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Neomonachus tropicalis



La foca monje del Caribe o foca fraile caribeña (Neomonachus tropicalis) es una especie extinta de mamífero pinnípedo de la familia de los fócidos. Propia del mar Caribe, probablemente se extinguió en el siglo XX. Era la única foca que habitaba en aguas netamente tropicales, y el único pinnípedo del mar Caribe.

Habitaba en zonas costeras, desde la Florida y Puerto Rico hasta el norte de Sudamérica (Colombia y Venezuela), pasando por las Antillas Mayores (Cuba, Haití, Jamaica, República Dominicana), las Antillas Menores (Barbados, Dominica, Antigua y Barbuda), y toda la costa de Centroamérica.

Los relatos de avistamientos ocurren habitualmente, pero varios intentos de encontrar al animal no dieron resultado. Su extinción fue declarada en el 1994 por la UICN,[4]​ mientras la CITES aún la considera «posiblemente extinta».[cita requerida]

La foca monje del Caribe medía entre 2.20 y 2.40 metros de longitud y pesaba unos 130 kg. Su pelaje era castaño en todo el cuerpo menos en la barriga que era blanco amarillento.

Las crías nacían totalmente negras. Las hembras tenían cuatro glándulas mamarias, en vez de dos como el resto de focas. Los hábitos de reproducción de esta especie son desconocidos, lo único que se sabe es que daban a luz a una cría en torno al mes de diciembre.

Estos animales se alimentaban de peces, cefalópodos y crustáceos y eran muy activos, sobre todo desde el amanecer al crepúsculo. Sus únicos depredadores eran los tiburones caribeños y, más tarde, el hombre.

El primer contacto de los europeos con la foca monje del Caribe fue a través de Cristóbal Colón en 1493, que describió a los animales como lobos de mar y notó el interés económico de la especie.

Colón escribió sobre estos animales, «Durante mi segundo viaje a la isla de Santo Domingo, descubrí a un maravilloso tipo de focas, tienen cuatro ubres, son medianas, tímidas, y al parecer tiene buena piel, que serviría para hacer abrigos, esta isla está llena de encantos».[cita requerida]

Con la llegada de colonos, la foca monje comenzó a ser cazada por su piel, su grasa y también como alimento. Más tarde se generalizó la idea de que esta foca era una amenaza para la conservación de los bancos de peces y se inició una campaña semiorganizada para exterminarla.[cita requerida] Este animal era tan dócil hacia los humanos, que éstos la cazaban con mucha facilidad. Los últimos registros fiables de una pequeña colonia datan de 1952, en la Isla Serranilla (Colombia).

Aun cuando se considera a la foca totalmente extinta, hay personas que dicen haberla visto. Los avistamientos no confirmados son comunes en Haití y Jamaica, pero varias expediciones no encuentran al animal. Es posible que el animal aún exista, pero no se tienen registros en otras partes de su antigua área de distribución. El 22 de abril de 2009, el canal History Channel transmitió en MonsterQuest una criatura no identificada filmada en Florida, la cual podría ser este extinto animal. No hay pruebas concluyentes con el apoyo de esta información y se dice que pudo ser un animal parecido a la foca y común en la zona, el manatí antillano (Trichechus manatus).



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