Lora del Río es un municipio y localidad española de la provincia de Sevilla, en Andalucía. El término municipal, que cuenta con una población de 18 630 habitantes (INE, 2020), incluye además de la localidad principal varias pedanías, entre las que destacan las de Setefilla y El Priorato. Lora del Río se encuentra situada a una altitud de 38 metros sobre el nivel del mar, a 57 kilómetros de la capital provincial.
El término municipal de Lora del Río (Sevilla) conforma con otros 104 municipios la provincia de Sevilla. Limita por el este con la provincia de Córdoba. Se encuentra en la Vega o Valle del Guadalquivir, hacia el oriente de la ciudad de Sevilla, de la que dista unos 57 kilómetros. Su posición geográfica se enmarca entre los 5º 23' 5'' de longitud oeste, y los 37º 35' y 37º 46' de latitud norte. El núcleo de población principal, a una altitud de unos 38 metros sobre el nivel del mar, se sitúa en la confluencia del Guadalquivir con su afluente el arroyo Churre, en una posición casi central respecto a su territorio, que tiene una extensión superficial de 293,90 kilómetros cuadrados.
Sobre esta vasta extensión territorial se suceden asimismo variados paisajes geográficos, como corresponde a un origen geológico extraordinariamente complejo. El término loreño queda dividido en tres grandes unidades geomorfológicas y paisajísticas diferentes: la Sierra al norte, la Vega en el centro y la Campiña en la parte meridional, con materiales litológicos diferentes y con una cierta diversidad en los modos de vida de sus gentes, donde aún pueden encontrarse ambientes ecológicos especialmente bien conservados, y donde todavía es posible el trazado de rutas turísticas rurales (senderismo, paseos ecuestres...) prácticamente inéditas.
Climatológicamente estamos ante la presencia de un tipo climático mediterráneo subhúmedo y continentalizado, cuyas precipitaciones medias (unos 525 mm. anuales) disminuyen ligeramente hacia el suroeste, y cuyas temperaturas suelen ser suaves en invierno (10º - 11º) y calurosas en verano. Lora posee, no obstante, unos recursos hidrológicos (presa -Embalse de José Torán, ríos, arroyos, canales...) suficientes como para hacer posible la existencia de una vegetación natural notablemente desarrollada: bosques de encinas, pinares, dehesas y matorrales, típicos de la flora mediterránea.
Su extensión es de 293,69 km² y tiene una densidad de 64,47 hab./km².
Como es de suponer, toda esta diversidad biogeográfica ha sido causa y consecuencia de un rico desarrollo histórico. La abundancia de restos arqueológicos así nos lo atestigua. El poblamiento tartésico de la Mesa de Setefilla, a partir de los inicios de la Edad del Bronce, hacia el 1700 a. C., continuado por otros asentamientos ibéricos en el núcleo urbano loreño y en las vecinas mesas del Almendro y de Lora ("Lora la Vieja"), marcan el comienzo de la historia local.
Los Romanos se establecieron a finales del siglo III a. C. en la comarca y con el nombre de Axati convirtieron a Lora en un gran centro productor-exportador de aceite de oliva. El emperador Vespasiano le concedió el derecho latino y pasó a ser un Municipium Flavium. La romanización estaba hecha. En este periodo debió ser también un asentamiento militar de gran importancia estratégica.
Aunque se carecen de datos fiables, la época visigoda debió tener una cierta importancia en la zona a juzgar por el número de restos funerarios hallados. Algunos autores atribuyen a este período el origen del actual nombre de Lora por la abundancia de laurel. La Lawra árabe siguió siendo un núcleo de población importante y un centro defensivo notable entre Córdoba y Sevilla según cuentan los cronistas contemporáneos.
En época árabe se fortifica el castillo y se construyen las murallas, recibiendo el nombre de Al-Lawra.
Fernando III de Castilla la conquista a mediados del siglo XIII, concretamente en el año 1247, donándola inmediatamente a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén o de Malta, cuyos caballeros habían contribuido decisivamente a su rendición. Con estos territorios la Orden organizó un pequeño señorío que acabó configurándose en una bailía y varias encomiendas, cuya capitalidad residía en la villa de Lora, jurídicamente establecida en la Carta Puebla de 1259. Esta situación se mantendrá hasta la desamortización del siglo XIX. Por tanto, este pueblo estuvo seis siglos bajo la tutela de las mismas manos, el Prior o Bailio de Lora.
