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Los laureles del César



Los laureles del César (1972) es el número 18 de la saga en español que sigue las aventuras de Astérix y Obélix. El cómic, cuyo guion corrió a cargo de René Goscinny y los dibujos de Albert Uderzo, fue publicado originalmente en francés en la revista Pilote, entre los números 621 (30 de setiembre de 1971) y 642 (24 de febrero de 1972), aunque fue publicado como álbum en 1972.

Durante una cena en casa del cuñado del jefe de la aldea gala, tanto él como Obélix se emborrachan y presumen de que son capaces de servir un estofado con el laurel de la corona de César. Así pues, Astérix y Obélix se dirigen hacia Roma para conseguir servir tal estofado, aunque ello ponga en peligro sus vidas, puesto que no es fácil robar el objeto por ser uno de los objetos mas apreciados en roma.

Astérix y Obélix acompañan a Abraracúrcix y Karabella en una visita a la casa del hermano de esta última, Homeopátix, quien vive en Lutecia y se desempeña como un próspero hombre de negocios. Durante la comida, Abraracúrcix se emborracha y hace ver a Homeopátix cómo todo el dinero que posee no es suficiente para darle la gloria de comer un estofado perfumado con laurel, pero no cualquier laurel, sino la corona de laureles del mismísimo César, cosa que Abraracúrcix sí puede lograr. Homeopátix acepta el desafío y Astérix y Obélix son enviados a Roma a buscar la corona de laureles de Julio César, para luego volver a la aldea gala y ofrecer un estofado a Homeopátix.

Al llegar a Roma, Astérix comienza a tratar de averiguar cuál es la mejor forma de introducirse en el palacio de César (y por supuesto Obélix no acaba de entender porqué no resulta más conveniente liquidar a la guardia, entrar en palacio, preguntar dónde están los laureles, tomarlos y regresar a la aldea). Cerca del palacio, los dos amigos conocen a Sopaprisis, esclavo de César, quien les indica que la mejor forma de entrar allí es ser adquirido como esclavo en la casa Tifus, proveedor de esclavos de lujo para el gobernante de Roma.

Astérix y Obélix consiguen hacerse esclavos por Tifus y, creyendo que son adquiridos por un emisario de palacio, terminan en la casa de Claudius Cualquierus como encargados de cocina. Allí conocen a Terminus, jefe de esclavos de Cualquierus, quien ve amenazado su puesto en esa casa debido a que los galos son considerados objetos delicados por venir de casa Tifus.

Estando en la casa Cualquierus, Astérix y Obélix urden dos planes para escapar de ella y poder continuar con la búsqueda de los laureles. El primer intento es preparar un guiso apestoso de tan mal gusto que sin duda alguna serían expulsados del lugar. No lo consiguen y de hecho el guiso resulta tan poderoso que puede curar de un solo trago tanto la borrachera, como la resaca provocada por esta, lo cual resulta del total gusto de Graco Cualquierus el miembro borracho de la familia. El segundo intento es causar un tremendo escándalo durante la noche para impedir el sueño de los habitantes de la casa. Pero el plan resulta tan mal, que la familia Cualquierus se encuentra feliz de iniciar una fiesta con los amigos motivada por el escándalo de los galos, lo que vuelve a dejarlos en el punto de partida.

Al otro día, Claudius Cualquierus decide enviar a Astérix y Obélix a palacio, para realizar un trámite que debía haber realizado el esclavo Terminus. Este, que considera esto la prueba definitiva de que los galos han acabado por suplantarlo, acude a palacio a acusar falsamente a Astérix y Obélix de querer asesinar a Julio César. Una vez allí los galos son arrestados por toda una legión de soldados y encerrados en la cárcel del palacio. Habiendo cumplido su objetivo de introducirse en él, y esperando el momento de su juicio, Astérix y Obélix recorren el palacio de noche para buscar la corona de laureles, y regresan a su celda para dormir durante el día.

Durante el juicio, Astérix se hace cargo de su propia defensa y pide para ellos la pena de muerte, para ser entregados a las fieras en el Circo Máximo, evento al que se suponía asistiría Julio César con su corona de laureles. Pero una vez en el Circo, Astérix se da cuenta de que Julio César no está entre los presentes así que decide escaparse de allí para no perder más tiempo.

Una vez fuera, los dos amigos galos salvan a Graco Cualquierus de ser asaltado por unos bandoleros y se enteran a través de él que Terminus ha sido recompensado por haberlos acusado, recibiendo como premio el honor de sujetar la corona de laureles sobre la cabeza de César, quien regresa triunfal a Roma después de una campaña militar en el extranjero. Sabiendo esto, Astérix ofrece a Terminus no volver a verlos más si les proporciona la corona de laureles de César. Terminus accede al trato y durante la marcha triunfal, Julio César es presentado ante Roma luciendo una corona de hinojos.

Astérix y Obélix regresan a la aldea, y el estofado es ofrecido a Homeopátix. Pero éste causa la ira de Abraracúrcix al no encontrarse conforme con la calidad de la comida, por lo que recibe un gran golpe que lo deja fuera de acción. La aventura termina así con el usual banquete donde participan todos los hombres de la aldea.



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