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La monja (película de 2005)



La monja es una película de terror española, del año 2005, dirigida por Luis de la Madrid

Eve (Anita Briem) presencia el asesinato de su madre María (Lola Marceli) a manos de una monja (Cristina Piaget). Al no encontrar ninguna huella la policía no la cree, por ello Eve empieza a investigar por su cuenta con la ayuda de dos amigos: Julia (Belén Blanco), Joel (Alistair Freeland) y un joven cura llamado Gabriel (Manu Fullola). La joven da con un grupo de antiguas compañeras de su madre que estuvieron en un internado de monjas en Barcelona veinte años atrás: Eulalia (Oriana Bonet), Zoe (Paulina Gálvez), Susana (Natalia Dicenta) y Cristina (Teté Delgado). Según parece en aquella época había una monja muy estricta que hacía la vida imposible a sus alumnas. Todas ellas van apareciendo asesinadas una a una.

La historia comienza con seis jóvenes que hablan cuando Zoe, que vigilaba la puerta, les dice que la monja Úrsula está viniendo, así que todas se sientan rápidamente. Al llegar, la profesora les habla de la misión de alejarlas del pecado. Mientras tanto, María está leyendo un pequeño escrito, la monja la descubre y, al ver que es una carta de amor, la obliga a tragársela. Al negarse, la monja la arrastra hacia la pared por el cuello diciéndole que sólo el dolor puede lavar los pecados. María despierta de esta horrible pesadilla.

Nos trasladamos a la graduación de Eve, la hija de María, que está festejando con sus dos amigos, Julia y Joel, y con su novio del colegio, Hartley. Este la lleva a las duchas del colegio para jugar a "el juego del lago", que consiste en mojar a Eve, sin embargo Joel lo graba.

María no puede dormir así que empieza a revisar unos documentos de viaje. La mujer empieza a sentir extraños ruidos en la cocina y decide ir, pensando que es su hija. Se extraña al ver que hay agua en la pica y saca el tapón. Se abren las ventanas de golpe; María está cada vez más asustada y coge un cuchillo, la pica se llena de agua otra vez y de él sale una monja que se abalanza sobre ella. Eve llega a casa y escucha los gritos de la cocina. Al entrar, ve cómo una monja de agua degüella a su madre y luego sale por la ventana; la chica queda en estado de shock.

Los policías hablan con Eve y ella sólo les dice que vio a una monja. Los policías no encuentran huellas dactilares ni rastro alguno, por lo que deducen que María se había suicidado. Julia acompaña en todo momento a su amiga hasta que en su funeral, Cristina, una de las amigas de su madre, le dice que otra amiga, Juana, ha muerto abrasada e invita a Eve a su hotel porque necesita contarle algo muy importante antes de irse de viaje con las otras amigas del internado.

Después de pensarlo mucho, Eve se dirige al hotel. Cristina ve cómo una monja se refleja en el espejo de su baño, así que escapa de la habitación para intentar bajar por ayuda. La monja sigue persiguiéndola, la mujer intenta pedir ayuda a los vecinos pero no hay respuesta, así que se refugia en el ascensor. Eve llega al hotel y el ascensor de Cristina se para a medio camino, la mujer intenta escalar para salir pero el ascensor cae antes de tiempo cercenándole los brazos. Cuando el ascensor llega abajo, Eve ve a una monja salir del hotel. Entonces, la chica junto con la recepcionista y otras personas descubren el cadáver de Cristina.

Julia y Joel tenían planeado irse a España y deciden invitar a Eve para que se relaje, pero ella aprovecha para localizar a Eulalia, otra compañera de internado de su madre. Es ahí cuando conoce a Gabriel, un joven seminarista que la ayuda con las traducciones de los viejos registros del internado y a obtener la dirección de Eulalia. Acuerdan encontrarse en una fiesta y al llegar, Gabriel le entrega los documentos. Sin pensarlo más, Eve se dirige a casa de Eulalia para intentar advertirle de lo que está pasando. Eulalia iba a darse un baño, pero extrañamente los grifos se abren solos; luego su perro, Bambi, se comporta de manera extraña. Al volver al baño los grifos están nuevamente abiertos. Eulalia comienza a asustarse, los cierra y se cae. De la bañera sale una monja. Eve llega a la casa de Eulalia y la encuentra crucificada. Después escucha un mensaje en el contestador de Zoe diciendo que habían quedado todas para encontrarse en el internado.

