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Mujeres guerreras en la literatura y en la cultura



La forma en que son descritas las mujeres guerreras en la literatura y la cultura popular es un tema de estudio en historia, estudios literarios, estudios de películas, folclore y mitología, estudios de género, y estudios culturales.

El estereotipo de la mujer guerrera se inspira en la mitología griega revisando el mito de las amazonas. Se caracteriza en términos generales por una mujer con personalidad fuerte e independiente, decidida a conseguir sus objetivos situándose en el extremo opuesto de los roles que la discriminación de género ha asignado a las mujeres dentro del modelo social tradicional del patriarcado. La guerrera lucha en guerras o realiza duros trabajos. Sus acciones suelen ocurrir en universos de fantasía heroica o de recreación histórica medieval épica en los que se aprecian sus dotes físicas.

El estereotipo se popularizó en la ficción de los años 70 acompañando la explosión del movimiento feminista en la civilización occidental. La imagen de la guerrera es una representación arquetípica de un personaje femenino, a menudo de sangre real, con un carácter fuerte y valiente; cualidades que, según la concepción común, pertenecen típicamente al género masculino, lo que sitúa a la mujer guerrera al mismo nivel que los hombres más valientes. Es la representación antitética de la damisela en apuros.

La figura arquetípica de la mujer guerrera es un ejemplo de un evento normal que ocurre en algunas culturas, a la vez que un contraestereotipo, que se opone a la construcción normal de la guerra, la violencia y la agresión como algo masculino.[1]: 269 Esta posición que desafía las convenciones hace que la mujer guerrera sea un lugar destacado de investigación para los discursos que rodean el poder femenino y los roles de género en la sociedad.

En la mitología Hindú, Chitrāngadā, la mujer de Arjuna, era la comandante de los ejércitos de su padre.

Las Amazonas eran una tribu de mujeres guerreras en las leyendas griegas. "La amazona" se ha convertido en un epónimo para mujeres guerreras y atletas.

En la mitología británica, la Reina Cordelia luchó contra varios contendientes por su trono dirigiendo personalmente al ejército en sus batallas.

En su Mulierum virtutes (Sobre la valentía de las mujeres), el historiador grecorromano Plutarco describe cómo las mujeres de Argos lucharon en contra del Rey Cleómenes y los espartanos bajo la orden de Telesila en el siglo quinto a. de C.[2][3]

Relatos sobre mujeres guerreras aparecen en el Ramayana (aprox. 500 a.C) y en el Mahabharata (aprox. 400 a. de C.). En la mitología hindú, Chitrāngadā, esposa de Arjuna, era la comandante de los ejércitos de su padre. Satyabhama era una esposa guerrera de Krisná que lideró un ejército contra Narakasura; era arquera y experta en tácticas militares. Shikhandini era una princesa que aprendió "arquería, artes marciales, técnicas de guerra" y luchó para vengarse a sí misma por errores pasados en otra vida; eventualmente se convierte en hombre (a través de una intervención sobrenatural). Kaikeyi era la esposa de un rey que conducía su carruaje a la batalla y que salvó su vida.[4]

Otros ejemplos de mujeres guerreras en la India pueden verse en la escultura.

India, Templo de Bala Krishna en Hampi. Mujer con arco, un asistente le está sacando una espina del pie. Comienzos del s. XVI, d. de C.

Srirangam, India. Escultura de mujer guerrera del periodo Vijayanagar period, s. XVI, sala Sesha Mandapa del Templo de Sri Ranganathaswamy.

Escultura de mujer guerrera del periodo Vijayanagar, s. XVI, sala Sesha Mandapa del Templo Sri Ranganathaswamy.

India. Una mujer guerrera se sacrifica, cortándose la garganta.

