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Once Upon a Time in America



Érase una vez en América (título original: Once Upon a Time in America) es una coproducción cinematográfica italo-estadounidense de 1984, dirigida por Sergio Leone[1]​ y protagonizada por Robert De Niro y James Woods. Es una película no lineal que ocurre en 1920, 1932/33 y 1968.

Fue la última película dirigida por Sergio Leone[2]​, siendo la tercera parte de la trilogía conocida como Once upon a time Trilogy, precedida por las películas Érase una vez en el Oeste o Hasta que llegó su hora (1968) y ¡Agáchate, maldito! (1971). Esta película cierra la también llamada trilogía de 'América'.[3]​ Por su duración, se llegó a presentar en las pantallas de cine en dos partes, y la obra grabada se encuentra también en dos partes, aunque en el rodaje no hay intención de intermedio.

Fue galardonada con el premio BAFTA 1984: a la mejor banda sonora (Ennio Morricone), y al mejor vestuario (Gabriella Pescucci).[4]

La película comienza cuando Noodles tiene que abandonar Nueva York y se cuenta desde entonces con escenas retrospectivas cronológicas desde 1920.

En el gueto judío del Lower East Side de Manhattan (Nueva York) David Aaronson "Noodles", un joven judío de clase baja, conoce a Maximilian Bercovicz "Max", otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Ellos entablan una gran amistad y forman, con otros amigos del barrio, Patrick Goldberg "Patsy", Philip Stein "Cockeye" y Dominic, una banda que prospera rápidamente con ayuda de otro amigo, Moe "Fat" Gelly, de cuya ambiciosa hermana Deborah, Noodles está enamorado y viceversa.

Desgraciadamente, son perseguidos por Bugsy, el tipo para el que Noodles y sus amigos trabajaban anteriormente, y en uno de sus asaltos mata a Dominic. Por ello Noodles luego se tira encima de él y lo apuñala, por lo que pasará 12 años en prisión, ya que la policía pudo verlo.

Cuando Noodles sale de prisión, le recibe Max, que sigue con su banda junto a los otros dos amigos, Patsy y Cockeye, y que ha prosperado aún más durante su ausencia. Los cuatro juntos, finalmente, consiguen convertirse, en tiempos de la Prohibición, en una de las más exitosas bandas de gánsteres del país. En su época dorada, Noodles intenta impresionar a Deborah con una cita extravagante y acaba violándola cuando ella rechaza su petición de matrimonio para ser actriz.

Finalmente, a través de su éxito en el mundo criminal, la banda es contratada por políticos para ayudar a un sindicato en su lucha contra la patronal durante una huelga, ya que contrata a gánsteres para romperla. Tienen éxito en sus acciones y les ofrecen por ello un puesto permanente entre ellos, lo que significaría una subida social y económica, la posibilidad de contrarrestar con creces las pérdidas que ocasionaría el venidero fin de la Prohibición y la posibilidad de tener contactos con la política. Todos excepto Max lo rechazan por desconfianza hacia los políticos.

Finalmente, pocos días antes del fin de la Prohibición, todos excepto Noodles, que no estaba allí, son masacrados misteriosamente en una redada de la policía de Nueva York. Adicionalmente el dinero de la banda (US$1 millón) desaparece. Noodles, atormentado por lo ocurrido, tiene que despedirse de Fat y abandonar inmediatamente Nueva York después de ello para protegerse de asesinos, que, de repente, le persiguen por ello.

35 años después Noodles, viviendo parcialmente fuera de la realidad por lo ocurrido y bajo una identidad falsa para protegerse, encuentra finalmente una pista sobre lo ocurrido a través de una extraña carta dirigida hacia él, donde se le informa, que se han puesto los cadáveres de sus amigos muertos en un lugar de lujo. Por ello decide volver a Nueva York para resolver el misterio de lo ocurrido y enfrentarse a su pasado una última vez. Para ello recluta la ayuda de Fat, que también sufrió por lo ocurrido.

