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Materialismo dialéctico



El materialismo dialéctico —expresión acuñada por Gueorgui Plejánov[1]​ es la corriente del materialismo de acuerdo con los planteamientos originales de Friedrich Engels y Karl Marx que posteriormente fueron enriquecidos por Lenin y después sistematizados por miembros de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética principalmente.[2]​ Esta corriente filosófica define la materia como el sustrato de toda realidad, sea concreta o abstracta (pensamientos),[2]​ emancipa la primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material, y aplica la dialéctica —basada en las leyes dialécticas propuestas por Georg Wilhelm Friedrich Hegel— para interpretar el mundo, superando así al materialismo mecanicista. El materialismo dialéctico es uno de los tres componentes —la base filosófica— del comunismo marxista-leninista.[3]​ Denominado Diamat, el materialismo dialéctico fue también la filosofía oficial de la antigua Unión Soviética.[4]

El materialismo dialéctico, como sistema filosófico, es opuesto al idealismo filosófico que concibe al espíritu como el principio de la realidad. Para el materialismo dialéctico las ideas tienen un origen físico, esto es, lo primero es la materia y la conciencia lo derivado. Como tal, el materialismo dialéctico se apoya en los datos, resultados y avances de las ciencias y su esencia se mantiene en correspondencia y vigencia con la tradicional orientación progresista del pensamiento racional científico.[4]​ Asimismo está opuesto a la corriente filosófica del agnosticismo, pues declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su materialidad y de su existencia objetiva en el tiempo y en el espacio. Engels lo manifestó de esta manera: «Las formas fundamentales de todo ser son el espacio y el tiempo, y un ser concebido fuera del tiempo es tan absurdo como lo sería un ser concebido fuera del espacio».[5]

Engels y Marx sintetizaron su materialismo dialéctico a partir de su demoledora crítica del materialismo mecánico de Ludwig Feuerbach y a la dialéctica idealista de Hegel. Al materialismo de Feuerbach lo consideraron como un materialismo influido por corrientes del pensamiento filosófico metafísico e idealista. Famosas son las 11 tesis sobre Feuerbach de Marx y Engels, en particular la undécima que reza así: «Los filósofos no han hecho más que "interpretar" de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de "transformarlo"».[7]​ De la dialéctica hegeliana Engels dice que esta se encontraba cabeza abajo con Hegel y que fue Marx quien la colocó sobre sus pies. Posteriormente, Engels describió las leyes de la dialéctica en su Anti-Dühring (obra polémica contra las teorías propugnadas por el filósofo y economista alemán, Karl Eugen Dühring). En 1883, Engels explicó además la "dialéctica materialista" en su Dialéctica de la naturaleza.

El término “materialismo dialéctico” nunca fue usado por Marx o Engels ni definido sistemáticamente por ninguno de ellos. El término fue introducido por el revolucionario ruso del siglo XIX, Georgi Plejánov,[8]​ así como la clasificación de materialismo dialéctico y materialismo histórico. Según Plejánov, en su obra La concepción monista de la historia, el materialismo dialéctico de Marx y Engels tuvo como preludio la contraposición del materialismo metafísico de los enciclopedistas (opuestos al idealismo metafísico heredado de la Edad Media) y el idealismo dialéctico de los filósofos alemanes. Marx y Engels tomaron como base a la crítica materialista de Feuerbach, y los hegelianos de izquierda al idealismo dialéctico de Hegel. Los desarrollos posteriores, sobre todo a partir de las Tesis sobre Feuerbach de Marx, resultaron en una visión no-dualista del mundo que incorporaba una relación dialéctica entre materia y espíritu, siendo la actividad humana la base de esta interacción.

