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Mesías



En las religiones abrahámicas, el Mesías (del latín bíblico Messĭas, y este a su vez del hebreo מָשִׁיחַ Māšîaḥ, pronunciado [maː.ʃi.aħ] pronunciación aproximada "Mashiaj", que significa «ungido») es el salvador o liberador de un grupo de personas o de la humanidad en general. En el judaísmo y el cristianismo, el rey descendiente de David, prometido por los profetas al pueblo hebreo,[1]​ aquel hombre lleno del Espíritu Santo de Dios. A lo largo de la historia existieron muchas personas a las que se les consideró Mesías, pero generalmente, se entiende que este título en particular se asigna al enviado escogido por Dios, que traerá la paz a la humanidad instaurando el Reino de Dios.

El término «Mesías» proviene del hebreo מָשִׁיחַ (mashíaj, ‘ungido’), de la raíz verbal למשוח (mašáḥ ‘ungir’) y se refería a un esperado rey, del linaje de David, que liberaría a los judíos de las servidumbre extranjera y restablecería la edad dorada de Israel. Se le denominaba así ya que era costumbre ungir en aceites a los reyes cuando se los proclamaba. El término equivalente en griego es χριστός (khristós ‘ungido’), derivado de χρίσμα (khrísma ‘unción’). El término griego, ampliamente utilizado en la Septuaginta y el Nuevo Testamento, dio en español la forma Cristo,[2]​ que unida al nombre de Jesús, que los cristianos consideran el mesías definitivo, Dios Jesucristo.

De las religiones monoteístas en el mundo, podemos destacar tres ramas principales y la relación que ellas tienen con la creencia en un Mesías. El judaísmo, el cristianismo y el islam.[cita requerida]

Dentro del judaísmo, la creencia en el Mesías se fundamentó en la revelación de Dios, hecha a través de la Torá o Ley de Dios. Desde el Génesis se registraron muchas profecías mesiánicas dentro de la ley, que permitirían reconocerlo cuando llegase. Posteriormente, cobró auge durante el cautiverio de Babilonia, al adquirir una mayor importancia la concepción del mesías como salvador. Sin embargo la doctrina del Mesías no ha sido un tema importante de estudio debido a que esta no es eje central del judaísmo.

Maimónides, teólogo judío de la Edad Media y sus escrituras son base para el entendimiento del concepto de Mesías para los judíos, siendo uno de los personajes que más ha tratado este tema. Él afirmó: «Yo creo con fe absoluta en la llegada del Mesías, y aunque tardare, con todo lo esperaré cualquier día».[3]

La escatología judía indica que la venida del Mesías vendrá acompañada de una serie de eventos específicos que no han ocurrido todavía, incluido el retorno de todos los judíos a la Tierra Prometida, la reconstrucción del Templo, la era de la paz y entendimiento en la cual «el conocimiento de Dios» llenará la tierra.

Los judíos han visto tradicionalmente a Jesús de Nazareth como uno de tantos falsos mesías que han aparecido a lo largo de la historia. Se le ve como el que más ha influido en su pueblo y, por ello, el que más daño ha causado.

El judaísmo nunca ha aceptado ninguna de las profecías que los cristianos atribuyen a Jesús, y para ellos, ninguna de las prerrogativas que anunciarán la venida del mesías han ocurrido durante su vida, por lo que no puede considerarse siquiera como candidato a Mesías.

La Biblia parece hacer referencia a varias facetas del Mesías, una como rey, gobernante y restaurador, y otra como siervo sufriente. Esto ha dado lugar a distintas posiciones acerca de cómo debería ser el mesías.

Los cristianos denominan Mesías a Jesús de Nazaret, llamándole Cristo, traducción literal del hebreo Mesías. Según la Torá la promesa de la venida del Mesías se extiende a toda la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob (luego Israel), de quien surgieron las 12 tribus de Israel. Según la tradición cristiana, la promesa hecha a Israel en realidad debería entenderse como realizada a todos los hombres, razón por la que Jesús sería entonces el Mesías y el redentor de la humanidad.

Para los Testigos de Jehová, la concepción de mesías no es igual que en el resto de corrientes cristianas (aunque también para ellos cobra gran importancia el advenimiento o Segunda Venida de Jesús), pues no creen en la doctrina de la Trinidad,[4]​ por lo que el mesías, en este caso, no adquiere personalidad divina, sino solo de enviado de Jehová,[5]​ aunque lo consideran como la persona que vino a reparar lo que Adán dañó al pecar y así santificar el nombre de Jehová.[cita requerida]

El islam señala a I'sa (Jesús de Nazaret), Mahdi o el bien guiado, como los que inaugurarán una era de justicia.[6]

Para la parte mayoritaria del Islam, el concepto de Mahdi tiene una escatología según la cual el Mahdi nacerá én los Últimos Tiempos, por lo que no se admite que fuera una persona concreta que ya hubiera existido. También se ha indicado que Mahdi tendrá una relación especial con los pobres. En muchos ámbitos se confunde el término de Mesías adjudicándolo al Mahdi, quien guiará a la Umma, hacía un retorno a la creencia, siendo el Mesías Isa (Jesús) Hijo de María, quien retornará para luchar junto al Mahdi contra el Al-Dajjal (Anticristo)

Actualmente, hay importantes Shaykhs musulmanes que afirman que estamos en la época de la venida de Mahdi.[cita requerida] Incluso hay algunos que afirman haber tenido contacto con Mahdi.[cita requerida]

El emperador Haile Selassie I de Etiopía, que según la tradición es descendiente directo de Salomón hijo de David, es considerado por el Movimiento rastafari como la tercera reencarnación –después de Melquisedec y Jesús– de Jah, el Mesías.[7]

Gran parte de esta creencia se debe a la «profecía» de Marcus Garvey, que consideran reencarnación de Juan el bautista:

Selassie, devoto cristiano, negó ser el Mesías, aun así los Rastas creen que él es un mensajero de Dios.

Las siguientes obras incluyen el concepto de un mesías como líder de una causa o liberador de un pueblo:




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