En su investigación descubre, que el hombre que lo hizo, es el Secretario Bailey, un hombre importante en la política, que se ha convertido en el protagonista de un escándalo sindical y político por ser el principal sospechoso de un sistemático fraude. También encuentra el equivalente del dinero de la banda y una invitación a su mansión. Finalmente averigua, que Deborah lo conoce y la obliga a confesar que es Max, que ha sido su amante y que la ayudó en su exitosa carrera. La maldice por ello y se va y ella ya no puede verse a sí misma.

Noodles decide aceptar la invitación y se va a la mansión para enfrentarse a Max. Él le cuenta, que orquestó la matanza y destruyó su vida a través de contactos propios en el mundo criminal. También controlaban a los policías que cometieron la masacre y, para hacerlo posible, él disparó contra ellos para que ocurriese una matanza con apariencia legal y así poder fingir su muerte con su ayuda, culpar de ello por su ausencia, robar luego el dinero de la banda y entrar con él en el mundo sindical y político bajo el nombre de Bailey sin trabas. Así pudo medrar allí con éxito y quitarle también su chica hasta que, en su codicia, le cogieron. Enfrentándose a la ruina y a ser asesinado por parte de sus cómplices en ese fraude y en todo lo que además hizo para que no hable, él averiguó el paradero de Noodles y lo atrajo a su mansión para que lo mate y así, por lo menos, preservar a pesar de todo parte de su dignidad. Noodles se niega a matarlo y se va de la mansión. Luego él ve desde afuera como Max se suicida. Su muerte le redime de su dolor, que le persiguió desde la masacre, puede así cerrar con su vida pasada y continuar con la presente bajo mejores condiciones.

Sergio Leone siempre había deseado filmar esta película. Fue el proyecto más personal de su vida y el que con más ahínco había querido realizar desde que empezó su carrera. Tras haber hecho varias películas exitosas le llovieron las ofertas desde Hollywood. Finalmente, llegó a un acuerdo. Primero dirigiría el western Hasta que llegó su hora (1968) y si éste tuviera éxito, se le abrirían las puertas para rodar la obra de su vida. Así Sergio Leone comenzó a preparar la complicada producción de la película, que luego se convertiría en realidad.[5]​ Tardó 10 años en prepararla.[6]

El guion de la película está basado en la novela "The Hoods", del escritor Harry Grey. Se editó en España bajo el nombre "¡Gangsters!" en 1953.[7]​ El complicado guion fue escrito por el propio Leone junto a cinco colaboradores distintos, con saltos en el tiempo hacia atrás y hacia delante.[5]​ Los cinco colaboradores fueron Franco Arcalli, Enrico Medioli, Leonardo Benvenuti, Franco Ferrini y Piero De Bernardi.[6]

Para mejorarlo Leone también se acercó a Harry Grey en 1968 para hacerle preguntas respecto a su novela semibiográfica, en la que participó en algunas de las actividades de Noodles y su banda, el cual aceptó a hablar con él, porque era un admirador de los spaguetti western de Leone. Ese encuentro, donde Grey le contestó sus preguntas, inspiró a Leone a contar el guion de la película de forma retrospectiva como lo hizo más tarde.[8]​ También se puede apreciar en el guion una alusión a "La naranja mecánica", en la escena donde cambian los bebés, la música, el blanco y Cockeye tomando leche del biberón de uno de los bebés ("moloko vellocet").

