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Navalvillar de Pela



Navalvillar de Pela es un municipio español, perteneciente a la provincia de Badajoz (comunidad autónoma de Extremadura) y mancomunalmente a Vegas Altas.

Su término municipal integra dos pedanías, Obando y Vegas Altas.

La población se encuentra al noreste de la provincia de Badajoz. Se la considera la puerta de entrada a la comarca de La Siberia, pero no forma parte de ella. Está situada al abrigo de la Sierra de Pela, la cual le da nombre. Pertenece al Partido judicial de Villanueva de la Serena. Posee una población que ronda los 5.000 habitantes.

En el ámbito comarcal, la localidad es conocida familiarmente como Pela, y sus naturales como "peleños".

Navalvillar de Pela, en su emplazamiento actual y con esta denominación, nace en 1418 cuando un grupo de vecinos pide permiso al Ayuntamiento de Trujillo para deslindar y amojonar el término. Pero el hecho fundacional de la población en el siglo XV no se debe entender como algo absoluto. Con anterioridad, estos parajes contaban con ocupación humana que iría variando con el paso de los tiempos.

El poblamiento de estas sierras, desde tiempos prehistóricos, está atestiguado por la presencia de pinturas rupestres esquemáticas en la zona, como las de las cuevas del "Hoyo de Pela".

En la Edad Antigua, el término municipal pertenecía a los dominios de los vettones, pueblo ibérico prerromano. Los legados de este pueblo son representaciones en bronce de exvotos animales y humanas a caballo. En su término municipal, en el Cerro de Cogolludo, junto al río Guadiana, se encuentra la ciudad antigua de Lacimurga, asentamiento romano sobre un poblado íbero. Debió de ejercer como centro urbano principal con una fuerte influencia sobre un entorno rural en sus alrededores, donde se localizan numerosos restos.

En sus cercanías también floreció el asentamiento romano de Lacipea, habiéndose encontrado también en sus alrededores, en otro tiempo, los núcleos de Villavieja y San Isidro, este último perteneciente al monasterio de Guadalupe.

Como otras del entorno, en los tiempos pasados la población perteneció jurisdiccionalmente al municipio de Trujillo, y en lo religioso, a la Diócesis de Plasencia, en cuyo seno continúa. En 1594[1]​ formaba parte de la Tierra de Trujillo en la Provincia de Trujillo.

Viejas tradiciones hablan de la existencia en las sierras cercanas de fortificaciones templarias, de las que sin embargo, ningún resto se conoce en la actualidad, tratando otras de conectar con la localidad la figura, muerte y enterramiento del rey Pedro I de Castilla, llamado "El Cruel", en leyenda que también se repite en otros lugares del entorno.

Navalvillar de Pela fue siempre pueblo de realengo (exceptuando unos años alrededor de 1630 en que pasó a ser señorío de don Juan de Orellana, situación a la que pusieron fin los propios vecinos comprándose a ellos mismos con el dinero que reunieron y así volvieron a ser pueblo de realengo, no dependiendo de ningún señor), lo que quiere decir que siempre pagó sus tributos directamente al rey. Esto es uno de los caracteres más importantes de la historia peleña, pues debido a ello nunca hubo grandes señores en la localidad y por ende no dejaron castillos ni grandes palacios como herencia.

Grandes sucesos ocurrieron también durante el siglo XIX, como en la Guerra de la Independencia o las Guerras Carlistas. En estas últimas los detractores de Isabel II quisieron entrar en Pela tocando a degüello, al parecer porque allí habían perdido uno de sus cargamentos. Sin embargo, gracias al por aquel entonces alcalde, Moreno Nogales, que colocó su bastón en un puente como símbolo del atropello que se iba a cometer, finalmente no lo hicieron. Curiosamente algunos años después los vecinos compraron todas las rañas (casi el doble del término que poseían) con un dinero que no se sabe de donde salió.

Con la entrada del siglo XX la localidad sufre los avatares de la época: roturación de nuevas tierras, plantación de olivares... El caciquismo, muy asentado en Extremadura por estas fechas, no afectó tanto a Navalvillar de Pela debido a la colectividad de la propiedad y la ausencia de grandes propietarios autóctonos.

Navalvillar de Pela en la Guerra Civil: Desde el principio de nuestra cruel contienda la provincia de Badajoz quedó controlada por los republicanos y la de Cáceres por los franquistas. Navalvillar de Pela cobra importancia por ser fronteriza y pasa a formar parte de la Bolsa Republicana de la Serena. Es en los primeros meses de guerra cuando fueron quemados los santos de la parroquia y algunos archivos de ayuntamiento. En el pueblo siempre convivieron personas de los dos bandos pero no fue hasta el 21 de julio de 1938 cuando finalmente los franquistas entraron en la localidad desde Madrigalejo. Un grupo de republicanos se ve obligado a huir a la sierra donde permaneció hasta después del fin de la guerra.

Ermita de San Antón: Antigua iglesia parroquial de la localidad construida hacia la primera mitad del siglo XVIII. Contaba con cúpula, nave central y campanario, estos dos últimos derruidos en los años ochenta por estar en ruinas. Tras décadas de desuso fue convertida en ermita del santo más querido de esta bella localidad, San Antón Abad. Cuenta con dos hermosos retablos y otras dos bóvedas, una de las cuales, la mayor, posee restos de pinturas neoclasicistas.