Hind bint 'Utbah fue una mujer árabe de finales del siglo VI y principios del VII que se convirtió al islam. Participó en la batalla de Yarmuk en el año 636, luchando contra los romanos y animando a los soldados varones a que se le unieran.[5]

Khawlah bint al-Azwar fue una destacada guerrera musulmana del siglo VII que comandó batallas en las actuales Siria, Jordania y Palestina.[6]

Ghazala la jariyí también fue comandante en batalla, haciendo huir a famosos generales como al-Hayyach. Su valor ha sido ensalzado en poemas.

Juana de Arco fue una joven campesina del siglo XV considerada una heroína en Francia por su papel en la Guerra de los Cien Años. Juana de Arco afirmó que tenía una conexión con los santos Catalina, Margarita y el arcángel Miguel y que éstos se comunicaron con ella para decirle que se uniera al esfuerzo bélico de los franceses en 1429. Su esfuerzo en la batalla de Orleans en mayo de 1429 contribuyó a la retirada de los ingleses de la ciudad.[7]​Posteriormente fue canonizada como santa católica. En la cultura popular moderna, Juana de Arco ha sido representada muchas veces, entre otras en La Pasión de Juana de Arco (1928), una película muda histórica del director danés Carl Th. Dreyer. La película describe el juicio real de Juana de Arco hasta su ejecución en la hoguera.

Las mujeres guerreras tienen una larga historia en la ficción, donde a menudo tienen funciones más grandes que sus inspiraciones históricas. Entre ellas se encuentran "Gordafarid" (en persa: گردآفريد) en el poema antiguo épico persa El Shāhnāmeh, Delhemma en la literatura épica árabe, Mulán, y Camila en la Eneida, que fue probablemente el modelo para un grupo de mujeres guerreras presentes en las epopeyas del Renacimiento: Belphoebe y Britomartis en La Reina Hada de Edmund Spenser, Bradamante y Marfisa en Orlando Furioso, Clorinda y (a regañadientes) Erminia en Jerusalén liberada. Hay también un debate sobre si la madre de Grendel del poema británico altomedieval Beowulf era un monstruo o una mujer guerrera. Varias otras mujeres guerreras han aparecido en la literatura clásica.

En una leyenda china descrita por Gan Bao, una chica llamada Li Ji mata a una serpiente que había devorado a muchas doncellas de su pueblo (李寄斩蛇; Li Ji mata la Serpiente Gigante).[8][9][10][11][12]

La narrativa de la mujer guerrera incluye a veces el motivo de travestirse o disfrazarse de hombre o de soldado varón. Estas historias pertenecen al ciclo de La Doncella Guerrera.[13]​Un ejemplo popular es la legendaria heroína Hua Mulan de la historia china. Los primeros registros de Mulan se remontan a la época de las Dinastías del Norte y del Sur de China (siglos IV a VI d.C.).[14]​ En la balada, Mulan se disfraza de hombre y ocupa el lugar de su padre en la guerra para protegerlo. Desde que se escribió por primera vez, la historia original ha sido contada muchas veces por diferentes autores.[15]​Hua Mulan se popularizó aún más, especialmente en los Estados Unidos, gracias al largometraje Mulan, de Disney, de 1998.[16]

En muchos casos, la doncella disfrazada entra al servicio de un rey y descubre la infidelidad de la reina. La reina es castigada y el rey se casa con la doncella guerrera.[17]​ Un ejemplo es A afilhada de São Pedro ("La ahijada de San Pedro"), un cuento popular portugués recopilado por Consiglieri Pedroso.[18]​ Estos cuentos están clasificados en el índice Aarne-Thompson-Uther como ATU 513, "Los compañeros extraordinarios" y subtipos, y ATU 514, "El cambio de sexo".[19]

Otros cuentos de hadas incluyen:

La mujer guerrera forma parte de una larga tradición en muchas culturas diferentes, incluidas las películas de artes marciales chinas y japonesas, pero su alcance y atractivo para el público occidental es posiblemente mucho más reciente, coincidiendo con el gran aumento del número de superheroínas en los medios de comunicación estadounidenses desde 1990.[24]: 136 [25]: 25  Las películas han llevado a mujeres guerreras a la gran pantalla, como por ejemplo en Rey Arturo (película de 2004), en la que Keira Knightly interpreta a la heroína Ginebra, originalmente la esposa del Rey Arturo. En esta versión, Ginebra es representada como una guerrera de igual fuerza que sus homólogos masculinos.[26]