Finalmente el guion fue terminado en octubre de 1981 y tuvo 317 páginas.[9]

El proceso de casting de la película tardó dos años y en ella participaron más de 3,000 audicionistas para 100 papeles de interpretación.[10]

El mismísimo Robert De Niro, motivado por la tristeza de no haber dirigido El padrino (1972), fue el primero en sumarse al reparto, un actor que, además de estar varios años preparando su papel para la película, también participó activamente en la elección de los demás intérpretes que le acompañarían en el proyecto. El filme también fue el debut de la famosa actriz Jennifer Connelly. Originalmente Joe Pesci quería interpretar el papel de Max, pero el director decidió en favor de James Woods. Aun así, bajo la influencia de Robert de Niro, amigo de Pesci, el director le dio la oportunidad de interpretar cualquier papel que quisiera y de los que todavía estaban disponibles cogiendo él así el papel del gánster Frankie Minaldi.[11]

A pesar del título de la película, gran parte de ella no se rodó en Estados Unidos. La mayor parte de la producción cinematográfica se rodó en Roma, en los famosos estudios Cinecittà, donde se produjeron muchas de las mejores películas italianas de la posguerra. También se rodaron secuencias adicionales en lugares tan poco probables como Montreal, París y San Petersburgo, Florida. Sin embargo la parte, que fue filmada en America, si fue filmada en lugares auténticos como el vecindario judío en Nueva York.[8]

La filmación ocurrió entre el 14 de junio de 1982 y el 22 de abril de 1983.[9]​ Es decir, duró 10 meses y, cuando terminó, Leone tenía entre 8 y 10 horas de material utilizable. Con su montador logró una versión de 6 horas, para que se estrenara en los cines en dos partes. Sin embargo los productores rechazaron la versión, pensando en el fracaso de Novecento (1976), de Bernardo Bertolucci y por ello Leone tuvo que dejar el metraje final en “sólo” 3 horas y 49 minutos.[12]​ El 18 de mayo de 2012 se presentó en Cannes una nueva versión extendida, que dura unos 255 minutos basada en el material de la película ya disponible. Martin Scorsese fue responsable de la restauración presentada allí.[13]

Uno de los puntos fuertes de la película es su banda sonora, de Ennio Morricone, catalogada por muchos como la mejor banda sonora de la historia del cine, entrelazada con la narración del drama de un modo indisoluble.[3]​ Ennio Morricone pudo terminar la banda sonora de la película antes de que se terminase la filmación.[12]​ Es una variada y fascinante partitura, en la que el compositor hizo una evocación nostálgica de los tiempos pasados por los personajes, intercalándola con otras melodías que ubicaban al espectador en los tiempos presentes de la película.[14]​ La banda sonora desgraciadamente se descalificó para ser nominada para los Óscar por un tecnicismo de la academia al no ver el nombre del compositor incluido en los créditos finales.[15]

La película fue estrenada en los Estados Unidos el 1º de junio de 1984 y fue estrenada en España el 24 de enero de 1985.[16]​En la época de su estreno la película fue mal entendida por el público, al desvirtuar todo el sentido narrativo que había conferido Leone y en vez de ello proyectarse en el cine con un desarrollo cronológico de la historia. Se hizo eso para que supuestamente la audiencia estadounidense pudiese entender la película. No la entendió y la película fue un fracaso.[17]​ En algunos otros países como España, el film se exhibió en dos partes, una circunstancia que tampoco favoreció a su óptima recepción en taquilla allí.

Asqueado ante tanta intromisión, que habían hecho en su película, Sergio Leone jamás volvió a dirigir una película en su vida.[17]​Sin embargo, hoy en día, a causa de la proyección original que se hace ahora de la obra de Leone, la película es catalogada como un clásico contemporáneo, en la que Leone propuso una tragedia de tintes operísticos, sirviéndose de su marca de fábrica e intuyendo, a flor de piel, el tono estético y emocional que quería y deseaba imprimir a las imágenes.[18]​ Un buen ejemplo que refleja ese cambio de opinión se puede ver en la crítica de cine Sheila Benson, que calificó la película estrenada en los Estados Unidos en 1984 como la peor película del año solo para cambiar su opinión seis años después, cuando vio la versión estrenada en Europa, la cual encumbró como una de las tres mejores películas de la década.[19]




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