En sus alrededores existieron siete aldeas bajo su jurisdicción, que se llamaron Septe filias, de donde procede el nombre de Setefilla, lugar donde se alza hoy el Santuario a la Virgen de dicho nombre, es en estos primeros años, tras la conquista, cuando va a surgir el culto a la Virgen de Setefilla, imagen que la Orden trajo, o hizo esculpir, y entronizó en el templo setefillano, a los pies del castillo, plaza fuerte y vigía de la zona, muy probablemente a mediados del siglo XIV.
En lo que refiere a la Edad Moderna en sí, la zona loreña no está estudiada en su totalidad, pero sí cabe destacar que se ha estudiado de forma parcial por Pascual Sanchís Domínguez. En el siglo XVII se produjo en Lora, como en otras muchas ciudades, una intensa actividad constructora religiosa, fundándose dos conventos masculinos y uno femenino y varias ermitas. Estas construcciones se llevaron a cabo gracias a la colaboración de varias familias importantes de la zona.
Por otro lado, sobre el siglo XVII, Sanchís Domínguez asegura que no se pueden dar datos fiables en cuanto a la demografía se refiere, pues los padrones que se realizaron tenían fines tributarios. A pesar de ello, Sanchís Domínguez señala que hubo incidencias negativas que provocaron una caída en el crecimiento poblacional, pues se vivieron emigraciones, epidemias, años de sequía y fuertes inundaciones . El siglo XVIII loreño es el siglo del auge económico que se notó por el incremento de la población, pues en la segunda mitad del siglo, según J. Ponce Alberca, que se basa en los censos de Aranda y Floridablanca, se produce un aumento considerable. Además, es el siglo de las grandes construcciones civiles y eclesiásticas como pueden ser el Ayuntamiento, la Casa de los Leones, la Casa de las Columnas (también conocida como Casa de la Virgen) o la Iglesia de Nuestro Padre Jesús.
Lora del Río va a alcanzar su máximo esplendor a lo largo del siglo XVIII, reflejado en la construcción de importantes edificios públicos (Ayuntamiento), religiosos (Iglesia de Jesús) e incluso privados (Casa de los Montalbo, Casa de los Leones).
A lo largo del siglo XIX se van a producir importantes cambios en la villa de donde surgirá la Lora moderna que hoy se conoce, aunque será ya en el siglo XX cuando, gracias a la implantación de nuevos regadíos, y a la llegada de inmigrantes de otras regiones, Lora se recupere e inicie un proceso de crecimiento que, aunque con ciertos altibajos, aún no se ha detenido. Así mismo, los procesos de colonización agraria de los años sesenta ha supuesto la creación dentro de su término municipal de dos nuevos poblados: Setefilla y El Priorato.
El siglo XX es el punto de inflexión en la historia de Lora, pues es el siglo de las transformaciones. Es el siglo donde la recuperación se hace más eco, pues el término tenía productos como olivares de verdeo, viñas, encinas, naranjos, frutales, cereales, barbecho, etc. Además, poseía varias fábricas como las de aceite de olivar, de aguardiente, jabón, pan, de tejas y ladrillos, de papel, etc., aunque la más característica es la fábrica de la Pimentonera, nombre que aún se le denomina a la plaza donde estaba situada esta fábrica.
A pesar de ello, Lora del Río entró en una crisis económica que provocó la caída de las diferentes industrias que poseía la localidad, como la de la Pimentonera o la de la Celulosa Española. En los últimos años del siglo XX y los años actuales, la localidad sevillana ha comenzado su recuperación de forma tímida.
La patrona de la localidad es Nuestra Señora Maria Santísima de Setefilla, advocación de la Virgen María, venerada en la que fue Iglesia Prioral de Nuestra Señora Santa María de Setefilla. Se celebra una romerías en su honor cada 8 de septiembre. El santuario de la Virgen, se encuentra a unos 12 km del pueblo. Originariamente era de estilo mudéjar, pero intervenciones posteriores han alterado su fisonomía.
Tiene estación propia de Renfe, situada al norte de la villa. Enlaza con las ciudades de Sevilla, Cádiz, Jaén y Córdoba.
Deuda viva del Ayuntamiento de Lora del Río en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.
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