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Pacto de las catacumbas



El Pacto de las Catacumbas es un documento redactado y firmado el 16 de noviembre de 1965 por unos treinta y nueve o cuarenta obispos de la Iglesia católica, la mayoría latinoamericanos,[1][2]​ que se encontraban en ese momento participando de la cuarta sesión del Concilio Vaticano II, ya próximo a su clausura. El documento fue firmado después de la eucaristía en la Catacumba de Domitila, y posteriormente por otros obispos.[2]​ Por ese pacto los obispos firmantes se comprometieron a adoptar una vida de sencillez despojada de posesiones, y una nueva actitud pastoral orientada a los pobres y a los trabajadores. El documento ha sido considerado como uno de los antecedentes de la teología de la liberación que aparecería en América Latina a partir de 1969.[3]

El Pacto tiene trece cláusulas por las cuales los firmantes se comprometen a llevar una vida sencilla y sin posesiones, "según el modo ordinario de nuestra población", rechazar los símbolos, títulos y privilegios de poder, no participar de agasajos ni banquetes organizados por los poderosos, transformar la “beneficencia” en "obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas", dando prioridad a los "pobres" y "personas y grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados", para impulsar el "advenimiento de otro orden social, nuevo, digno de los hijos del hombre y de los hijos de Dios".

Mediante el Pacto los firmantes se propusieron también llevar adelante una acción pastoral que constituya un "verdadero servicio", apoyada en cuatro principios: ue nuestro ministerio constituya un verdadero servicio; así: “revisar nuestra vida”, animadores antes que jefes, humanos y acogedores y "abiertos a todos, sea cual sea su religión".

El 21 de marzo de 2013, apenas una semana después de ser designado Papa, Francisco recibió al Premio Nobel de la Paz el argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien le entregó al Papa una copia del Pacto de las Catacumbas por pedido del teólogo español de la liberación Pedro Casaldáliga, con el pedido de que le diga que "trate de escuchar, reflexionar y de llegar a un acuerdo, una reconciliación con los teólogos latinoamericanos". Según las declaraciones de Pérez Esquivel, Francisco no pareció conocer el documento:[4]

En un artículo publicado en julio de 2014 titulado "El pacto de las catacumbas vivido por el Papa Francisco", el teólogo de la liberación Leonardo Boff transcribe el Pacto de 1965 y concluye su artículo preguntándose: "¿No son estos los ideales presentados por el Papa Francisco?"[5]

Los padres firmante del Pacto mantuvieron en reserva su identidad con el fin de evitar que el mismo fuera tomado como una presión indebida o un acto de soberbia con respecto a los demás participantes del Concilio. Con los años se han conocido los nombres de los participantes, aunque existen pequeñas variantes según los testimonios.

Entre los firmantes del pacto que se han revelado se encuentran los siguientes:[1][4][6][7]

Vicario apostólico de Buenaventura

«Pacto das Catacumbas da Igreja Serva e Pobre». Archivado desde el original el 21 de octubre de 2016. Consultado el 9 de septiembre de 2009. 



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