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Monasterio de San Jerónimo de Cotalba



El Real Monasterio de San Jerónimo de Cotalba (en valenciano Sant Jeroni de Cotalba) es un edificio conventual fundado en el año 1388 y construido entre los siglos XIV y XVIII que está localizado en el término municipal de Alfahuir (Valencia) España, a 8 km de Gandía.

El monasterio se levanta sobre el Tossalet de Cotalba en el término de Alfahuir. Se trata de una de las construcciones monásticas más notables de la Comunidad Valenciana, hecho que se ve acentuado por la gran diversidad estilística de su conjunto que, arrancando de una primitiva estructura gótica medieval se desarrolla fundamentalmente desde el siglo XIV al XVIII y abarca cinco estilos diferenciados: mudéjar, gótico valenciano, renacimiento, barroco y neoclásico.

En 1388 el Alfonso de Aragón el Viejo, nieto de Jaime II y primo de Pedro IV el Ceremonioso, impulsa la construcción del monasterio, comprando el lugar de Cotalba a los musulmanes y donando este terreno a la comunidad jerónima de Jávea para que se trasladen allí, evitando con ello las reiteradas incursiones de los piratas berberiscos en la costa valenciana ya supone un lugar mucho más seguro. A partir de entonces se inicia la consolidación y expansión de la famosa Orden de los Jerónimos convirtiéndose este monasterio en la Casa Madre, al ser la primera comunidad jerónima establecida en la antigua Corona de Aragón.

Respecto a la edificación del Monasterio, según las crónicas, fue Pere March, padre del conocido poeta valenciano Ausiàs March, como mayordomo del duque de Gandía, el encargado de organizar e idear la edificación del monasterio. La íntima relación de la familia March con este monasterio queda reflejada en la edificación de una capilla en la iglesia y el enterramiento de varios de sus miembros en ella. En este monasterio descansan también los restos de las dos esposas de Ausiàs March.

Otro importante personaje literario que también frecuentó el monasterio fue el escritor valenciano Joanot Martorell, ya que la primera mujer de Ausias March, Isabel Martorell, era hermana suya.

El monasterio se convertirá entonces en el centro espiritual y cultural de la corte del ducado de Gandía y de la comarca de La Safor. La predilección que su fundador, el duque Alfonso de Aragón el Viejo, siente por el monasterio se verá reflejada tanto por las continuas donaciones que realiza al monasterio como por el enterramiento de su esposa, Violante Diáz de Arenós (en 1411) y la de dos de sus hijos, Juan y Blanca, en el propio monasterio.

Más tarde, será su hijo Alfonso de Aragón el Joven el que continuará la construcción del monasterio, por ejemplo, con el levantamiento del campanario en el año 1412.

La leyenda popular cuenta que en el claustro gótico-mudéjar del monasterio que se encuentra junto a la iglesia, predicó San Vicente Ferrer.

En estudios recientes sobre la arquitectura del monasterio, se estima que el autor de la escalera de estilo gótico flamígero del claustro inferior, así como de las esculturas góticas del claustro superior, muy probablemente fue el propio taller de Pere Compte, arquitecto de la Lonja de Valencia.[1]

Posteriormente, en el siglo XVI, el monasterio tendrá la protección de la familia Borja, siendo la duquesa de Gandía, María Enríquez de Luna, viuda del duque Juan de Borja y Cattanei y nuera del papa Alejandro VI, la que realizara obras de ampliación en el monasterio, como el claustro superior de estilo gótico tardío o el aljibe medieval del Patio de los Naranjos. Más tarde, también san Francisco de Borja frecuentó el monasterio y su esposa, Leonor de Castro, dama y amiga íntima de la emperatriz Isabel de Portugal, pasó sus últimos días en él, recuperándose de sus dolencias, en donde fallecería el 27 de marzo de 1546.

En 1586, el rey Felipe II realiza una visita al monasterio junto a su heredero y su hija, la infanta Isabel Clara Eugenia, quedándose hospedados en él varios días. De nuevo, una visita real se produce con motivo de la boda real de Felipe III con la reina Margarita. Estas visitas dan testimonio de la predilección de la Casa de Austria por la orden jerónima. Con anterioridad también la Casa de Aragón favoreció a San Jerónimo de Cotalba, pues Martín el Humano y Fernando el Católico realizaron cuantiosas donaciones y exenciones al monasterio.