Luego en el siglo XX en Rusia, Lenin contribuyó a las ideas materialistas dialécticas al desarrollar polémicas con sus adversarios, particularmente con filósofos (idealistas) positivistas como el austriaco Ernst Mach y los rusos Aleksándr Bogdánov (Aliaksandr Malinouski) y Vladimir Bazarov (Vladimir A. Rudnev), y, por sobre todo, su empiro-monismo. La principal razón de la disputa entre Lenin y estos filósofos era su afirmación de que el positivismo idealista estaba por encima del debate filosófico entre idealismo y materialismo. A estos, Lenin les afirmó lo siguiente:

La dialéctica marxista se ha interpretado que conlleva además implicaciones políticas expresadas en la concepción materialista de la historia misma. Según el Diccionario filosófico marxista de 1946:

La introducción de los términos materialismo dialéctico y materialismo histórico se puede interpretar como un intento de sistematizar los fundamentos filosóficos presentados por Marx y Engels. Lenin asumió por establecida esta división debido a que Plejanov era considerado el “Padre del Marxismo” en la Rusia del siglo XIX. En esta división, el materialismo dialéctico fue definido más tarde por Stalin como la aplicación de las leyes dialécticas a la naturaleza y el materialismo histórico como la extensión de las mismas a la historia y la sociedad.[11]​ Sin embargo, otros autores consideran esto como un grueso error, pues consideran que es precisamente a la inversa: Marx desarrolló en sus trabajos la concepción materialista de la historia (La ideología alemana) como método de análisis, sin llegar a representarla nunca como un sistema. Fue Engels quien, posteriormente, intentó construir, partiendo de los métodos utilizados por su compañero en sus análisis históricos, una ontología marxista, ontología que quedó bautizada como materialismo dialéctico (y esto sin necesidad de identificar el materialismo dialéctico con la versión consagrada del Diamat como doctrina oficial de la difunta Unión Soviética).

Por su parte León Trotski, dirigente en la Revolución de Octubre, fundador del Ejército Rojo y más tarde líder de la Oposición de Izquierda, plantea contra el dogmatismo de la "doctrina oficial" de la Unión Soviética, que si bien el materialismo dialéctico abarca tanto al materialismo histórico como a posibles desarrollos en otros campos, como el de las ciencias naturales, ello no significa que haya una identidad entre ellos, es decir, que la dialéctica funcione en dichos campos de la misma manera. Trotsky llamará dialéctica objetiva a aquella aplicable a las ciencias naturales y dialéctica subjetiva a la correspondiente a la acción y conciencia humana. Ambas forman para él una unidad, siendo una hija de la otra. Postular la autonomía absoluta entre naturaleza y conciencia, significaría volver a un dualismo kantiano, como el representado en la lógica (que será luego superada por la dialéctica como forma de pensamiento), o a nuevas versiones historicistas donde en realidad ambos están contenidos en una conciencia devoradora que le da a ésta un carácter absoluto. Para Trotsky en cambio, son partes diferenciadas de una unidad que no está dada solo por una casual aparición temporal sino porque marcan un desarrollo histórico concreto.[12]

Esta es la famosa cita textual de K. Marx en relación a la religión:

»La miseria religiosa es a un tiempo expresión de la miseria real y protesta contra la miseria real. La religión es una queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, y el alma de unas condiciones desalmadas. Es el opio del pueblo.

Por su parte, F. Engels dijo de la religión lo siguiente:

El pilar filosófico fundamental del materialismo dialéctico es lo que define como “la cuestión básica en filosofía” que se refiere a la relación entre el mundo material (la realidad) y su independencia con respecto al ser (la conciencia), lo espiritual. Se establece la relación materia-sobre-conciencia en la que la materia es primaria y la conciencia es producto del desarrollo ulterior de la materia.

