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Mozart y la escatología



Wolfgang Amadeus Mozart usó el humor escatológico en sus cartas y en unas pocas composiciones. Durante mucho tiempo, este material ha constituido un rompecabezas para los especialistas en Mozart. Algunos expertos ven en la recurrencia a la escatología un uso típico de la sociedad de la época, mientras que otros consideran que es el resultado de una «lista impresionante»[1]​ de rasgos psicológicos que Mozart poseía.

Una carta del 5 de noviembre de 1777 escrita por Wolfgang a su prima Maria Anna Thekla Mozart constituye un ejemplo del uso que Mozart hacía de la escatología. El original en alemán está en verso:

Lezt wünsch ich eine gute nacht
scheissen sie ins bett dass es kracht
schlafens gesund
reckens den arsch zum mund.[2]

Bueno, te deseo buenas noches,
pero primero cágate en la cama y hazla reventar.
Duerme profundamente, mi amor.
En la boca te meterás el culo.

El canon mozartiano Leck mich im Arsch, KV 231/382c, presenta esta letra: «Leck mich im A[rsch] g'schwindi, g'schwindi!», que podría traducirse como ‘¡Lámeme el culo rápido, rápido!’.

David Schroeder escribe:

Así, por ejemplo, cuando Margaret Thatcher supo de la escatología de Mozart durante una visita al teatro para ver la obra Amadeus de Peter Shaffer, el director Peter Hall relata:

Benjamin Simkin, un médico endocrino,[5]​ considera que treinta nueve de las cartas de Mozart contienen pasajes escatológicos. Casi toda esta correspondencia está dirigida a miembros de su familia, sobre todo a su padre Leopold, su madre Anna Maria, su hermana Nannerl y su prima Maria Anna Thekla Mozart. De acuerdo con Simkin, Leopold, Anna Maria y Nannerl también incluyeron humor escatológico en sus propias cartas.[6]​ Así le escribió Anna Maria a su marido el 26 de septiembre de 1777 (el original en alemán está en verso):

Adio ben mio, leb gesund
Reck den arsch zum mund.
Ich winsch ein guete nacht
Scheiss ins beth das Kracht.

Adio ben mio,[nota 1]​ sigue bien, mi amor.
En la boca tu culo meterás.
Te deseo buenas noches, querido mío,
pero primero cágate en la cama y hazla reventar.

Incluso el relativamente conservador Leopold usó una expresión escatológica en una carta.[7]

Como se ha dicho anteriormente, algunas de las cartas escatológicas de Mozart se dirigían a su prima (de la que probablemente se habría enamorado, como indica Solomon)[8]Maria Anna Thekla Mozart; éstas son denominadas a menudo las «cartas de la Bäsle», de la palabra alemana Bäsle, que significa ‘primita’. En estas cartas, escritas después de que Mozart hubiera pasado dos agradables semanas en casa de ella, en Augsburgo,[9]​ la escatología se combina con juegos de palabras y referencias sexuales.

En una de las cartas que Mozart escribió a su padre durante su estancia en Augsburgo le habla de un encuentro que Mozart y su prima tuvieron con un sacerdote llamado Padre Emilian:

Las composiciones escatológicas de Mozart tenían un carácter recreativo y eran mostradas entre sus amigos. Todas ellas son cánones, en los que cada voz entra con las mismas palabras y música un momento después de la voz previa.

En 1798, Constanze envió las últimas cartas de la Bäsle que escribió su marido a los editores Breitkopf & Härtel, que en ese momento estaba reuniendo material con vistas a preparar una biografía de Mozart.[11]​ En la carta de acompañamiento, Constanze escribió: «Aunque de dudoso gusto, las cartas a su prima están llenas de ingenio y merecen ser mencionadas, a pesar de que por supuesto no pueden ser publicadas en su totalidad».[12]

Schroeder (1999) sugiere que en el siglo XVIII la escatología era mucho más común y «dominante». El teatro popular en lengua alemana de la época de Mozart estaba influido por la comedia del arte italiana y resaltó al personaje Hanswurst, un personaje basto y robusto, que entretendría a su audiencia fingiendo comerse objetos grandes e inverosímiles (por ejemplo, un becerro entero), para defecarlos a continuación.[13]

Schroeder considera que podría haber un trasfondo político para la escatología en el teatro popular: sus espectadores vivían en un sistema de aristocracia hereditaria que los excluía de la participación política. La vulgaridad del teatro popular escatológico era un contrapunto a la refinada cultura impuesta desde las clases más altas.[14]​ Una de las propias cartas de Mozart describe a los aristrócratas en términos escatológicos; Mozart identificó a los aristócratas presentes en un concierto en Augsburgo (1777) como «la duquesa Palmada-culo, el conde Placer-meón, la princesa Apesto-a-caca y los dos príncipes Olla-panza de Cola-de-cerdo».[15]

El folklorista y antropólogo cultural Alan Dundes sugiere que el interés o la tolerancia de las cuestiones escatológicas es un rasgo específico de la cultura nacional germana, que ha perdurado hasta nuestros días:[16]

