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Mark of the Vampire



La marca del vampiro es una película estadounidense de terror estrenada en 1935 y dirigida por Tod Browning. Entre los protagonistas se encuentran Lionel Barrymore, Elizabeth Allan, Bela Lugosi y Lionel Atwill. El guion estuvo a cargo de Guy Endore y Bernard Schubert, basándose en London After Midnight, película muda estrenada apenas ocho años antes, en 1927, y dirigida también por Tod Browning. La película está ambientada durante inicios del siglo XX en un pequeño poblado de la República Checa, que recientemente ha sido azotado por una serie de extraños e inesperados asesinatos cuyas víctimas presentan unos enigmáticos orificios alrededor del cuello, lo cual hace creer a los supersticiosos pobladores que los responsables de aquellos crímenes son nada más ni nada menos que los vampiros.

La película originalmente contaba con más de 80 minutos de duración, pero Metro Goldwyn Mayer decidió recortar (luego de la previsualización) ciertas escenas que eran consideradas 'inapropiadas' para la época. Browning, por su parte, no pudo hacer gran cosa para frenar la mutilación de la cinta, principalmente debido a que su última película (Freaks) había sido un completo fracaso en taquilla y el estudio había decidido ejercer presión sobre las nuevas producciones del cineasta. Esto explicaría por qué varios actores aparecen en los títulos de crédito sin que lleguen aparecer en ningún momento del metraje.

Metro Goldwyn Mayer también realizó cambios en el guion: por ejemplo, en la historia original el Conde Mora (interpretado por Bela Lugosi) mantenía una relación incestuosa con su hija Luna, lo que terminaría llevándolo al suicidio, pegándose un tiro en la cabeza. Esto explicaría por qué a lo largo de la película se observa constantemente una herida de bala en su sien derecha; sin embargo, luego de los cortes, la trama quedó inconclusa e inacabada.

Sir Karell Borotyn (Holmes Herbert) es encontrado muerto en su casa, con dos extrañas heridas puntiformes en el cuello. El médico tratante, el Dr. Doskil (Donald Meek) y un amigo del difunto, el barón Otto (Jean Hersholt) están convencidos de que el responsable del crimen es un vampiro. Ellos sospechan del Conde Mora (Bela Lugosi) y de su hija, Luna (Carroll Borland). Sin embargo, el inspector a cargo del caso (Lionel Atwill) se niega a creer en tan fantasiosa historia.

La hija del fallecido parece ser la próxima víctima. Por ello, el Profesor Zelen (Lionel Barrymore), experto en temas de vampirismo y ocultismo, llega al lugar con el fin de poder evitar la muerte de esta. Al mismo tiempo, se revelan oscuros secretos en torno a la muerte de Borotyn.

La película logró recaudar lo necesario tanto en Estados Unidos como Europa. Esto significó un gran alivio para Browning, ya que su anterior película, titulada Freaks (estrenada apenas tres años antes) había resultado ser un completo fracaso tanto en taquillas como en la opinión pública. La película es considerada usualmente entre el público como una sátira hacia el cine de terror convencional. Muchos actores-e incluso personal de producción- se había opuesto inicialmente a la idea (en especial Lugosi), sin embargo; Browning logró convencer al equipo de rodar la película con el desenlace original.

Meses después, la película fue llevada a Europa para estrenarse en países como Polonia, España, Suecia y Hungría. Sin embargo, Polonia no recibió positivamente a la película, y el Consejo de Censura de ese país decidió vetarla de entre sus salas de cine, argumentando que el contenido de esta podría llegar a ser muy 'perturbador'. Mientras tanto en Hungría, los censores decidieron realizar diversos cortes a la cinta. Entre las escenas eliminadas se encontraban aquellas que contenían sangre, disparos de murciélagos y gritos. En territorio sueco también se prohibió la proyección de la película.

La película mantiene actualmente críticas mixtas, y aunque la mayoría de veces se ha criticado el desarrollo lento y poco coherente de la misma, la gran mayoría de críticos ha estado de acuerdo con que las actuaciones (principalmente la de Lugosi) y la atmósfera conseguida por Browning hacen de ella toda una joya del cine. El crítico de cine Carlos Cuesta afirmó: «[...] El desarrollo de la trama es lento y a veces aburrido, carente de ritmo y pesado [...] No obstante, el ambiente donde se desenvuelve la acción está muy conseguido, y la actuación de Bela Lugosi puede considerarse sobresaliente si se tiene en cuenta el momento de rodar la película.»[2]

Por su parte, el crítico de cine Alberto Abuín escribió: «La marca del vampiro es una de las primeras películas en las que su director juguetea con el espectador de forma totalmente desvergonzada al hacerle partícipe de una broma personal, un intento de reírse de sí mismo [...] La víctima es un espectador totalmente inocente —incluso viendo la película hoy día— que se deja engañar maravillosamente por el realizador, que ha partido de un relato escrito por él».[3]

La película actualmente mantiene un rating del 77% en la página Rotten Tomatoes, basado en 13 comentarios, de los cuales 10 son positivos y 3, negativos. Mientras que en la página Abandomoviez[4]​ la película cuenta con un ráting de 7.48/10, basado en un total de 11 críticas.



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