Mención especial merece la figura de fray Nicolás Borrás, pintor renacentista valenciano, que ingresó como monje en este monasterio. Es considerado como uno de los más prestigiosos pintores valencianos de su época, siendo discípulo y continuador de Juan de Juanes. Trabajando en el monasterio, se sintió atraído por la vida monástica e ingresó en él a los 45 años, donde un año después, en 1576, hizo testamento y profesó como monje. Pintó el retablo mayor del monasterio, concluido en 1579 y varios retablos menores junto con otras pinturas para distintas dependencias. Hoy en día todas las pinturas que fray Nicolás Borrás realizó para el monasterio se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Valencia donde se conservan en parte almacenadas debido a su tamaño. La única obra de Nicolás Borrás que aún hoy se conserva en el monasterio es La Santa Cena, una grisalla realizada al temple, que se encuentra en el antiguo refectorio del monasterio. Debido a las numerosas concesiones que el pintor realizó al monasterio, la comunidad acordó celebrar cincuenta misas todos los años por el alma de fray Nicolás Borrás y lo incluyó en la lista de benefactores del monasterio.

El escritor y eclesiástico Gaspar Juan Escolano en sus Décadas de la historia de la insigne y coronada ciudad y reyno de Valencia publicadas en 1610, investiga en la historia del monasterio que le genera una gran impresión: «de las delicadas y célebres pinturas que por todos sus claustros y paredes de los lugares más vistosos, ha dejado de su mano y pincel un hijo desta casa y reino, llamado Fray Nicolás Borrás, que murió en este año [...] su espíritu y excelencia en el arte de pintar vivirá para siempre en las lenguas de la fama».

La custodia del monasterio, realizada por fray Antonio Sancho de Benevento en el año 1548 corrió peor suerte. Fue considerada una de las mejores de España por los expertos y tardó siete años en acabarla, alcanzando un metro de altura. Su calidad y su técnica resultó comparable a la de las custodias de la Catedral de Toledo o la Catedral de Santiago de Compostela, siendo uno de los mejores ejemplos de orfebrería del Renacimiento español. Después de la Desamortización española la custodia pasó a la Colegiata de Santa María de Gandía. Fue expuesta en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. Desapareció durante el trascurso de la guerra civil española.[2]

Más tarde, en 1757, el padre Francisco del Castillo, monje del monasterio, escribe la Historia general de nuestro Real Monasterio de San Jerónimo de Gandía, de la cual existe una copia en el archivo de la Catedral de Valencia. Gracias a esta amplia y pormenorizada crónica conocemos buena parte de su historia hasta dicha fecha.

Debido a la desamortización de Mendizábal los monjes jerónimos se verán obligados a abandonar el monasterio, hecho que se produce el 6 de agosto de 1835. Sus obras de arte serán repartidas por diversos lugares y el monasterio será saqueado.[2]​ La familia Trénor lo adquiere en 1843, a la cual se le debe la buena conservación del mismo hasta nuestros días y la mejor aportación de la cual han sido los jardines de estilo romántico de la parte norte, que datan de principios del siglo XX. Están inspirados en el estilo de los jardines que el arquitecto paisajista francés Nicolás Forestier realizó en España.

Durante la Guerra Civil Española el monasterio fue convertido y utilizado como hospital militar. Debido a su uso sufrió importantes daños que durante la posguerra fueron restaurados por la familia propietaria.

Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 24 de mayo de 1994 mediante el decreto 93/1994 de la Generalidad Valenciana.[3]​ Desde el 26 de mayo de 2005 el Monasterio está abierto al público.[4][5]

El 21 de mayo de 2015, con motivo del 10.º aniversario de la apertura del monasterio al público, fue inaugurado oficialmente por las autoridades y abierto a las visitas el claustro superior[6]​ de factura gótica y el salón de armas. Actualmente es posible visitar la práctica totalidad del monasterio.

Por otra parte, el monasterio programa diversas actividades culturales y lúdicas, cuyo principal exponente es el ciclo de conciertos Música en Sant Jeroni que se inició en el año 2007 y que tiene lugar entre los meses de julio y agosto. Está dedicado principalmente a la música clásica y el jazz.[6]

Se pueden destacar dentro del edificio cuatro grupos constructivos con características homogéneas: la torre del homenaje o de las campanas, la iglesia, el claustro en sus dos plantas y las dependencias del monasterio propiamente dichas.

El monasterio forma parte de distintas rutas monumentales, culturales y religiosas. Son las siguientes:

Actualmente se puede visitar prácticamente la totalidad del monasterio. Las visitas comprenden el patio de entrada con la torre gótica, patio de los naranjos, claustro mudéjar, la iglesia con capilla barroca, antigua sala capitular, la almazara, silo, lagar, caballerizas, antigua cocina de los frailes, el refectorio, el claustro superior, el salón de armas, los jardines románticos y el acueducto gótico. Para realizar la visita es recomendable consultar los horarios actualizados de visitas en el portal del monasterio.



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