fondo histórico" la sociedad neoyorquina de los años 80, mostrando un cuadro de hipocresía y juego de apariencias en el cual las convenciones sociales cambian de acuerdo a las conveniencias del momento.

Esta fue la primera novela de Tom Wolfe, autor dedicado hasta entonces al periodismo y al ensayo. Debido al éxito de público, la novela fue luego adaptada al cine con título homónimo en 1990, dirigida por Brian De Palma y protagonizada por Bruce Willis, Tom Hanks y Melanie Griffith.

Un muy adinerado corredor de la bolsa de valores de Nueva York, Sherman McCoy, lleva un lujoso estilo de vida al punto de considerarse a sí mismo "dueño del Universo" en sus palabras. Tiene una hija, Campbell, y una esposa, Judy, pero tiene como amante a una mujer casada, Maria Ruskin. Una noche, Sherman acude en su automóvil al aeropuerto John F. Kennedy a recoger a Maria, pero en el camino de regreso entran por accidente al barrio de El Bronx. En una calle McCoy halla el camino bloqueado por llantas y latas, baja del auto para despejar la vía, pero se le acercan dos jóvenes de raza negra. Tomando a los dos muchachos por ladrones, McCoy corre de vuelta al auto mientras Maria toma el volante y acelera para recoger a McCoy, pero en la confusión embiste a uno de los jóvenes, Henry Lamb.

Al día siguiente la noticia del atropello de Lamb llega a oídos de Peter Fallow, un alcohólico periodista del tabloide City Light, quien ve una oportunidad para resucitar su decadente carrera, exigiendo justicia para un pobre adolescente negro atropellado por un adinerado conductor de raza blanca. Fallow es puesto en contacto con el reverendo Reginald Bacon, un clérigo de raza negra de El Bronx que aprovecha la ocasión para publicitarse e impulsar un proyecto de viviendas con el cual Bacon espera ganar mucho dinero. Fallow, en connivencia con Bacon, escribe una serie de artículos exigiendo la condena del autor del atropello con el lema de que la justicia debe ser igual para todos (blancos adinerados y negros pobres) e impulsa protestas callejeras y amplia cobertura de prensa.

Una vez que la policía sospecha de McCoy al negarse éste con torpeza a colaborar con los agentes en una comprobación rutinaria para localizar el Mercedes negro causante del accidente, y ser identificado por el joven de color que acompañaba a Henry Lamb en el momento del atropello (detenido por traficar con crack), el caso de McCoy se encarga al fiscal de distrito Abe Weiss, obsesionado por ascender en su carrera judicial (para lo cual precisa el apoyo de la comunidad afroamericana e hispana) quien también aprovecha la ocasión para presionar por el arresto de McCoy. Para ello cuenta con su asistente, el joven y ambicioso abogado Larry Kramer. Kramer busca pruebas contra McCoy para impresionar a su jefe y a una atractiva testigo de un juicio previo llamada Shelly Thomas, pero Kramer descubre que las únicas pruebas son las respuestas evasivas que dio éste en su interrogatorio policial y el testimonio del joven de color detenido, lo cual no basta para sostener una acusación. Pero gracias al impacto causado por los artículos de Peter Fallow, Kramer logra que se ordene el arresto de McCoy y solicita una fianza de 250.000 dólares, muy superior a los 10.000 $ acordados.

McCoy consigue pagar la fianza, pero su arresto y la mala fama creada por los artículos de Fallow y las ruedas de prensa de Bacon causan su ruina: Judy lo abandona llevándose a la pequeña Campbell, pierde su empleo, y sus millonarios amigos huyen de él.

Fallow se entera de que fue Maria Ruskin quien embistió a Henry Lamb, usando el auto de McCoy, pero que ha huido al extranjero, con lo cual se desplomaría la campaña de prensa de Fallow y el Reverendo Bacon. Tratando de localizar a Maria, Fallow se entrevista con el millonario Arthur Ruskin, esposo de Maria, en un lujoso restaurante francés, con la excusa de un reportaje sobre sus actividades empresariales. No obstante, al contar su vida a Fallow, Arthur sufre un ataque y muere (lo cual enoja al maître del local por la "mala publicidad"). Maria vuelve a los EE. UU. para el funeral de Arthur y allí McCoy le pide participar en el caso al ser "la única testigo" de los hechos.

Enterado del vínculo entre McCoy y Maria Ruskin, Kramer exige a Maria acusar a McCoy a cambio de verse librada del juicio, o de lo contrario será acusada de cómplice del atropello. Maria acepta acusar a McCoy en la siguiente audiencia. No obstante Maria le explica después a McCoy la "oferta" de Kramer, sin saber que está siendo grabada en una cinta magnetofónica. Tommy Killian, el abogado de McCoy, accede a la cinta y la presenta al tribunal alegando que Maria contradice su testimonio ante el jurado: el juez declara entonces como inválido el testimonio de Maria y cierra el caso al no poder probar la culpabilidad de McCoy.

Posteriormente, mediante un artículo de The New York Times se informa que Peter Fallow ganó un Premio Pulitzer y se casó con la hija de Gerald Steiner, el dueño del tabloide City Light. Maria Ruskin evitó ser acusada del atropello y se casó de nuevo. El nuevo juicio de McCoy se paralizó pues el jurado no se pone de acuerdo: los blancos lo absuelven y los negros lo condenan. Kramer es expulsado del caso tras descubrirse que usó el apartamento de McCoy para tener encuentros sexuales con Shelly Thomas. Para colmo, McCoy no puede disponer de su dinero pues éste fue embargado en un juicio que la familia de Henry Lamb entabla pidiendo una indemnización de 12 millones de dólares, mientras aún espera que se reinicie su juicio por atropello.

Como ironía, el abogado Tommy Killian revela que Henry Lamb, la víctima, ha sido olvidado por todos y muere a causa de sus heridas.



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