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Mollete



El mollete es un alimento elaborado a base de pan que se puede encontrar en diversas formas según el lugar donde se elabora. Se puede encontrar en países hispanoamericanos, como México, Argentina, Bolivia, Guatemala y Cuba. En algunos sitios, es una especie de tostada. España (concretamente en Andalucía y Extremadura).

En España se llama mollete a una pieza de pan de miga blanda de posible origen en los panes ácimos utilizados antiguamente para la misa, y de origen hebreo. Es el protagonista, junto con el aceite de oliva, del típico desayuno andaluz (mollete o rebanada de pan con aceite de oliva, sal y, en ocasiones, tomate o ajo).

Los hay de diversos tipos: enharinados por fuera, al estilo más antiguo, siendo el más famoso el de Antequera (que está tramitando su Indicación Geográfica Protegida[1]​), desde donde se exporta incluso al extranjero, aunque también se elabora en otras localidades cercanas como Archidona en la provincia de Málaga, Marchena, Osuna o Écija en la de Sevilla, y Puerto Serrano, Espera o Algodonales en la de Cádiz (donde está la variante "ablandao" en Bornos[2]​). Es típico su uso en el desayuno empapados en aceite o untados con mantequilla o los también típicos chicharrones, manteca colorá, asientos o zurrapas de lomo.

Al ser un alimento hecho con harina refinada, tiene un índice glucémico alto, por lo que su consumo ayuda a ganar peso y no es recomendable que sea consumido por celíacos.

Los molletes son un platillo con base de bolillo tostado y varios ingredientes salados. Se preparan haciendo un corte longitudinal a un bolillo, tomando cada mitad y poniéndola en el comal o en el horno para calentarlo y tostarlo. Se le unta frijoles refritos, se le coloca una rebanada de queso, y se deja en el comal hasta que el queso gratine, o bien, se introduce al horno. En ciertos restaurantes, adicionalmente, se lo sirve con tocino, jamón, salchicha, chorizo o pico de gallo.

Se come en las mañanas o como desayuno. Es particularmente un platillo de la ciudad de México.

En el estado de Querétaro, también son preparados con mantequilla y azúcar, siendo dicho platillo, por su elaboración, preferido en desayunos, al combinarse con leche o atole, y son llamados molletes con mantequilla.

En el estado de Sonora, en México, también se les agrega carne deshebrada con chile, y son llamados molletes con carne. Es un desayuno muy común en los comedores de las escuelas y restaurantes de comida rápida casera.

En la Comarca Lagunera se acostumbra servirlos con un guiso de los que se preparan para rellenar las gorditas, que pueden ser papas en salsa verde, papas en salsa roja, huevo con chile, rajas, milanesa, chicharrón prensado, asado verde y rojo, carne deshebrada, chorizo, barbacoa, o bien, al natural (frijoles y queso gratinado).

En la Ciudad de México existe otra variación, en la cual a los molletes se les pone encima chilaquiles, que pueden ser de salsa roja o de salsa verde, llamados comúnmente tecolotes.

No tan común pero se ha visto en la Norteña Ciudad de Monterrey se les agrega carne asada y puede ser un platillo que se disfrute al momento de una velada con los amigos en una tradicional carne asada.

Los molletes en Bolivia, especialmente los de la provincia de Vallegrande, son un tipo de pan hecho a base de harina de trigo integral, huevo, queso y mucha manteca de cerdo. Son típicos de la región de los valles, en el departamento de Santa Cruz.

Existe un lugar llamado Melena del Sur, en el cual los habitantes tienen por costumbre la elaboración de un plato al que llaman mollete melenero, y que consiste en un pedazo de pan al cual se le abre un orificio por uno de sus extremos y es rebozado con carne; después se tapa y se envuelve en huevo batido; posteriormente, se pone a calentar un recipiente con abundante grasa y se fríe en esta hasta que logre una cocción agradable.

En Totonicapán, población con gran tradición panadera, se elaboran para Semana Santa los famosos panes de yemas de huevo. Esta tradición data desde la época colonial, en la que los panaderos producían grandes piezas de pan para abastecer al pueblo durante los días santos, en los que no trabajaban. Dentro de la gran variedad de tortas «grandes», existen los molletes, que son piezas de pan dulce cubiertas en la parte superior con harina tamizada, simulando un volcán nevado.

En Copán, en el occidente de Honduras, se prepara un postre dulce de pan de yema muy similar a las torrijas de la Zona Central, pero con relleno, compuesto por el interior del mismo pan, el cual se extrae para mezclarlo con especias dulces como clavo de olor y canela. Los panes se rellenan y se envuelven en huevo batido, para después freírlos y, luego de pasarlos por agua caliente (para eliminar la grasa), se cocinan un poco más, sumergidos en miel de dulce de panela o dulce de rapadura, que no es más que el producto solidificado de la caña de azúcar en su menos refinada forma.

En la aldea de La Empalizada, en el oriental departamento de Olancho, se prepara un mollete que consiste en una especie de bizcocho alargado, con un baño de azúcar y un relleno dulce.

En el norte de Perú, en la región de Cajamarca, el mollete es un pan dulce, de harina, huevos, miel de chancaca (o miel de caña), y levadura, más como un bizcocho, que tiene especias como canela y clavo de olor. Se prepara en familia, previo a la festividad de Todos los Santos (1 de noviembre). A los bizcochos se les da formas de muñecas para las niñas o de caballos para los niños, y se les obsequia a ellos para que jueguen y coman. Generalmente, este pan se prepara en familia, en hornos artesanales; una bella costumbre en la región de Cajamarca que se va dejando poco a poco y ha derivado en versiones más comerciales en esta región.



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