Dundes (1984) proporciona una amplia cobertura del humor escatológico de Mozart, pero también cita textos escatológicos de Martín Lutero, Johann Wolfgang von Goethe, Heinrich Heine y otras lumbreras de la cultura germana. Karhausen (1993) afirma que «la escatología era común en Centroeuropa», observando que, por ejemplo, Michael Haydn también escribió un canon escatológico.[18][nota 2]

Algunas de la frases usadas por Mozart en su material escatológico no fueron ideadas por él, sino que formaban parte del folklore y la cultura de entonces: Mieder (2003) señala que las cartas de la Bäsle implican «el intencional juego de Mozart con lo que, en su mayor parte, está preformulado en el habla popular».[19]​ Un ejemplo, ofrecido por Robert Spaethling, es el origen popular que tiene una expresión vista más arriba: «Gute Nacht, scheiss ins Bett dass' Kracht», que Spaethling considera como una «rima infantil que todavía hoy es corriente en la lengua alemana de áreas meridionales».[20]​ Asimismo, cuando Mozart cantó a Aloysia Weber las palabras «Leck mich das Mensch im Arsch, das mich nicht will» (‘La única que no me quiere puede lamer mi culo’) con ocasión de haber sido románticamente rechazado por ella, él estaba evidentemente cantando una melodía popular ya existente, no una canción de su propia composición.[21]

A principios del siglo XX, el escritor austriaco Stefan Zweig, que poseía una gran cantidad de manuscritos musicales, propuso que los materiales escatológicos de Mozart podrían ser interpretados como fruto de patologías psicológicas. La colección de manuscritos Zweig incluía las cartas de la Bäsle, que no habían sido publicadas en ese momento, así como las partituras autógrafas de los cánones mozartianos Difficile lectu y O du eselhafter Peierl.[22]​ Zweig envió copias de las cartas de la Bäsle al célebre psiquiatra Sigmund Freud con la siguiente sugerencia: «Estas nueve cartas [...] lanzan una luz psicológicamente muy sorprendente sobre su naturaleza erótica, que, más incluso [en Mozart] que en otros hombres importantes, tiene elementos de infantilismo y coprofilia. Éste podría ser un estudio muy interesante para uno de sus alumnos».[23]

Freud aparentemente declinó la propuesta de Zweig. Como señala Schroeder, psicobiógrafos posteriores tomaron las cartas como una evidencia de las tendencias psicopatológicas de Mozart.[24]

Algunos autores, en la década de 1990, interpretaron el material como prueba de que Mozart padecía el síndrome de Gilles de la Tourette (TS).[25]​ Simkin catalogó las cartas escatológicas y comparó la frecuencia de las mismas con vulgarismos similares de otros miembros de la familia Mozart, llegando a la conclusión de que los de Wolfgang eran mucho más frecuentes. Simkin combinó los materiales escatológicos con relatos biográficos de la época del propio Mozart que sugerían que experimentaba tics característicos del síndrome de la Tourette.[26]​ Su sugerencia fue recogida por periódicos de todo el mundo, causando una repercusión internacional, y algunas páginas web han seguido alimentando la especulación al respecto.[27]

A pesar de haber sido debatida con frecuencia, la hipótesis de que Mozart padeciera este síndrome ha sido considerada como endeble por la opinión mayoritaria en esta cuestión. En efecto, Kammer (2007) establece que la hipótesis ha sido criticada «inmediata y severamente».[1]​ El comentario crítico afirma que han existido tanto un fallo en el diagnóstico como errores de los especialistas en Mozart.[28]​ Kammer concluyó que «el síndrome de Tourette es un diagnóstico ingenioso pero implausible en el historial médico de Mozart». Señaló que no existían evidencias de que padeciese tics motores y la sugerencia de que tics vocales involuntarios se transfirieran a la forma escrita ha sido calificado de «problemática».[1]​ El neurólogo y escritor Oliver Sacks escribió un editorial rechazando la afirmación de Simkin,[29]​ y la Tourette Syndrome Association resaltó la naturaleza especulativa de esta información.[27]​ Ningún experto en este síndrome u organización ha manifestado que exista una evidencia creíble como para saber a ciencia cierta que Mozart padeciera ese trastorno.[30]​ Un especialista en el síndrome señaló que «aunque muchas páginas web incluyen a Mozart como individuo que tuvo el [síndrome de] Tourette y/o TOC, no está claro por las descripciones de su comportamiento que él realmente tuviera alguno».[31]

La recopilación elaborada por Benjamin Simkin recoge un total de cuarenta cartas con contenido escatológico que Mozart escribió a las siguientes personas:

Los cánones escatológicos de Mozart fueron publicados después de su muerte con versiones censuradas de la letra; por ejemplo, el verso «Leck mir den Arsch fein rein» (‘Lámeme el culo bonito y limpio’) se convirtió en «Nichts labt mich mehr als Wein» (‘Nada me agrada más que el vino’). En algunos casos, solo se preservó la primera línea de la letra original escatológica. En la siguiente lista se recogen las composiciones escatológicas de Mozart, ordenadas por su número en el catálogo Köchel:



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