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Medalla Presidencial de Bolivia



La medalla presidencial de Bolivia es una pieza histórica de gran valor, considerada única en América, y que le es conferida al Presidente de Bolivia al momento de asumir la presidencia del país. Constituye junto a la banda presidencial y el bastón de mando los símbolos presidenciales del primer mandatario de país.

Es una medalla de la numismática americana del siglo XIX, elaborada en oro de 22 quilates y adornada con diamantes, acuñada en la Casa de la Moneda de Potosí, y que fue un regalo al Libertador Simón Bolívar a su llegada a suelo boliviano en 1825. El valor simbólico de este objeto es similar al de "una corona, en el caso de las monarquías, y de la tiara, si nos referimos al Papa".[1]

La Asamblea General Constituyente, queriendo exteriorizar su admiración al Libertador, acordó la creación de la medalla por Decreto del 11 de agosto de 1825,[2]​ en cuyo artículo ocho señala:

A dicho envió, Bolívar respondió con una carta de agradecimiento a Sucre y a la Asamblea, que el periódico boliviano El Cóndor publicó en 1826, asegurando que en señal de profundo reconocimiento a Bolivia conservará las joyas toda su vida y que a su muerte devolverá el presente al cuerpo legislativo.[3]

Cuando el Libertador comprendió que pronto moriría, escribió su testamento el 10 de diciembre de 1830, sin olvidar su promesa de devolver a Bolivia la medalla que la Asamblea General le había consagrado:

El 17 de ese mismo mes fallecería Bolívar en San Pedro Alejandrino, encargando a uno de sus albaceas, Juan Francisco Martín, como custodio de sus pertenencias, entre ellas la medalla en cuestión. Fueron comisionados de Bolivia por el Mcal. Santa Cruz, el capitán Mateo Belmonte y el sargento mayor José Buitrago, ambos representantes bolivianos. Después de una desastrosa travesía de 6 meses, en junio de 1831 llegaron a su destino. Se presentaron ante el albacea mencionado y recogieron la medalla. El encargado de traerla hasta el país fue Buitrago, Belmonte se demoraría por razones familiares.[4]​ El Congreso General Constituyente resolvería el 15 de septiembre de 1831 ceder la medalla a perpetuidad al entonces presidente de Bolivia, Mcal. Andrés Santa Cruz, en reconocimiento a sus servicios para con el país.[3][5]

En 1839, tras el fracaso de la Confederación Perú-Boliviana, José Miguel de Velasco derrocó a Santa Cruz haciéndose con el poder e instituyendo un gobierno revolucionario y restaurador, y casi inmediatamente yendo en persecución de los partidarios crucistas. Una de las medidas iniciales de Velasco fue el de exigir a la esposa de Santa Cruz, doña Francisca Cernadas, la devolución de la medalla, a quien intimidaron con una cuadrilla de militares cercando su casa, amenazando con fusilarla si no la entregaba.[3][4]

Mediante Decreto de 28 de octubre de 1839, Velasco dispuso que la medalla, antes perteneciente a Bolívar y Santa Cruz, sea desde ese momento un símbolo presidencial.[6]

Medalla extraviada, robada y recuperada

Los bolivianos quedaron impactados por la noticia de que la medalla presidencial, símbolo del poder democrático y uno de los patrimonios históricos más valiosos del país, había sido robada a su custodio en las inmediaciones del aeropuerto de La Paz, mientras este se encontraba en un prostíbulo. La medalla fue devuelta por los ladrones horas después.

El pasado martes por la noche el hombre, un joven militar, debía llevar la medalla, junto con la banda y el bastón de mando presidenciales, en un vuelo comercial regular, a Cochabamba, donde al día siguiente se realizaría un desfile militar en homenaje al aniversario de las Fuerzas Armadas en el que el presidente, Evo Morales, debería portar los símbolos de su mando. Como su vuelo se había retrasado por un par de horas, el custodio salió del aeropuerto y se dirigió a un sitio de prostíbulos cercano, entró en uno de ellos y dejó la pequeña maleta con la medalla, la banda y el bastón de mando dentro de su automóvil. Cuando volvió se dio cuenta de que alguien había forzado la puerta y que la maleta ya no se encontraba en el lugar. Todo esto se supo por la declaración de este individuo a la Policía, poco antes de que lo detuvieran por negligencia en el cumplimiento de su deber. El Ministerio de Defensa de Bolivia abrió una investigación. Aproximadamente a mediodía del miércoles 8, los ladrones devolvieron el botín, dejándolo dentro de una bolsa en una iglesia y haciendo una llamada anónima a la Policía.

La noticia dio paso a una oleada de críticas en las redes sociales contra el exgobierno, al que se acusa de no cuidar con esmero el patrimonio que estuvo en riesgo. Se apunta al hecho de que el responsable de transportar los símbolos iba a viajar solo, además de que se le entregaron objetos muy valiosos para que los manejara a discreción, sin cumplir ningún protocolo de seguridad.[1]

Los bolivianos quedaron impactados por la noticia de que la medalla presidencial, símbolo del poder democrático y uno de los patrimonios históricos más valiosos del país, había sido robada a su custodio en las inmediaciones del aeropuerto de La Paz, mientras este se encontraba en un prostíbulo. La medalla fue devuelta por los ladrones horas después.

El pasado martes por la noche el hombre, un joven militar, debía llevar la medalla, junto con la banda y el bastón de mando presidenciales, en un vuelo comercial regular, a Cochabamba, donde al día siguiente se realizaría un desfile militar en homenaje al aniversario de las Fuerzas Armadas en el que el presidente, Evo Morales, debería portar los símbolos de su mando. Como su vuelo se había retrasado por un par de horas, el custodio salió del aeropuerto y se dirigió a un sitio de prostíbulos cercano, entró en uno de ellos y dejó la pequeña maleta con la medalla, la banda y el bastón de mando dentro de su automóvil. Cuando volvió se dio cuenta de que alguien había forzado la puerta y que la maleta ya no se encontraba en el lugar. Todo esto se supo por la declaración de este individuo a la Policía, poco antes de que lo detuvieran por negligencia en el cumplimiento de su deber. El Ministerio de Defensa de Bolivia abrió una investigación. Aproximadamente a mediodía del miércoles 8, los ladrones devolvieron el botín, dejándolo dentro de una bolsa en una iglesia y haciendo una llamada anónima a la Policía.

En agosto de 1926 se hizo un proceso de certificación de la medalla, arrojando estos datos: se habían sustituidos por piedras falsas 24 diamantes sudafricanos que estaban incrustados en la medalla original, partes de la cadena de oro, originalmente de 22 quilates, fueron remplazadas por otras de fantasía y oro de menor ley y, en el corazón de la medalla del Libertador, en cuyo reverso iba grabada la leyenda, fue arrancado de la montura de brillantes, y sustituido por otro. Las partes originales de la medalla nunca se encontraron.[7]​ En el gobierno de Jorge Quiroga se trabajó en la restauración de la medalla, reponiendo las joyas faltantes, cambiando la cadena de fantasía que llevaba y restituyendo el reverso original de la medalla, tal como se supone debió haber sido.

Esta regulada por el artículo 2 del Decreto Supremo N° 27227 del 30 de octubre de 2003, durante la presidencia de Carlos D. Mesa Gisbert:[8]


A continuación la lista de los presidentes de Bolivia que portaron la medalla:



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