x
1

Pascual Abaj



Pascual Abaj es un dios maya con forma de ídolo de piedra. Se encuentra situado en un altar de piedra (con un par de cruces cristianas) en la cima de la colina Turk'aj, a 1200 metros del centro de la localidad de Chichicastenango (Guatemala).[1]

En la cima se encuentra un claro del bosque donde está el altar con la efigie del dios Pascual Abaj.[2]

El dios Pascual Abaj también es conocido con el nombre de Juiup Takaj (Huyup Tak’ah: ‘plano en la colina’),[3]​ y Turk’a, que podría significar ‘desatarse’, y por lo tanto la piedra es considerada una diosa de la fecundidad.[4]

El nombre Pascual Abaj resulta de combinar el nombre masculino cristiano Pascual y la palabra quiché Abaj (‘piedra’).[2]

La colina se llama Turk’aj, nombre quiché[5]​ que podría significar ‘lugar sagrado’ o ‘piedra sagrada’.[6]​ La colina también podría llamarse Turk’a.[4]

La colina Turk’aj también se conoce como «cerro Pascual Abaj»[2]​ o «cerro de Pascual Abaj»[2]​ o «cerro Juiup Takaj» (Huyup Tak’ah: ‘planicie en la colina’).[3]​ En la cima se encuentra un claro del bosque donde está el altar con la efigie del dios Pascual Abaj.[7]

El altar se encuentra a 660 m a vuelo de pájaro (en línea recta) al sur-suroeste de la iglesia de Santo Tomás (que está en el centro de la ciudad de Chichicastenango) ―o a 1680 m recorriendo el camino desde el pueblo―, a 2110 msnm, o sea 40 metros más alto que la iglesia. Está apenas a 100 m al sur de los barrios del suroeste de Chichicastenango (que están a 2070 msnm), y a 250 m al oeste de los barrios del sur (también a 2070 msnm). Chichicastenango es una pequeña ciudad, a 19 km al sur-sureste de Santa Cruz, la cabecera del departamento de Quiché (en el centro de la República de Guatemala).

En el lugar donde se encuentra desde hace siglos la iglesia de Santo Tomás ―en el centro de Chichicastenango― estaba el templo principal de los mayas, el altar del dios Abaj ―un ídolo de piedra―. Los quichés consiguieron retirarlo del templo antes de que los conquistadores españoles lo hallaran y lo destruyeran. Fue llevado a la montaña, y durante mucho tiempo siguieron adorándolo a escondidas.

El sitio es muy reconocido por los turistas debido a la centenaria celebración de rituales de los pobladores quichés. Se lo considera un lugar sagrado.[7]

El dios Abaj es el dios de la tierra, de la fertilidad y de la lluvia.[8]

En la cima del cerro Turcaj ―que es más bien una colina― los chamanes (sacerdotes mayas) celebran ceremonias en honor al dios indígena Pascual Abaj.[1]​ Los peticionantes (clientes) comisionan a un chamán para que interceda ante Abaj con el fin de recuperar la salud perdida, obtener alguna mejora en el trabajo o los favores de un amor esquivo.[1]​ Los peticionantes se reúnen alrededor del chamán, quien hace ofrendas de candelas (velas de cera) de distintos colores, incienso de resina copal, cigarros de tabaco, cigarrillos, frutas, flores, ramas de árboles resinosos, gallinas, huevos, comidas, bebidas (principalmente guaro [aguardiente]) y a veces aves.[2]​ Los indígenas también llegan ante el dios para casarse.[6]

Termer (1957: pág. 174) afirmó que el altar de Pascual Abaj fue el vestigio nativo más impresionante que vio en Guatemala.

[...] hace algún tiempo que existen enfrentamientos entre los tradicionalistas y un grupo de nuestros catequistas. Como podrán imaginar, la raíz de todo eso habría que buscarla no en nuestro trabajo parroquial, sino más bien en viejos conflictos: la falta de tierras, luchas por el poder... Pero, desgraciadamente, todo ese rencor acumulado ha ido tomando en los últimos años la forma de una guerra entre religiones; o entre distintas prácticas de una misma religión, si lo prefieren. Y una noche...
Rafael se detuvo, exhalando una bocanada de aire al tiempo que movía la cabeza lentamente de lado a lado.
―Todavía me cuesta creerlo... Una noche varios de mis catequistas subieron hasta aquí y destruyeron el altar.
―¿Este altar?
―Sí.
No entendía. Destruir todo elemento de culto pagano, ¿no formaba parte de nuestra labor allí? ¿Qué podía tener aquello de malo?
El hermano Rafael no lo veía de esa manera, como pudimos comprobar cuando añadió, con vehemencia:
―Nosotros nunca hemos aprobado esa forma de actuar. ¡Nunca! Al contrario, siempre hicimos prédica del respeto; del respeto como punto de partida para llegar hasta los corazones de este pueblo, e invitarlo a recorrer el camino de Cristo. ¿Que estamos aquí para hacer frente a estas viejas supersticiones? De acuerdo. Pero personalmente yo no creo que destruyendo los santuarios paganos vayamos a conseguir conversiones en masa al cristianismo.
Se detuvo un breve instante. Casi todos asintieron, en silencio.
―En cualquier caso, ¡imagínense cómo está ahora el percal! Los tradicionalistas tuvieron que levantar Pascual Abaj de nuevo, recogiendo los trozos dispersos y uniéndolos con cemento y barras de hierro... Así es que...



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Pascual Abaj (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


René :
Pascual Abaj es parte del sincretismo Maya, para mantener su cultura a pesar de la conquista.
2022-04-15 16:56:18
RESPONDER A ESTE COMENTARIO