El Ducado de Curlandia fue el menor de los países europeos que tuvo colonias en América. La colonización curlandesa de América consistió en la creación de una colonia en Tobago, Nueva Curlandia, entre 1654 y 1659 y de nuevo entre 1660 y 1689. Curlandia se estableció como un ducado en 1561, vasallo feudal de la Confederación Polaco-Lituana, en la actual Letonia. Tenía una población de sólo 200.000 habitantes.
Bajo el duque Jacob Kettler, el ducado llegó a su máxima prosperidad. Durante sus viajes por Europa Occidental, Jacob se convirtió en un ferviente seguidor de las ideas mercantilistas. El trabajo en metal y la construcción de buques se desarrollaron. Se establecieron relaciones comerciales no sólo con países vecinos, sino también con Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, Portugal y otros. Kettler estableció una de las mayores flotas mercantes de Europa, con sus principales puertos en Windau (actualmente Ventspils) y Libau (actualmente Liepāja).
Los barcos del ducado ya realizaban viajes comerciales a las Indias Occidentales desde 1637, cuando un barco de Curlandia intentó fundar una colonia en Tobago con 212 colonos. Un asentamiento europeo anterior en la isla, una colonia neerlandesa fundada en 1628, había sido destruida por los españoles unos meses antes. La primera colonia de Curlandia fue un fracaso, al igual que el segundo intento de 1639. En 1642, dos barcos bajo las órdenes del capitán Caroon con 300 colonos intentaron asentarse en la costa norte, cerca de la bahía de Curlandia, pero fueron expulsados por los nativos caribes. La atención de Curlandia se desplazó a África y en 1651 el ducado consiguió su primera colonia en África, en la Isla de San Andrés, en el río Gambia, estableciendo allí el Fuerte Jacobo, iniciando su participación en el comercio triangular.
Poco después, el 20 de mayo de 1654, otra colonia fue establecida en Tobago con la llegada del barco Das Wappen der Herzogin von Kurland. El barco llevaba 44 cañones, 25 oficiales, 124 soldados de Curlandia y 80 familias de colonos para ocupar Tobago. El capitán Willem Mollens declaró la isla como Nueva Curlandia. Se erigió un fuerte en el suroeste de la isla, llamado Jekabforts (Fuerte Jacobo) con un asentamiento a su alrededor llamado Jekaba pilseta (Ciudad de Jacobo). Los accidentes geográficos fueron nombrados de forma acorde: Gran Bahía de Curlandia, Bahía de Jacobo, Finca de Curlandia, Nueva Jelgave, Bahía de Liepaja y Pequeña Bahía de Curlandia. Se construyó una iglesia luterana en el primer año de la ocupación. Una segunda colonia neerlandesa fue fundada unos meses después y pronto superó numéricamente el asentamiento de Curlandia. En 1657 llegaron 120 colonos de Curlandia, sin embargo, la colonia neerlandesa llegaría a los 1200 habitantes al año siguiente cuando 500 franceses se les unieron.
Los bienes exportados a Europa incluyen azúcar, tabaco, café, algodón, jengibre, añil, ron, cacao, caparazones de tortuga, pájaros tropicales y sus plumas.
El ducado de Curlandia era un foco de interés para Suecia y Polonia. En 1655 el ejército sueco invadió territorio del ducado y comenzaron las Guerras del Norte (1655–1660). El duque Jacobo fue capturado por el ejército sueco que lo mantuvo preso entre 1658 y 1660. Durante este periodo ambas colonias fueron tomadas por colonos neerlandeses, más numerosos, y la flota mercante y las factorías fueron destruidas. Los colonos neerlandeses de Tobago rodearon el Fuerte Jacobo y forzaron a Hubert de Beveren, el gobernador, a rendirse. Curlandia entregó oficialmente Nueva Curlandia el 11 de diciembre de 1659. La guerra terminó con el Tratado de Oliwa (firmado cerca de Danzig) en 1660, por el que Tobago fue devuelto a Curlandia.
Los colonos de Curlandia abandonaron Tobago en 1666, posiblemente tras un ataque pirata. En 1668 un barco de Curlandia intentó recuperar el Fuerte Jacobo, pero fue expulsado por los neerlandeses.
Tobago fue recuperado de nuevo al final del gobierno de Jacobo, con un intento en julio de 1680 de construir una nueva colonia, pero que fracasó más tarde. Curlandia comenzó a reconstruir la flota y las factorías, pero el ducado nunca recuperó el nivel anterior de prosperidad. La isla fue abandonada de marzo de 1683 a junio de 1686 y en mayo de 1690; poco después de que la isla fuera vendida por Curlandia el año anterior; los curlandeses abandonaron Tobago, aunque un gobernador en ausencia fue nombrado hasta 1795.
El monumento a Curlandia, cerca de la Bahía de Curlandia, conmemora el asentamiento del ducado.
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