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Modelo a escala



Una maqueta es un modelo a escala o tamaño real de un objeto, artefacto o edificio, realizado con materiales pensados para mostrar su funcionalidad, volumetría, mecanismos internos o externos o bien para destacar aquello que, una vez construido o fabricado, presentará como innovación o mejora. Este montaje funcional, utilizado comúnmente en manufactura y diseño, sirve para la demostración, evaluación del diseño y promoción, entre otros fines. Es considerado un prototipo si proporciona al menos una parte de la funcionalidad de un sistema y permite pruebas de diseño.[1]​ Las maquetas son utilizadas por los diseñadores principalmente para recibir comentarios de los usuarios. Las maquetas ayudan a prevenir errores sobre la base de la idea popular «Usted puede arreglarlo ahora en el dibujo con una goma de borrar o más tarde en la obra con un martillo».[2]

El concepto de maquetismo nació en el ejército, en su área de I+D+I[cita requerida].

En un inicio, el barco no era usado como arma de ataque, pero el transporte de personas con el objetivo de migrar a otras tipos de áreas geográficas suponía la invasión de otros territorios.Los africanos, resabiados de su experiencia y para la prevención de posibles y futuras conquistas por los mismos medios usados por ellos, convirtieron el barco en un arma de ataque. Esto puso de relieve la necesidad de salvar las vidas de las personas que transportan. Aspectos como la velocidad, la hidrodinámica, el peso y demás factores constituyentes de un navío, hicieron de esto una carrera armamentística y por ello una ciencia que ha tardado miles de años en madurar hasta lograr articular el conocimiento de tal manera que, antes de botar un navío, era probado en aguas tranquilas y puesto a prueba por otros navíos para observar sus mejoras.

Los romanos usaban los mapas dibujados por sus cartógrafos en la toma de decisiones a la hora de invadir territorios. Se puede decir que el mapa es una maqueta de cómo se disponen los territorios en la administración política de los gobiernos. El mapa como tal, se puede representar a diferentes escalas, siendo la real un acotamiento de zonas a base de referencias naturales o artificiales (muro de Berlín, muralla china, pilotes de granito como referencia, etc.). El conocimiento del entorno no era nuevo: Aníbal se valió de ello para reconquistar España. En la Batalla de las Termópilas, el ejército espartano, altamente profesionalizado en el arte de la guerra, se valió del perfecto conocimiento geográfico como estrategia para acabar con el intento de invasión del ejército persa. Todo ello era recreado en la maqueta de los estrategas que comandaban los ataques. Pero fue en la época napoleónica cuando el concepto maqueta tomó una relevancia primordial. Napoleón, como estratega, recreaba los escenarios de guerra en tableros con relieves, usando la ciencia de la cartografía y la geografía, para representar los relieves naturales y cómo aprovecharlos para la conquista de los territorios.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los aliados usaron maquetas de tanques y vehículos a escala real inflables o de material ligero, al objeto de engañar al enemigo para distraer sus ataques de bombardeo a tierra, desperdiciando sus bombas en objetivos sin valor militar o estratégico.

La historia da la razón al uso de la ciencia, y como esta, a menor escala, puede servir de ensayo para la puesta en marcha de proyectos mayores. Aun si fallase la puesta en marcha de un proyecto, fundamentado en un anteproyecto, el error no se debe a la imputación de, como la teoría nunca cuadra con la práctica, es inútil un anteproyecto, siendo esto un gasto innecesario, pues está demostrado por la evidencia del fallo presente, y hay que evitar fallar. Esa forma de pensar es demagogia pura y un serio obstáculo para el avance del conocimiento y la ciencia; además de fundamentarse en una falacia, denominada de la falsa autoridad, pues la prueba de quien afirma lo dicho, recae en un porque yo lo digo. Así, con el uso adecuado del conocimiento, nacen dos conceptos en uno: El de laboratorio y el de maqueta, englobados por el de ensayo. Adecuadamente articulados, siempre son favorables para el avance de la técnica y la reducción de costes.

Cuando en un laboratorio se ensayan cultivos en placas petri para la investigación de curas o aplicaciones en cosmética, bioingeniería o cualquier otra ciencia aplicada, eso que se recrea a menor escala y en un entorno controlado, es lo que se viene a llamar biomaqueta. En los ensayos de laboratorio, solo se espera cumplir el objetivo parcial del test por el cual la biomaqueta tiene sentido.

