Las obras maestras del patrimonio oral e intangible de la humanidad integran una lista mantenida por la Unesco de elementos del patrimonio cultural inmaterial que dicho organismo considera relevantes.
La lista comenzó en 2001 con un conjunto de 19 obras a la que luego se añadieron otras 28 en 2003. El 25 de noviembre de 2005 se emitió una lista agregando otras 43 obras. Este programa se concluyó en 2006 con la entrada en vigor de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.
Las obras maestras estarán integradas dentro de las listas previstas por dicha Convención. El 4 de noviembre de 2008, en la reunión de la Unesco en Estambul, se creó la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, que estará integrada en principio por los 90 elementos que la Unesco proclamó obras maestras del patrimonio oral e intangible en 2001, 2003 y 2005.
La Unesco define el patrimonio oral e inmaterial como "el conjunto de creaciones basadas en la tradición de una comunidad cultural expresada por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de una comunidad en la medida en que reflejan su identidad cultural y social."
Lengua, literatura, música y danza, juegos y deportes, tradiciones culinarias, los rituales y mitologías, conocimientos y usos relacionados con el universo, los conocimientos técnicos relacionados con la artesanía y los espacios culturales se encuentran entre las muchas formas de patrimonio inmaterial. El patrimonio inmaterial es visto como un depósito de la diversidad cultural, y la expresión creativa, así como una fuerza motriz para las culturas vivas. Como se puede ser vulnerable a las fuerzas de la globalización, la transformación social y la intolerancia, La Unesco alienta a las comunidades a identificar, documentar, proteger, promover y revitalizar ese patrimonio. A partir de 2001, el nuevo programa ha comenzado a identificar las distintas formas del patrimonio inmaterial en todo el mundo para salvaguardarlo a través de una proclamación. En virtud de este acto, los gobiernos nacionales que se adhieran a la Convención de la Unesco, conocidos como los Estados miembros, están autorizados a presentar cada uno un expediente de candidatura única, además de múltiples nominaciones nacionales, del patrimonio cultural inmaterial que existen en su territorio. El patrimonio inmaterial que se puede proponer en la inscripción se divide en dos categorías según lo establecido por el programa:
Las candidaturas son evaluadas por un panel de expertos en patrimonio inmaterial, incluidas organizaciones no gubernamentales (ONG) especializadas, y son estudiados por un jurado, cuyos 18 miembros han sido previamente seleccionados por el Director General de la Unesco. Un conjunto de criterios ha sido creado para ayudar en la evaluación de las candidaturas. Las expresiones culturales y los espacios propuestos para la proclamación tuvieron que:
Por otra parte, los candidatos deben estar en conformidad con los ideales de la Unesco, en particular, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las propuestas de nombramiento también tuvieron que presentar prueba de la plena participación y acuerdo de las comunidades locales e incluir un plan de acción para la salvaguardia o la promoción de los espacios culturales que se trate o expresiones, que deben haber sido elaborados en estrecha colaboración con los portadores de tradiciones.
A través del proceso de nominación, a los Estados miembros se les anima a realizar un inventario de su patrimonio inmaterial, la sensibilización y la protección de estos tesoros. A su vez, las obras maestras proclamadas reciben el compromiso de la Unesco en la financiación de los planes para su conservación.
Proclamaciones en 2001, 2003 y 2005, han designado un total de 90 formas de patrimonio inmaterial en todo el mundo como obras maestras:
Obras multinacionales
El creciente número de candidaturas recibidas y el número de obras maestras proclamadas cada dos años significa que el objetivo de la Unesco de crear conciencia sobre la importancia de la protección del patrimonio inmaterial se ha logrado. El aumento del número de Estados miembros participantes llevaron a la adopción del 2003 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que entró en vigor en 2008. El establecimiento de instrumentos normativos debía completar la convención de Patrimonio Mundial de 1972 en su protección de la cultura inmaterial. Siguiendo el ejemplo exitoso de la Convención del Patrimonio Mundial de la Lista del Patrimonio Mundial, la Unesco estableció la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esto reemplazó el programa cuando la Convención entró en vigor el 2008.
Todas las 90 Obras Maestras proclamadas anteriormente, fueron presentadas como las primeras entradas en la nueva lista. El proceso para la designación de un elemento de la lista sigue unos pasos similares a la Proclamación. El antiguo papel del jurado fue suplantado por un nuevo órgano denominado Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Además, la Unesco estableció un programa separado, identificando los elementos en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, para resaltar los elementos en riesgo a pesar de los esfuerzos de la comunidad local para preservar y protegerla, como consecuencia de la cual no se puede esperar que sobreviva sin la salvaguardia de inmediato. Asimismo, se estableció un fondo para proporcionar ayuda de emergencia para la preservación de dichos elementos.
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