Ermita de la Virgen de la Caridad: templo construido en el siglo XVI, que alberga la talla de la patrona peleña. Posee un retablo restaurado recientemente.

Parque Periurbano de conservación y ocio "Dehesa de Moheda Alta": Zona habilitada para el ocio y el turismo ornitológico. La Dehesa de Moheda Alta, lugar donde también se realiza la romería del Lunes de Pascuas, es uno de los lugares de todo el país donde más grullas se concentran en invierno debido a las aptas condiciones que reúne: alimento, descanso, espacio... Además se encuentran muy cerca zonas pantanosas y de embalses donde a las grullas les gusta dormir. El parque contiene bungalós, restaurante, merenderos, servicios, un centro de interpretación, etc.

Ruinas de la ciudad romana de Lacimurga: Se encuentra situada en el paraje llamado cogolludo, zona muy conocida por la pesca del black bass y al que acude gente de todas latitudes. La ciudad fue un asentamiento muy importante y merece ser visitada por sus baños romanos y demás restos, pero también por el entorno, rodeado casi por todos lados por el río Guadiana y con de vistas inigualables.

Paraje natural "El Chorrero": Enclavado en pleno centro de la Sierra de Pela, en el valle de su mismo nombre, es un antiguo lavadero del siglo XVII poseedor de un manantial del que mucha gente recoge su agua. La zona se encuentra habilitada con merenderos y barbacoas así como con senderos mediante los cuales se puede subir a zonas con bonitas vistas.

Monte Sierra del Bravo: Es un parque protegido y adaptado con merenderos y un refugio forestal y también consta con senderos y con un mirador desde el cual se divisa la comarca de la Siberia y parte de la Serena.

La Sierra de Pela está catalogada como Zona Especial de Protección de Aves.

Iglesia parroquial de Santa Catalina de Alejandría, en la Diócesis de Plasencia.[2]​ Se terminó de construir en el año 1986 y sustituye a la antigua iglesia que se derrumbó en gran parte, denominándose la parte que permanece en pie, Ermita de San Antón. La nueva iglesia se construyó por iniciativa directa del párroco Juan José Gallego Palomero, que fue el promotor que animó a los feligreses , recibiendo el apoyo generalizado de la población. El arquitecto redactor del proyecto y director de la obra fue el peleño Miguel Masa Parralejo. Se trata de una obra de grandes dimensiones con una sola nave, sin pilares interiores, con entrada lateral al frente , altura creciente hacia el altar e iluminación lateral por vidrieras. Se remata con un altar de altura creciente donde se sitúan el baptisterio, el coro , la mesa del altar y la sede. Su superficie supera los 1000 m². Se construyó en gran parte gracias a la aportación económica de los feligreses.

La Encamisá o Carrera de San Antón: Navalvillar de Pela es conocida en Extremadura por su famosa Encamisá, llamada también Carrera de San Antón, se celebra cada 16 de enero, víspera de San Antón.

Según la memoria popular, La Encamisá conmemora la histórica salvación de los peleños frente a los moros cuando éstos intentaron invadir el pueblo. Ésta se logró a base de encender hogueras y, con camisas blancas y carreras de sus caballos, lograron confundir a los invasores, que huyeron creyendo que los naturales del pueblo eran más grandes que ellos. A San Antón se dedicó la salvación.

La fiesta tiene, entre otros protagonistas, al jinete, con la camisa blanca, pañuelo multicolor al cuello y otro que le cubre la cabeza, terminado en pico a semejanza de un casco de combate, y al caballo que porta la famosa manta de madroños. Entre hogueras encendidas, los jinetes inician la carrera a las 8 de la tarde del día 16 de enero, vísperas de San Antón, al son del tamborilero que recorre las calles de Pela por tres veces, junto al abanderado, la Cofradía y la Corporación.

La fiesta dura lo que tardan el Tambor y la Bandera en completar 3 vueltas al recorrido, y todos los participantes son obsequiados con la degustación de vino de pitarra y sus biñuelos.

Lunes de Pascua: Más conocido como "Las Pascuas". Es la tradicional romería de Navalvillar de Pela. En ella todos los peleños, se dirigen hacia la finca de Moheda Alta, ya sea a lomos de sus caballos, en carruajes o en remolques adornados debidamente con globos y ramajes. Una vez allí, esperan infinidad de puestos y atracciones, además de la ya tradicional "pachanga de julito", con su mítica frase: "Esto es una ruina" o la de " Somos como una ONG, perdemos dinero pero ganamos amistades". Durante todo el día y en torno a las encinas, los grupos sacan sus mesas en las que se pueden encontrar exquisitos manjares como la tortilla de patatas, los embutidos, el vino de pitarra, la masmarria...y dulces típicos como las roscas de viento y las mangas gitanas. Todo aquel que visite esta romería no se sentirá forastero.

Feria y Fiestas de Agosto: Se celebran en honor a la Virgen de la Caridad del 14 al 17 de este mes (agosto). En ellas vuelven todos los forasteros y se puede disfrutar de un gran ambiente festivo, fuegos artificiales, conciertos musicales, capeas y vaquillas y la tradicional corrida de rejones, además de muchos actos religiosos en honor a nuestra señora, como el Rosario de la Aurora, que se celebra de madrugada, la bajada, las novenas...




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