Las mujeres guerreras también han aparecido frecuentemente en los últimos años, en parte debido a la popularidad de los cómics y las franquicias inspiradas en ellas, en particular las películas de Marvel Studios y las del DC Extended Universe. Personajes como la Capitana Marvel, la Avispa, la Viuda Negra y, más recientemente, Jane Foster, una iteración femenina del héroe Thor, fueron originalmente superheroínas en populares series de cómics.[27]​ Desde entonces, estas heroínas han sido representadas en películas dirigidas por Marvel Studios y forman parte del Universo Cinematográfico Marvel.

El estereotipo de la "mujer masculina que actúa como un hombre" dentro de la cultura popular se ha ampliado activamente a partir de la década de 1970, debido en parte al desarrollo del movimiento feminista en todo occidente:[28]​ la típica protagonista femenina que era una damisela pasiva e indefensa en apuros comenzó a declinar, asimilándose fuertemente a la idea de la necesidad de que se defienda como un hombre.

El estereotipo contemporáneo presenta a una mujer excepcional e independiente, que se esfuerza por alcanzar sus objetivos por sí sola, situándose así en la antítesis de los típicos roles creados dentro del modelo social patriarcal tradicional. Esta imagen también reverbera y puede utilizarse fácilmente en las obras artísticas del mundo moderno, siendo un ejemplo cinematográfico el subgénero de las chicas pistoleras.[29]

A diferencia de otras imágenes de mujeres fuertes, como la femme fatale o la marimacho, la imagen de la doncella guerrera sigue existiendo en las obras de creación masculina, sin perder nada de su feminidad esencial. Además, la cultura de masas parece haber perdido por completo el ideal del amor cortesano medieval de la princesa que necesita ser salvada.

Así, mujeres guerreras han sido adoptadas como símbolo de empoderamiento feminista, enfatizando la agencia de las mujeres y su capacidad para el poder, en cambio del patrón común del victimismo femenino, representado en la idea de la "damisela en apuros".[30]: 269 Académicos como Sherrie Inness en su libro Tough Girls: Women Warriors and Wonder Women in Popular Culture o Frances Early y Kathleen Kennedy en su libro Athena’s Daughters: Television’s New Women Warriors, por ejemplo, se centran en figuras como Xena, de la serie televisiva Xena: la princesa guerrera o Buffy Summers de Buffy the Vampire Slayer (quién ha inspirado el campo académico de estudios sobre Buffy), como ejemplos de esta idea.[31][32]

Aunque existe una distinción entre la agresión positiva y la violencia, representaciones ficticias de la violencia femenina como las de la película Kill Bill siguen teniendo el poder de funcionar positivamente, equipando a las mujeres para situaciones de la vida real que requieren una agresión externa..[33]: 108, 237  Más allá del nivel individual, las representaciones ficticias de violencia a manos de mujeres pueden ser una herramienta política para llamar la atención sobre problemas de violencia en el mundo real, como la violencia actual contra las mujeres indígenas.[34]​Otros autores y autoras afirman que la idea de una heroína violenta socava la ética feminista contra la violencia masculina, incluso cuando se postula como en defensa de las mujeres, por ejemplo en películas como Hard Candy.[35]: 269 La película de 2020 Promising Young Woman también explora la idea de una mujer guerrera que lucha contra la desigualdad sexual mortal, utilizando violencia pasiva o activa con el fin de restaurar algún sentido de justicia en un mundo sesgado hacia la simpatía por hombres sexualmente violentos. A menudo, la violencia es solo implícita, o corresponde solo a amenazas, y existe en yuxtaposición a la paleta de colores pastel de la fotografía de la película y a su estética estereotípicamente femenina.

Garner, Jack. "Strong women can be heroes, too." Democrat and Chronicle. 15 June 2001.



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