La chica arrastra a sus tres amigos hacia el lugar y al llegar se encuentran con Zoe y Susana, las únicas amigas restantes. Eve les cuenta que la monja Úrsula está asesinando a sus amigas pero estas arguyen que es imposible porque la monja está muerta. Hace años, las cinco chicas estaban robando comida de la cocina y, por casualidad, vieron cómo la monja intentaba purificar a María usando el teléfono de la ducha en sus partes íntimas. En el intento de las cinco por salvarla terminan matando a la profesora. Atemorizadas, hacen un pacto de silencio y se deshacen del cadáver en un estanque con agua bendita.

Zoe y Susana argumentan que por culpa del balneario que van a construir en el internado, han vaciado el estanque, liberando así el espíritu de la monja. Mientras tanto, Gabriel descubre unos cuadros y, al analizarlos, descubren que Santa María murió degollada, Santa Juana quemada en la hoguera, a Santa Cristina le cortaron los brazos, Santa Eulalia crucificada y se da cuenta de que las mujeres van muriendo como el nombre de sus santas patronas. Zoe ve cómo ella morirá quemada en un horno y cómo Santa Úrsula moría con una flecha en el corazón; Susana ve que en su cuadro sale una mujer decapitada y comienza a culpar a Eve de todo lo que pasa, encerrándose en una habitación. Las puertas se cierran solas y las gotas de lluvia empiezan a formar la silueta de la monja. Al final esta arrastra a Susana contra una ventana cuyo cristal le cae sobre la cabeza, decapitándola. Eve ve a la monja elevándose y con el arpón que ha construido Zoe, dispara a la monja, sin efecto. Nadie salvo Eve ha visto a la monja, por lo que Zoe explica a Eve que su madre estaba embarazada de ella, por eso la monja estaba intentando purificarla (practicarle un aborto), y esa debe ser la causa de que ella pueda ver a la monja. Gabriel sugiere que la monja murió en agua, y que se podría matar en agua otra vez. Zoe y los cuatro chicos se dirigen a un cuarto de baño para inundarlo, pero al no haber agua, Gabriel y Joel suben a los depósitos, pero de una cañería sale agua con demasiada fuerza, empujando a Gabriel contra un hierro puntiagudo y matándolo.

Eve y Zoe deciden ir a buscar unos paños para tapar los desagües pero Zoe se vuelve para recuperar su arpón y ve a una monja caminando por un vidrio y desaparecer al llegar a la puerta. La mujer sigue al fantasma cuando, de pronto, comienza a manar agua de una cañería rota, empujándola. De las gotas de agua sale la monja y abre el horno a donde empuja a Zoe.

Mientras, Julia y Eve se dan cuenta de que el agua ha subido mucho y que si toca las luces se electrocutarán. Julia va a apagar los fusibles y vuelve con su amiga, pero esta le dice que debe irse porque la monja Úrsula sólo la busca a ella. Julia se marcha y se encuentra con Joel. Este le comenta que tiene una explicación para todo: Eve estuvo con María, Cristina, Eulalia y Susana. Por otro lado, Eve sabía del asesinato de la monja, por eso su madre intentó suicidarse pero lo olvidó y algo la hizo recordar; fue el "juego del lago". Eve siempre estuvo presente en los asesinatos y solo ella pudo haberlos cometido. Joel dice que la monja pudo haber poseído a la chica. Mientras tanto parece que Eve está luchando con la monja cuando consigue dispararle el arpón al pecho y acabar con ella. Joel le dice a su novia que Eve y la monja son la misma persona. Entonces Julia va por su amiga y ve a Eve con el arpón atravesado en el pecho.



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