María I de Portugal cumple los años el 17 de diciembre.
María I de Portugal nació el día 17 de diciembre de 1734.
La edad actual es 289 años. María I de Portugal cumplirá 290 años el 17 de diciembre de este año.
María I de Portugal es del signo de Sagitario.
María I de Portugal nació en Lisboa.
María I de Portugal (Lisboa, 17 de diciembre de 1734 - Río de Janeiro, 20 de marzo de 1816) fue reina de Portugal entre los años 1777 y 1816, tras suceder a su padre, José I. Su reinado fue el segundo más largo de la historia portuguesa (39 años y 25 días, cifra solo superada por su abuelo, Juan V de Portugal).
El 6 de junio de 1760, quedó asegurada la continuación de la dinastía de Braganza con el matrimonio de María con su tío paterno, Pedro de Braganza, que se convirtió automáticamente en rey de Portugal al contraer matrimonio. María fue la primera reina de Portugal que gobernó de manera efectiva. Ha pasado a la historia con el apodo María la Piadosa, por su gran devoción religiosa (fue ella, por ejemplo, quien ordenó la construcción de la Basílica da Estrela, iglesia ubicada en la ciudad de Lisboa y donde habría de ser sepultada).
María accedió al trono portugués en 1777 a la muerte de su padre, cuyo reinado estuvo marcado por la figura del marqués de Pombal. Las políticas ilustradas y nepóticas de este ministro habían introducido un cierto margen de modernidad en el país, pero al precio de enemistarse con amplios sectores de la aristocracia portuguesa y con los intereses económicos asociados con la importante influencia británica. Su primer acto como reina fue enviar al exilio al marqués de Pombal, a quien jamás perdonó por haber maltratado a la familia Távora cuando ocurrió el episodio conocido como Processo dos Távoras (en español, «Proceso de los Távora») y que resultó en la condena a muerte de esta familia.
Con esta medida se inició un proceso de reacción a las reformas pombalinas conocido como «Viradeira», que se caracterizó, no obstante, por una gran moderación en la represión de los hombres del anterior régimen, conservando varios de ellos los importantes puestos que obtuvieran con Pombal. El reinado de María I estuvo marcado por el distinto peso que las facciones moderada y más conservadora conseguían sobre su persona a través de la figura de sus confesores.
Mejoró las relaciones con España, firmando los tratados de San Ildefonso (1777) y El Pardo (1778).
María fue una reina amante de la paz, dedicada a las obras sociales. También concedió asilo a diversos aristócratas franceses que huían de la Revolución francesa (1789), aunque era una mujer melancólica, víctima del fervor religioso. El 1 de febrero de 1792, a la salida del teatro de Salvaterra, sufrió un ataque de locura y fue declarada como demente e incapacitada para el gobierno el 10 de ese mismo mes. Consecuentemente, su hijo y heredero, Juan, asumió el gobierno y comenzó a despachar decretos en nombre de su madre. En 1799 asumió oficialmente la regencia, convirtiéndose efectivamente en rey.
Uno de los galenos que recibieron el encargo de tratarla fue el inglés Francis Willis, famoso por haber tratado la locura de Jorge III en Inglaterra. Sus métodos, sin embargo, no fueron del agrado de las sensibilidades de la corte portuguesa, ya que incluían una serie de tratamientos que implicaban lo que para la época se consideró una falta de respeto por la persona inviolable de un monarca. Willis fue despedido a los pocos meses de llegar a Lisboa.
En el año 1801 el ministro y favorito español Manuel Godoy, con el apoyo de Napoleón Bonaparte, invadió Portugal por pocos meses y, por el Tratado de Badajoz, la región de Olivenza (en portugués, Olivença) pasó a ser un dominio de España, mientras que las españolas Misiones Orientales quedaban en manos portuguesas. Años después, al negarse a cumplir las órdenes de Napoleón para interrumpir el comercio con Gran Bretaña, Portugal fue invadido por un ejército franco-español comandado por el Mariscal Junot. La familia real lusa huyó al Brasil (entonces colonia portuguesa) el 29 de noviembre de 1807. Al día siguiente las tropas franco-españolas tomaban Lisboa.
Mientras Napoleón era finalmente derrotado en 1815, María y la familia real portuguesa aún se encontraban en Brasil. Fue en la ciudad de Río de Janeiro donde la reina murió el 20 de marzo de 1816. Su cadáver fue transportado de vuelta a Lisboa y sepultado en la basílica de Estrela, una de sus muchas fundaciones pías.
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