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Lanzamiento de jabalina



El lanzamiento de jabalina es una prueba de atletismo en la que, como su nombre indica, se lanza una jabalina, hecha con material reglamentario de metal o fibra de vidrio, con el objetivo de que llegue lo más lejos posible.

El lanzamiento de jabalina forma parte del programa de atletismo de los Juegos Olímpicos de la era moderna desde 1908.

Teniendo en cuenta que el lanzamiento de artefactos de diferentes formas y tamaños para cazar animales a distancia para conseguir sustento se remonta a muchos miles de años atrás, y el hombre desde antiguo siempre ha tenido una tendencia a medirse con los demás hombres para demostrar quién es el mejor, se puede suponer que la exhibición de este tipo de habilidades, lanzar más lejos o con más puntería, podría tener un origen mucho más lejano de lo que nos muestra la historia escrita. El lanzamiento de jabalina como deporte de competición reglado ya se realizaba en la antigua Grecia, incluida dentro de la prueba de pentatlón, en los Juegos Olímpicos de la antigüedad y en los Juegos Panhelénicos. El pentatlón era la competición por excelencia de los Juegos Olímpicos; se incorporó en el año 708 a. C. y consistía en las cinco pruebas siguientes:

La técnica para lanzar la jabalina se supone que era diferente a la actual, puesto que se permitía utilizar tiras de cuero como propulsores, llamadas amentum en latín, y que, acabadas en dos orificios por los que se introducían dos dedos para enrollarlas en la jabalina, prolongaban la longitud del brazo y al mismo tiempo imprimían a la jabalina un giro que la estabilizaba en el aire.[1]

Se lanza desde un pasillo de un largo de 30 metros, acabado en un arco de 38 metros de radio. El sector de caída estará marcado con dos líneas blancas de 45 cm de anchura, de tal modo que si los bordes internos de las líneas se prolongasen deberían pasar por las cuatro intersecciones de los bordes interiores del arco y las líneas paralelas que delimitan el pasillo de impulso y que se cruzan en el punto central del círculo del cual el arco forma parte. El sector tendrá así 29º aproximadamente.

Para realizar cada intento, el atleta tiene un minuto. Normalmente, cada atleta realiza tres intentos, y los ocho atletas con mejor marca válida, o todos si son ocho o menos, realizan otros tres intentos en orden inverso a su mejor marca.

La jabalina se debe agarrar por la encordadura (al menos la mano del atleta debe tocarla), y lanzarse por encima del hombro o del brazo de lanzar; no se permite lanzarla en rotación ni puede el atleta dar la espalda al sector de caída antes de soltar la jabalina; los estilos no clásicos no están autorizados. Si la jabalina se rompe en el intento o en el aire no se contará como nulo; tampoco si la rotura hace perder el equilibrio al atleta y provoca que toque fuera del arco; en este caso se le permitirá volver a comenzar. En la caída, la punta metálica debe tocar el suelo antes que cualquier otra parte de la jabalina. El atleta debe sostener la jabalina por la empuñadura situada en su centro de gravedad y lanzarla por encima del hombro y cerca del oído u orejas.

La jabalina es un venablo muy alargado con la punta metálica. La longitud de la jabalina es de 260-270 cm en categoría masculina y 220-230 cm en categoría femenina, y, para categorías a partir de los 18 años, un peso mínimo de 800 g para los hombres y 600 g para las mujeres. Tiene un asidero, fabricado con cordel, de unos 15 cm de largo, que se encuentra aproximadamente en el centro de gravedad de la jabalina (entre los 90 cm y 110 cm). A lo largo de la historia se ha venido acercando a la punta el centro de gravedad de las jabalinas, para hacer que caigan antes, ya que se comenzaban a realizar marcas que excedían el largo de los campos de caída.

El objetivo de efectuar un buen lanzamiento técnico es el de que la jabalina tenga la mayor velocidad posible en el momento de ser lanzada, aunque también influyen otros aspectos que pueden ser controlados, como el ángulo de salida o el alineamiento de la jabalina con los hombros a la hora de la carrera y del momento de ser lanzada.

Desde el inicio de los lanzamientos en la era moderna han existido varias técnicas de lanzamiento, existiendo incluso durante algún tiempo una técnica rotatoria, adaptada al lanzamiento de jabalina por Félix Erausquin, derivada del lanzamiento de barra que se practica en el País Vasco. Con esta nueva técnica, Miguel de la Quadra-Salcedo batió holgadamente la plusmarca mundial de jabalina.[2]​ Ante la peligrosidad que ofrecía esta técnica para lanzadores inexpertos, la IAAF se vio en la obligación de modificar el reglamento por dos veces, incluyendo en el reglamento que ni el lanzador ni la jabalina podían estar orientados en ningún momento del lanzamiento de espaldas a la zona de lanzamiento.[2]​ Esta marca no se homologó pese a ser la modificación del reglamento posterior al lanzamiento. Esta técnica era muy peligrosa si no se dominaba perfectamente, puesto que existía la posibilidad de que la jabalina saliera hacia otro lugar que no fuera la zona de la caída, con el consiguiente peligro para espectadores y atletas que competían en otras pruebas.

Actualmente se utiliza la técnica denominada clásica, que se adapta, con pequeñas variantes, a las características del atleta. En esta técnica se utiliza una serie de pasos previos al lanzamiento. Normalmente se utiliza una carrera normal, para, después, al armar el brazo manteniendo la jabalina a la altura de los ojos y alineada con los hombros en la dirección del lanzamiento, hacer una serie de pasos cruzados y por último efectuar un apoyo con el pie izquierdo (paso de acomodo), bloqueando la parte izquierda del cuerpo, para después con el pie derecho y la cadera efectuar una ligera rotación hacia dentro (paso suave), y seguidamente soltar el brazo, ejecutando el lanzamiento. La mano izquierda, desde el paso cruzado, se ha de llevar alta para en el momento de lanzar llevarla hacia el lado izquierdo. Después se debe continuar la inercia del lanzamiento, no bloqueándose completamente. Es importante que el lanzador en todo momento esté relajado, pues los músculos se estiran más si están relajados que en tensión, permitiendo una mayor elasticidad en el lanzamiento. Podemos resumir esta técnica diciendo que tiene cuatro partes: carrera, paso cruzado, lanzamiento y recuperación.

Actualizado a agosto de 2021.

* Logrado utilizando el modelo Németh (cola serrada).

Las jabalinas con colas serradas fueron prohibidas en el Congreso de la IAAF realizado en agosto de 1991 en Tokio; varios registros fueron eliminados, y el registro mundial volvió a ser de 89.58 de Steve Backley, el lanzamiento más largo con el nuevo implemento regular (desde 1986).

Actualizado a agosto de 2021[3]

A final de los años 50 Miguel de la Quadra-Salcedo logró una marca de 112,30 m. Para ello utilizó el "estilo español " o estilo "Erausquin", técnica creada por Félix Erausquin. Pero la IAAF prohibió la técnica por peligrosa para los juegos olímpicos de Roma del año 60 y anuló todos los registros previos.[4]

Actualizado a agosto de 2021[5]

Para detalles ver Anexo:Medallistas olímpicos en atletismo (Lanzamiento de jabalina masculino).



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