Por ejemplo, una maqueta de un avión, dependiendo la escala, puede ser únicamente aerodinámico y planear, por lo que es funcional en el aspecto aerodinámico. Ese mismo modelo de avión, a otra escala distinta, pudiera ser únicamente a nivel de diseño e imagen corporativo; así, por ejemplo, la compañía Airbus puede presentar a la Lufthansa un modelo en maqueta que se integra perfectamente en su imagen corporativa; un segundo modelo que pone de relieve la aerodinámica y un tercer modelo que resalta lo oportuno de la colocación de los motores y cómo estos pueden continuar rindiendo al 100% a alturas insospechadas gracias a los tanques de oxígeno enriquecido que aportan el diferencial que la atmósfera no puede por los límites de altura; un cuarto modelo a escala real que pone a prueba la presurización de las distintas áreas, y quizás la puesta a prueba del vuelo estratosférico en una sala que imita la presión y la densidad atmosféricas a esas alturas. La escala de cada modelo viene dada por la necesidad de mostrar el objetivo a resaltar. Así, el modelo aerodinámico puede ser de una escala mucho menor y de unos materiales menos especializados, que la escala del modelo que trata de resaltar el rendimiento de los motores.

Se entiende como maquetación de sistema a la representación práctica de una dinámica calculada en teoría, a una escala conceptual menor de la que se someterá una vez entre en producción.

La unidad en la que se mide el sistema es el 'proceso del dato', y la unidad de medida usada será acorde con el formato del dato. El proceso del dato da como resultado una escala, que se irá aproximando a la real, tanto en cuanto los procesos observen una tendencia a tener en cuenta la mayor cantidad de sistemas cooperantes existentes en el medio, sean naturales o artificiales.

El concepto de maqueta dejará de ser aplicable en el momento en le que la capacidad de proceso sea real en todas sus dimensiones y, en consecuencia, la producción de trabajo sea compatible con la producción del resto de los sistemas ya funcionales.

La automatización de la información hace posible el diseño de sistemas virtuales, siendo que estos sistemas necesitan un tiempo en un entorno de laboratorio y pruebas.

Es la reproducción física y a escala, en tres dimensiones, por lo general, en tamaño reducido, de algo real o ficticio. También pueden existir modelos en tamaño grande de algún objeto pequeño y hasta microscópico representados en alguna especie de maqueta.

Otras definiciones de maqueta, con variantes en el sistema de presentación, son: los dioramas, los vehículos teledirigidos o radiocontrolados, como automóviles, trenes y barcos, etc.

El maquetismo puede ser estático (modelo estático) o modelo dinámico o de movimiento (modelos telecontrolados).

La maqueta no solamente puede ser "a escala", sino que también representa la simulación de cualquier cosa en otro material (por ejemplo, la maqueta de un teléfono celular hecha en cartón), sin el acabado ni la apariencia real.

La escala es el tamaño final de la maqueta respecto del original, y se dice que un modelo está reducido o amplificado un número X de veces respecto de su tamaño real. Por ejemplo 1:100 (1 es a 100), 1:50 (1 es a 50) implican que una unidad métrica en la maqueta equivale a 100 o 50 unidades, respectivamente, en el objeto real. La escala que se elija depende de diferentes aspectos, entre ellos el aspecto funcional (a que va dirigida, para la que se utilizará).

El maquetista, a diferencia del modelista, adquiere en el comercio un kit de armado y antes de su ejecución se provee de fotografías, historia, planos y variantes de colores y esquemas.

Posteriormente, y ya definida la versión a construir, comienza el armado, usando pegamentos, pinturas, aerógrafos, masillas de relleno, pigmentos, pinzas, alicates, plasticard, alambres, latones para dar la mayor sensación de realismo al modelo.

Los materiales del kit pueden variar desde el plástico, resina a madera o metal o combinación de estos elementos.

La esencia del maquetismo es brindar una sensación visual de realismo a escala de la maqueta o modelo construido.

El maquetista intentará además reproducir el intemperizado (weathering), simulando el paso del tiempo tal cual le ocurriría a un modelo tamaño real, usando filtros de pigmentos muy diluidos en solventes de rápida evaporación.

En general se siguen estos pasos para lograr un modelo a escala estático:

A los modelos estáticos se les pueden agregar partes "hechas a mano" para aumentar, mejorar o corregir sus detalles; a esta técnica de agregar partes fabricadas manualmente se le conoce como "scratch".

Si se desea reproducir la maqueta en su ambiente natural, entonces se habla de Diorama.

Puede que la maqueta sea muy importante para explicar trabajos de ciudades, de máquinas y de muchas cosas.

El maquetista, así como el modelista, ha de poseer las siguientes características:




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