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Mini Transat 6.50



La Transat 6.50, también llamada Mini Transat, es una regata trasatlántica en solitario para veleros de la clase Mini, de 6.50 metros de eslora. El origen de la regata, y de la clase Mini, se debe al británico Bob Salmon, en 1977.

Durante los años 1970 hubo una carrera de esloras en las regatas transoceánicas, llegando a participar en la OSTAR un barco de casi setenta metros de eslora y cuatro palos -el Club Mediterranee de Alain Colas, que finalizó quinto-. Estos grandes barcos, muy veloces, suponían grandísimas inversiones que imposibilitaban participar con presupuesto privado.

Bob Salmon buscaba democratizar la vela. Sabía que aún quedaban navegantes que soñaban con someterse a una prueba como la travesía del océano Atlántico en barcos de eslora reducida y nimio presupuesto. A esta regata, la ahora Mini Transat, se le llegó a llamar la "transat de los pobres".

La primera Mini Transat 6.50, entonces conocida como "6.5 singlehanded race" tuvo gran éxito cuando fue anunciada. Inicialmente, se limitó a 55 el número de barcos inscritos. Salmon creyó buena idea internacionalizar la competición y aumentó el cupo a 58 barcos, entre los que se encontraba un participante español -Cañamín- al que se asignó el último número.

Para que los participantes cumplieran con las dos ideas troncales de la regata (bajo presupuesto y barcos pequeños), Salmon confeccionó unas instrucciones de regata que pueden resumirse en:

Hasta 1993, el único instrumento de ayuda a la navegación permitido era el sextante. A partir de ese año, como medida de seguridad se permitió usar el GPS. Como equipo de comunicaciones sólo se permite llevar una radio VHF, con un alcance máximo de unos 50 kilómetros. Los navegantes no pueden tener ningún contacto con tierra ni solicitar asistencia, bajo amenaza de descalificación.

La evolución de los barcos ha sido espectacular. Hoy se dividen en dos categorías: por un lado están los prototipos, verdaderos laboratorios de tecnología náutica donde se prueban nuevas tecnologías aplicadas posteriormente en barcos de alta competición (fue en los "minis" donde se probaron por primera vez las quillas pendulares). El diseño de los prototipos es libre, siempre que se mantengan dentro de las normas. Por otro lado, están los llamados barcos de producción o serie. Son más económicos y permiten introducirse en la clase. Para que un barco pueda considerarse de serie, deben haberse construido un mínimo de 10 unidades.

Sin duda, la Transat es una de las regatas más duras a las que puede enfrentarse un navegante. Exige altas dosis de autocontrol y una excelente preparación física. El primer ganador fue Daniel Gillard, con un pequeño Serpentaire de serie llamado Petit Dauphin.

La clase Mini es una verdadera escuela de navegación, donde el regatista debe ser polivalente y autónomo, de forma que haga avanzar su barco a pesar de las múltiples dificultades. Los nombres más grandes de la vela contemporánea han sido regatistas de la Transat 6.50: Karen Lebovici, Gilles Chiorri, Alex Pella, Jean-Luc Van Den Heede, Yves Parlier, Laurent Bourgnon, Isabelle Autissier, Ellen MacArthur, entre otros, han participado en la Mini Transat.

En la edición del año 2009, por primera vez una mujer española Anna Corbella[1] participa y consigue acabar la regata, realizando una muy buena actuación en su primera participación y siendo también el primer barco español clasificado.



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