La cuestión básica en filosofía tiene dos aspectos fundamentales. La primera es la cuestión de la esencia, de la naturaleza del mundo. El segundo aspecto es la cuestión de la cognoscibilidad del mismo. «El desarrollo de las ciencias destruye definitivamente la creencia idealista de que el mundo esté basado en lo supernatural, en lo espiritual.»[15]​ De esta manera, el materialismo dialéctico está necesariamente vinculado y es inseparable del ateísmo científico: «puesto que solamente lo que es material es perceptible, conocible, nada es conocido de la existencia de Dios».[16]

En La Sagrada Familia o Crítica de la Crítica Crítica, del cual la anterior cita es tomada, Marx y Engels demuestran que el ateísmo es representativo de las clases progresistas —en particular de la clase burguesa del siglo XVIII— que debieron luchar contra las concepciones feudales y religiosas reaccionarias.[16]

La segunda cuestión filosófica más importante para el materialismo dialéctico es si el mundo está en constante movimiento, cambio y desarrollo cualitativo y en una interconexión universal, o es un sistema estático y en moción cíclica sin contradicciones internas ni cambios cualitativos. Aquí entra la importancia de la dialéctica que es definida como “la ciencia de las leyes generales del movimiento y desarrollo de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento”.[17]​ La segunda cuestión filosófica lidia especialmente contra el método metafísico —no contra la llamada metafísica— que interpreta la realidad y los fenómenos del mundo como aislados los unos de los otros, además de asignarles la cualidad de ser inmutables.

La definición materialista dialéctica de lo que es materia fue expuesta por Lenin en su obra Materialismo y empirocriticismo de esta manera:

«Materia es una categoría filosófica que denota la realidad objetiva, la cual es dada al hombre a través de sus sensaciones, y la cual es copiada, fotografiada y reflejada por nuestras sensaciones, mientras que existe independientemente de éstas.»[9]

Algunas de las categorías que se manejan son las siguientes:[18]

En su Anti-Dühring, Engels expone que las tres leyes fundamentales de la dialéctica:

Los fundamentos de la teoría del conocimiento materialista dialéctica fueron formulados por Lenin, los cuales se resumen en tres asunciones básicas:

La lógica dialéctica fue concebida por Hegel en su obra Ciencia de la Lógica. Para él, el llamado principio del tercero excluido, "algo es A o es no A, no hay un tercero", principio de no contradicción que corresponde a un intelecto que quiere "rechazar de sí la contradicción", "cuidando tan solo que las cosas no se contradigan, olvidando que con ellos no se suprime la contradicción, sino que se la desplaza a otro plano, el de la reflexión".[20][21]​ En vez de eliminar la contradicción, la convirtió en la clave de su sistema lógico.[22]

Para Marx y Engels la filosofía hegeliana tenía un carácter revolucionario,[23]​ que fundaba la lógica dialéctica como lógica del movimiento, de la evolución, del cambio,[22]​ pero requería ser reelaborada con el enfoque del materialismo, de manera que consideraron la dialéctica como "la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento humano" y así "la propia dialéctica del concepto se convertía simplemente en reflejo consciente del movimiento dialéctico del mundo real".[23]​ Las bases de la lógica dialéctica del marxismo quedaron planteadas en el Anti-Dührin y en la Dialéctica de la Naturaleza de Engels. Su trabajo fue continuado entre otros por primera vez por V. I. Lenin en su obra Materialismo y empirocriticismo. El mismo Lenin en 1914, estudió detenidamente la lógica dialéctica y anotó cuestiones fundamentales sobre la misma, en los denominados Cuadernos Filosóficos.[21]​ Lenin definió cuatro demandas básicas para su construcción:

Una diferencia entre la lógica formal y la lógica dialéctica es que esta última «revela los principios lógicos de la transición al nuevo conocimiento, estudia la formación y el desarrollo de teorías».[24]

Trabajos sobre la lógica dialéctica marxista han sido realizados, entre otros, por Henri Lefebvre,[25]Mao Zedong,[26]George Novack,[22]Mário Ferreira dos Santos,[27]​ Bruna Manai[28]​ y Elí de Gortari.[29]​ El filósofo soviético Pavel V. Kopnin desarrolló esta disciplina, con su obra Lógica Dialéctica.[30]



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